NBA

¿Se repite la crisis de los Celtics? Dos derrotas seguidas y problemas en los cierres de partido

Dos derrotas seguidas ante Atlanta, ambas en los segundos finales, reabren un debate de nunca acabar en Boston: la gestión de los últimos segundos.

Vit Krejc celebra ante un Kristaps Pozingis desencajado./GETTY
Vit Krejc celebra ante un Kristaps Pozingis desencajado. GETTY
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

El pasado fin de semana, los Celtics de Joe Mazzulla garantizaban la primera plaza de la conferencia Este. Cuando todavía ningún otro equipo en toda la NBA tenía el billete asegurado para los playoffs, Boston ya sabía que serían primeros. El nivel mostrado en todo el año, siendo el mejor ataque de la competición y de la historia de la NBA, y la segunda mejor defensa de la liga, invitaba a pensar en que este equipo era la versión mejorada de lo visto antaño. Las llegadas de Kristaps Porzingis y Jrue Holiday, el nuevo rol de Derrick White y un año más de experiencia para Jayson Tatum, Jaylen Brown y el banquillo sumaban garantías. Y pese a todas las buenas noticias en Boston, sigue habiendo un gran debe en el equipo.

Uno que Atlanta ha sacado a relucir dos veces seguidas en una semana. Porque los Celtics siguen teniendo un problema grave en los finales de partido. El lunes, los Hawks ganaron 120-118 remontando 30 puntos de diferencia, y el jueves a la noche repitieron con un 123-122 en tiempo extra. Y con esas dos derrotas, el récord del equipo de Mazzulla en partidos decididos por 3 o menos puntos es de 5-7 (41,6% de victorias), muy lejos del 78,1% que arrastran de toda la temporada. No solo eso, también acumulan un 2-4 en partidos con tiempo extra, ganando ante Detroit y Minnesota, y perdiendo en Charlotte, Golden State, ante los Timberwolves y esta semana en Atlanta.

El problema no es nuevo, y Boston lo viene arrastrando de otras temporadas. Pasaba con Brad Stevens en el banquillo, el año con Ime Udoka y se repitió el año pasado bajo Mazzulla. Hay un patrón en el equipo, que a la hora de decidir un partido, se olvida de jugar al baloncesto. Perdieron ante Denver dos veces este año, ante los Sixers o en Oklahoma, partidos en los que Boston ha decidido en los últimos minutos dejar de jugar su baloncesto. El equipo suelta el pedal del acelerador en ataque. En promedio, los Celtics son el décimo octavo ataque más rápido de la liga, jugando 98,14 posesiones por partido, pero en el último cuarto baja a 93,6, la cifra más baja de la NBA. Y 93,2 en partidos que están en dos posesiones.

Y la cara de esos problemas es Jayson Tatum. La estrella de los Boston Celtics está negado de cara al aro en los últimos segundos de partido. En sus últimas tres temporadas, Tatum ha tirado 10/37 (con 2/9 en triples) en situaciones para empatar o poner a su equipo por delante en el último minuto de partido o tiempo extra, un 27%. Sorprende porque en sus primeras temporadas firmó un 52% (14/17 con 3/11 en triples). En global, es el undécimo mejor porcentaje con al menos 64 tiros, por delante de jugadores como Damian Lillard, DeMar DeRozan o Steph Curry, cuyo nombre equivale a clutch. Pero para Tatum y los Celtics no es cuestión de quién tiene el tiro, sino de qué tiro se realiza.

Porque con el partido en la raya, Boston juega el baloncesto más simple y menos efectivo posible: un aclarado para Tatum. Sin bloqueos directos, sin cambios defensivos, sin jugadas diseñadas, un uno contra uno, como en el patio del colegio. Para un ataque tan coral y colectivo, cuya ventaja es tener cinco jugadores en pista capaces de marcar la diferencia, cerrarse a un sistema tan simple es partir en desventaja. Si encima, Tatum no es capaz de finalizar, el problema se multiplica. Porque han caído una y otra vez en la misma situación, que acaba con un triple forzado o un tiro de media distancia cuya probabilidad de entrar o encontrar la falta es ínfima comparada con una penetración al aro.

¿Hay motivos para preocuparse? Alguno, pero tampoco en exceso. Los Celtics siguen primeros, y eso no va a cambiar, y puede existir cierta relajación en el equipo, algo que vimos el año pasado en Denver antes de pasearse rumbo al anillo. Los Nuggets acabaron el curso con nueve victorias en los últimos 19 partidos una vez crearon ventaja suficiente, y el final de la historia lo conocemos todos. La diferencia es que los Nuggets sabían cerrar los partidos y Boston, por ahora, parece que no.