El secreto del éxito de Michael Jordan fue un entrenamiento exclusivo que estuvo 'bajo llave' durante 15 años
El entrenador personal Tim Grover, que trabajó tres lustros con el mítico '23', desvela cómo le obligó a tener exclusividad para evitar que sus rivales pudieran fortalecerse.
Si a día de hoy alguien pregunta quién es el GOAT (Greatest of all time) en el baloncesto, la respuesta principal -aunque el debate sobre si podría serlo también LeBron James está abierto- es clara: Michael Jordan. Y es que si ha habido un jugador en la historia que lo cambió absolutamente todo, ese es, sin duda, el mítico '23'. Sin embargo, aunque a lo largo de los años se ha ido deshojando lo que viene a ser esa margarita que engloba cómo se forjó la leyenda, la realidad es que hay muchos detalles que, a veces, pasan desapercibidos.
Y uno de ellos es cómo logró que Tim Grover se terminase convirtiendo en un aliado en la sombra... pero de forma totalmente exclusiva. Porque el mítico jugador logró que el entrenador firmase una exclusividad que aunque a priori iba a ser por 30 días... ¡se acabó extendido por 15 años!
La realidad es que cuando Jordan llegó a la NBA, su talento era absolutamente indiscutible. De hecho, era algo que ya había dejado claro durante su etapa universitaria. Si bien, lo cierto es que ese aterrizaje no fue coser y cantar. Más que nada porque tuvo un antagonista: los Pistons. La franquicia de Detroit era el particular verdugo de sus Chicago Bulls, ese equipo que lograba desgastarlo con un físico imponente... hasta que Jordan dijo basta.
El mítico '23' se puso manos a la obra para mejorar este aspecto y, más allá de la ayuda que le ofrecían los Bulls, apostó por un entrenador que acabó por acompañarlo en ese camino hasta ser leyenda: Tim Grover. "Elaboré un plan y dije: sólo dame 30 días. Y luego 30 días se convirtieron en 15 años, con seis títulos, medallas de oro y todas esas cosas ganadas en el camino", cuenta el entrenador en el podcast Armchair Expert en el que también revela cómo Jordan tiró de picaresca para evitar que ningún rival pudiese entrenar como él: el famoso contrato de exclusividad anteriormente mencionado.
"Michael solía decir que tenía que darme permiso para entrenar a otra persona. Cuando otros jugadores le preguntaban si podían trabajar conmigo, él decía: 'mira, no le pago para que me entrene'. Porque durante 15 años me pagó para que fuese su entrenador, pero sobre todo para que no fuera el de los demás", reconoce Grover.
Durante esos 15 años, Jordan no dio permiso a Grover para entrenar a otros jugadores con el fin de tener al que él consideraba el mejor sólo para él... y para que ningún otro jugador pudiera conocer y practicar esos secretos a la hora de entrenar que hicieron al '23' alcanzar la gloria. Y lo cierto es que aquello también hizo que, aunque no tuviese más clientes en 15 años, la leyenda de Grover también se agrandase hasta el punto de que, con los años, aquella exclusividad desapareció y también pudo colaborar con otros jugadores como Dwyane Wade o Kobe Bryant.