NBA

Estos fueron los mejores mates de Michael Jordan

Michael Jordan ha dejado par a la memoria algunos de los mejores mates en la historia de la NBA. El pívot del equipo rival era su víctima favorita.

Michael Jordan realiza un remate en un partido de la NBA./AP
Michael Jordan realiza un remate en un partido de la NBA. AP
Javier Mercadal

Javier Mercadal

Desde muy joven, a Michael Jordan le apodaron Air. El mítico número 23 de los Bulls tenía una capacidad de salto muy superior a sus rivales que caracterizó su juego. Especialmente durante el tramo inicial de su carrera. Tanto que parecía capaz de permanecer suspendido en el aire durante unos segundos que parecían eternos. Aquellas habilidades atléticas le hicieron destacar sobre el resto a ojos del aficionado, especialmente por lo plástico de sus movimientos una vez en el aire.

Debido a ese gran salto, Jordan participó en tres concursos de mates (1985, 1987 y 1988), ganado los dos últimos. Especialmente recordado es la edición de 1988 y su enfrentamiento contra Dominique Wilkins, para muchos el mejor matador de la historia. Los dos ya se habían enfrentado en 1985, que fue el segundo concurso de la historia después su implantación en 1984. En aquel primer pulso, el alero de los Atlanta Hawks se llevó el gato al agua. Fue el All-Star en el que Jordan presentó sus icónicas zapatillas prohibidas: las Air Jordan I rojas y negras que causarían furor entre los aficionados.

Wilkins, sin embargo, ganaría el duelo en la final gracias a su potencia física, que encandiló al jurado. El alero se llevó dos 50 y dejó para el recuerdo algunos mates icónicos, especialmente su famoso tomahawk. Un molinillo en el que, en el aire, bajaba el balón hasta la cintura con una mano para después machacarlo con violencia en la canasta. Se trataba de un concurso muy diferente al de la actualidad, con muchos más mates por participante. Michael Jordan dejó algunas acciones para el recuerdo también, como sus mates a aro pasado con una sola mano. Por ello, permanece considerado todavía en la actualidad como uno de los mejores de siempre.

La revancha le llegó a Air en 1988. Jordan había ganado en el 87, pero Wilkins no había participado por lesión. Los dos se vieron las caras al año siguiente, en el considerado mejor concurso de mates de la historia por Sports Illustrated. El evento dejó para la historia la icónica imagen de MJ haciendo un mate desde la línea de tiro libre, aunque es algo que ya había ejecutado previamente el tiro de cámara y la plasticidad de su llegada al aro hicieron que fuese este el que pasase a la historia. El All-Star se celebró en Chicago, motivo por el que algunos consideraron sospechosa la puntuación de 45 al último mate del jugador de los Hawks, que otorgó el triunfo al héroe local.

A lo largo de la trayectoria, Jordan cambiaría mucho su juego para prolongar sus éxitos una vez que la exuberancia física disminuyó. Hacia el final, el tiro en suspensión sustituiría a los mates como su movimiento más característico. Sin embargo, a lo largo de su carrera dejó una serie de mates inolvidables. Algunos, contra los pívots más dominantes de su época. Era, sobre todo, una forma de sometimiento a sus rivales. Pese a que machacar la canasta posee un valor de dos puntos, lo cierto es que en muchas ocasiones supone algo más. Tiene un matiz anímico importante, capaz de cambiar el momentum de los partidos. Especialmente cuando estos se producen con tráfico en la zona y se rematan con un póster al final de la acción.

Patrick Ewing, Sam Perkins, Greg Ostertag, Alonzo Mourning… Algunos de los pívots más grandes e intimidantes de su época fueron objetivo de Michael Jordan y su voracidad insaciable. Sin embargo, si hay una jugada que define al 23 como competidor es su mate sobre Dikembe Mutombo. Durante años, el africano fue considerado el mejor center defensivo de la NBA gracias a su capacidad de taponar. No solo eso, además acompañaba el tapón con un gesto de negación con el dedo índice que se convirtió en su seña característica. "No en mi casa", solía decir para terminar de hundir la moral de sus oponentes. Jordan no solo machacó en su casa, sino que le dedicó de vuelta el gesto. Bienvenido al vuelo número 23.