"Too small", la celebración de moda que la NBA quiere prohibir a base de expulsiones
De toda la vida, tras una gran jugada ha habido siempre una gran celebración o provocación. La NBA quiere acabar con ellas.
El pasado 26 de marzo, en el duelo entre Chicago Bulls y Los Angeles Lakers, el siempre polémico Patrick Beverley celebraba una canasta ante LeBron James poniendo la mano a la altura del suelo. Era su primer partido en Los Angeles tras ser traspasado. Solo tres días más tarde, Austin Reaves se vengaba al anotar por encima de Beverley bajo la atenta mirada de LeBron, repitiendo el gesto. La celebración en cuestión se ha convertido en la más habitual en la NBA para humillar al rival y dejar clara la superioridad física ante los defensores. Es la era del 'too small', traducido como demasiado pequeño, la burla más común en la NBA actual.
No se sabe exactamente el origen, si bien viene del baloncesto callejero más puro, pero el primero que se recuerda en la NBA lo firmó Russell Westbrook. Era enero de 2018 y delante tenía al novato Malik Monk, a quien le anotó por encima sin ningún problema, sacando además la falta personal. Russ no solo decidió plantar la mano bien abajo, sino que además mantuvo una conversación completa con su extremidad, mientras se golpeaba usando la otra mano. No fue el nacimiento de un monstruo, pero sí su llegada a la NBA, una celebración que entre redes sociales y la llegada de muchos jóvenes a la liga, se ha viralizado.
Es, sobre todo, una celebración de jugadores que no brillan por su tamaño, pero por un momento, pueden presumir. Nombres como José Alvarado, Trae Young, Ja Morant o incluso Luka Dončić, de tamaño bajo para el promedio NBA, han sido parte de este movimiento. Otras han sido en ambientes mucho más distendidos, como cuando Jayston Tatum y Jaylen Brown intercambiaron canastas y provocaciones entre risas jugando uno contra otro en el All Star Game.
Por momentos, como con Pat Beverley y los Lakers, ha sido utilizado como algo personal para enfatizar una rivalidad. En el caso de LeBron James y Dillon Brooks, para encontrar el primer ejemplo, hay que ir hasta enero de 2021. El canadiense todavía no era un villano de la liga. Beverley y Ja Morant también han tenido un buen número de intercambios, especialmente en la serie de playoff entre Minnesota y Memphis en 2022, en lo que acabó siendo un concurso por ver quién llegaba más abajo. Y en ocasiones, la víctima suele ser un jugador que habla demasiado en la pista: Beverley o Alvarado, por ejemplo, encajan en el perfil.
Hay diferentes versiones, por supuesto. La más habitual es poner la mano en paralelo al parqué, como más abajo mejor, en referencia a la altura del rival, pero hay variaciones. Bradley Beal, defendido por Dennis Schröder, quiso enfatizar tanto que hasta dobló las rodillas hasta el suelo. Kevin Durant, por su parte, le dio un toque individual en su beef personal con Evan Fournier: juntó los dedos índice y pulgar de su mano muy cerca para hacer sentir al francés diminuto. Funcionó, y Royce O'Neale decidió copiar esa versión. El problema es que recientemente, la NBA está regulando el taunting, lo que toda la vida se ha conocido como la provocación o burla al presumir tras una buena jugada.
Giannis Antetokounmpo se ha vuelto un auténtico experto desde sus siete pies en hacer sentir al defensor un auténtico bajito, sin importar si delante tenía a Ben Simmons o Isaiah Stewart. Pero hace escasos diez días, el griego era expulsado por ello. Tras hundir un mate en la cara del jugador de los Pistons, Antetokounmpo se excedió en la celebración con el 'too small', según consideraron los colegiados. El griego, que ya tenía una técnica de la primera parte, fue expulsado cuando todavía faltaban 21 minutos de partido. Según la propia liga, no está permitido aplaudir, gritar, lucir bíceps o caminar por encima del rival tras una canasta, pero no es específica con el 'too small'.
Ha habido más casos que Giannis. A Trae Young le señalaron técnica en noviembre del año pasado por repetir la misma celebración ante, casualmente, los Bucks de Antetokounmpo, pero no es el único gesto que la liga quiere regular. Anthony Edwards recibió una técnica después de firmar uno de los mejores mates de lo que va de temporada por encima de Dario Saric por celebrar efusivamente, Dillon Brooks recibió su técnica #18 de la temporada por bailar ante el banquillo de los Mavericks y muchos otros simplemente la han recibido por poner cara de tipo duro tras hacer un mate. Algo que los jugadores no comparten con los colegiados.
Tyrese Haliburton, jugador de los Pacers, se pronunciaba sobre el nivel de las técnicas por celebraciones excesivas en el pódcast de JJ Redick y era muy claro: "Los fans pagan para verlo, es parte del entretenimiento, y siempre que no sea nada teatral o dramático, y como jugadores, nos encanta esa parte del juego" aseguraba, algo que compartía el exjugador. Especialmente porque luego la propia NBA viraliza en redes sociales el contenido para presumir del nivel de sus jugadores.