NBA

Así fabricó el Madrid a Doncic: un tutor para que comiera y una expulsión que no olvidará

Trabajadores de la cantera del Real Madrid recuerdan la figura del hoy gran candidato a MVP de la temporada.

Luka Doncic junto a Paco Carreño, responsable de los canteranos del Real Madrid en el SEK./Paco Carreño
Luka Doncic junto a Paco Carreño, responsable de los canteranos del Real Madrid en el SEK. Paco Carreño
Guillermo García

Guillermo García

Luka Doncic es ahora mismo el nombre propio de la NBA. Lo lleva siendo casi desde su aterrizaje al otro lado del Atlántico, pero especialmente durante el último mes de competición. Diciembre de 2022 quedará para siempre grabado en la memoria de los aficionados, que han visto al esloveno convertirse en un espécimen inédito en la historia de la competición. De hecho, se ha convertido en el único jugador hasta la fecha que es capaz de anotar 225 puntos, capturar 50 rebotes y dar 50 asistencias en cinco partidos. Una nueva demostración de que los números y los récords no tienen sentido para él. Los destroza todos.

La voracidad de Doncic y su facilidad para jugar al baloncesto ya no sorprenden a nadie. Y mucho menos a quienes compartieron trabajo y vivencias con él en su etapa en la cantera del Real Madrid. Un club que es más que un equipo para el esloveno. Es su casa. El lugar donde se formó tanto profesional como personalmente y al que pertenece su corazón y su afición, como demuestra cada vez que tiene la más mínima oportunidad.

Una de las personas que coincidió con Luka en su etapa blanca fue Adolfo Madrid. El preparador físico, recuperador funcional y fisioterapeuta no se sorprende de nada de lo que está consiguiendo el jugador de los Dallas Mavericks, con el que trabajó cuando Doncic era cadete de primer año y él comenzó a trabajar con Paco Redondo en el junior del equipo blanco. Ya por aquel entonces el esloveno daba muestras de lo que podía llegar a ser, aunque a veces le costara.

Un Luka Doncic todavía adolescente tras ganar la Copa de 2016. Efe
Un Luka Doncic todavía adolescente tras ganar la Copa de 2016. Efe

"Hacíamos la preparación en dos grupos. Por un lado los bases, escoltas y aleros y por otros los pívots y ala-pívots. Un día de los que me tocaba trabajar con él, se estaba tocando los pies y le terminé echando del entrenamiento", recuerda entre risas Adolfo Madrid para Relevo. "Sólo quería ayudarle a mejorar físicamente y por la tarde hablé con él para decírselo, que sólo quería trabajar para que mejorara. Al día siguiente en el entrenamiento de la mañana vino antes, me dio la mano y me dijo 'Adolfo, quiero ser muy bueno y voy a trabajar para ello'. Creo que era la primera vez que le echaban de un entrenamiento y también la última".

Aquella anécdota da una muestra de la determinación de un Luka Doncic que no va a frenar hasta convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia. "Tiene el deseo y la voluntad de ser el mejor y nada de lo que hace cada noche me deja de sorprender. Es un tío 10 que sigue teniendo en cuenta a toda la gente que le ha ayudado a mejorar durante su carrera".

«No comía ni para atrás»

Otra de las personas que recuerda hoy la figura de Luka Doncic es Paco Carreño, el responsable de cuidar a los canteranos blancos en la residencia del SEK donde pasaban el poco tiempo que les dejaban las clases y los entrenamientos. "Era un gran chaval. Su padre era un gran deportista y su madre siempre le acompañaba", asegura Carreño en conversación con Relevo.

Un diálogo en el que Carreño recuerda a un Doncic siempre sonriente y siempre rodeado de amigos, aunque tenía un pequeño problema: la comida. "No comía ni para atrás. Tenía un problema, no le gustaba nada. De hecho me tenía que sentar con él para que comiera. Incluso le amenazábamos con decírselo a su entrenador para que comiera".

Luka Doncic junto a sus compañeros de promoción. Paco Carreño
Luka Doncic junto a sus compañeros de promoción. Paco Carreño

Doncic siempre fue un alumno aplicado. Tanto en la cancha como en las aulas tal y como apunta Carreño: "Nunca recibí una llamada de ningún profesor como sí me sucedió con algún otro chaval. Era un niño normal y corriente". Salvo porque ya apuntaba alto como futura estrella del baloncesto. "No es que me sorprenda lo que hace. Es que alucino. Aquí ya era un espectáculo. Se le veía desde joven y decías 'Va a ser tela'. Es muy muy bueno".

Un talento generacional que hoy disfruta todo el mundo a través de sus exhibiciones en la NBA, pero que hace 12 años comenzaba a dar sus primeros pasos en la cantera del Real Madrid. El club blanco fue el primero en fijarse en los talentos de un joven esloveno que acompañaba a su padre por las canchas europeas. No era el único equipo pendiente de él.

"Le amenazábamos con decirle a su entrenador que no comía, me tenía que sentar con él"

Paco Carreño

Sin embargo, la voluntad de Doncic fue clave para decidir su futuro. Según confesó su padre, Luka sólo quería ir al Madrid, donde llegó en 2012 como invitado. Un año más tarde, ya integrado plenamente en la disciplina blanca, empezó a despuntar cuando se proclamó campeón y MVP de una Minicopa en la que competía con jugadores mayores que él. Algo que sigue haciendo en una NBA en la que bate marcas de precocidad y registros impensables para alguien que hasta hace poco sólo era "un niño normal y corriente" que disfrutaba en Valdebebas.