NBA

Un trozo de pollo casi le cuesta la vida y ahora trata de encontrar su sitio en la NBA

El que fuera jugador de los Sixers perdió casi 20 kilos por una reacción alérgica. Estuvo mes y medio hospitalizado y hoy busca encontrar regularidad en la NBA.

Zhaire Smith, jugador de los Cleveland Cavaliers./Instagram
Zhaire Smith, jugador de los Cleveland Cavaliers. Instagram
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

El 21 de junio de 2018 el Barclays Center en Brooklyn acogía el draft de la NBA. Nombres como Luka Doncic, Trae Young, Jaren Jackson Jr o el pick #1, DeAndre Ayton, empezaban su carrera NBA que les ha llevado a jugar All Stars, ser All NBA o firmar contratos millonarios. Pero no todos han conseguido triunfar en la NBA, ni mucho menos. Y uno de los casos más sorprendentes fue el de Zhaire Smith, pick #16. Una carrera que arruinó una comida tailandesa. 

Elegido por los Suns, Zhaire fue inmediatamente traspasado a Philadelphia a cambio de Mikal Bridges, quien había sido seleccionado con el #10, y una futura ronda de 2021. Tras una temporada en Texas Tech, donde promedió 11.3 puntos con un altísimo 45% desde el triple, su elección fue esperada. Referencia defensiva, consiguió llevar a su equipo hasta el Elite Eight en el March Madness antes de caer ante la Villanova que acabaría siendo campeona. Su llegada a la NBA era una grandísima noticia para unos Sixers que ya tenían a Ben Simmons y Joel Embiid al máximo nivel, y que unas semanas más tarde traspasaría por Jimmy Butler. Pero su año rookie fue una auténtica pesadilla por culpa de su alergia a las nueces.

Según cuenta Smith en una entrevista en Hoops Hype, el verano antes de su primera campaña, y tras haber pasado por el quirófano para operarse una fractura en el pie, Zhaire tuvo una reacción alérgica que casi acaba con su vida. "Era pollo tailandés. Me lo comí y empezaron los primeros síntomas en los que se me empezaron a hinchar los labios, así que conduje hasta casa para intentar curarme. Empecé a lavarme los dientes y estuve bien durante unos 10 minutos, luego empecé a coger urticaria". Eso solo fue el inicio de la pesadilla que le tuvo mes y medio en el hospital. Pasó de 90 kilos a 72 en apenas seis semanas. 

"Llamé a alguien para que viniera a tratar de darme Benadryl. Tras tomar Benadryl los dedos de mis pies empezaron a hincharse y llamé al 911. Sentía que me ardía todo el cuerpo. Así que vino el 911, me metieron en la parte de atrás de la furgoneta y estuve en el hospital alrededor de un mes y medio". Su vida cambió por completo, física y mentalmente: "Perdí unos 18 kilos (60 libras) y mi cuerpo se estaba deteriorando, así que tuve que empezar de cero con una sonda de alimentación y cables por todo el cuerpo. Fue una situación dura, pero me hizo más fuerte" explica el jugador, que ha firmado un contrato con Cleveland Cavaliers para verano, con objetivo de ganarse un puesto en la plantilla final. 

Todo por una porción de pollo en las facilidades de entrenamiento de los Sixers, equipo que tenía que velar por la seguridad e integridad del jugador. Tras una toracoscopia, una intervención quirúrgica en la que los médicos examinan el esófago para asegurarse de que puede curarse por sí solo, llegaron los tubos. En total fueron cuatro tubos alrededor de su cuerpo, uno para alimentarlo y el resto para mantener los fluidos lejos de los pulmones. Pasó la mitad del tiempo inconsciente y sobrevivió a base de morfina para el dolor. Para cuando volvió a casa, todavía con tubos y una enfermera 24 horas con él, los Sixers no contaban con él para la temporada regular. 

Para Navidad de 2018, cuatro meses y medio después del incidente, pudo empezar a entrenar. Para el All Star, a mitad de febrero, había conseguido recuperar todo su peso y el 1 de marzo hizo su debut en la G-League con el equipo afiliado, Delaware Blue Coats. No fue hasta el 25 de marzo que por fin pudo debutar en la NBA, donde jugó 111 minutos en los últimos nueve partidos de temporada regular (se perdió tres), los dos últimos como titular. Incluso tuvo minutos en playoffs en la serie ante Brooklyn y Toronto. Cuando parecía que podía colarse en la rotación de los Sixers, su sueño volvió a romperse. Porque en su segundo año jugó solo siete partidos, y desde entonces busca una oportunidad.

Fue traspasado a Detroit antes de la temporada 2020/21, pero los Pistons lo cortaron inmediatamente. Firmó un contrato con Memphis, pero tampoco le dieron una oportunidad para entrar en la plantilla de la temporada regular. Ahora es Cleveland, un equipo joven, pero con proyección para competir, el que apuesta por Zhaire. Los Cavs ya tienen todas sus plazas de plantilla ocupadas y los tres contratos duales invertidos, pero Smith puede tener una oportunidad en la G-League para volver a entrar en la rueda que es la NBA. La clave será el trabajo duro y evitar las nueces.