Los jóvenes, la mejor noticia de los españoles en la NBA durante 2022

No ha sido el mejor año para el baloncesto español en la NBA.Ricky Rubio se ha perdido todo el 2022 tras caer lesionado hace ahora doce meses y Serge Ibaka también tuvo muchos problemas físicos. Juancho fue traspasado dos veces y ha vestido cuatro camisetas, mientras que su hermano Willy no está teniendo oportunidades en los Pelicans pese al gran verano que tuvo con España.

La única buena noticia es la irrupción de los dos jóvenes, Santi Aldama y Usman Garuba, el futuro del baloncesto español. En el horizonte aparece Baba Miller, exjugador del Real Madrid que decidió firmar con Florida State antes de ser sancionado por la NCAA. Miller debería salir elegido en el próximo draft, en 2023, colándose entre los catorce primeros. Y con todavía más ilusión miramos a 2024, donde Izan Almansa y Aday Mara deberían salir ambos en primera ronda también.

Llegaron a la NBA a mitad de 2021, pero este 2022 ha sido el año de su explosión. Aldama tuvo que superar la tradición de los Grizzlies de no contar con sus rookies en su primer año y apostó todo a esta campaña, saltándose el Eurobasket para prepararse físicamente. El premio, 16 partidos de titular en la primera parte de la temporada y más de 700 minutos, el doble que en su primer curso NBA. Aldama se ha convertido en una pieza fiable para los Grizzlies que, este año, buscarán competir al más alto nivel y luchar por el anillo. Y tener a alguien como Santi desde el banquillo es un seguro.

En el caso de Usman Garuba, ha ido ganando importancia desde el banco pese a la llegada de otro jugador interior como Kevin Porter Jr. El ex del Real Madrid aporta a los Rockets, una franquicia en crecimiento y desarrollo, una identidad ganadora y hasta cierta veteranía tras competir con el equipo blanco y la Selección Española pese a solo tener 20 años de edad. Como Santi, en este segundo curso ya ha jugado en 30 partidos, más que en su debut en la NBA, subiendo todos sus promedios. Y la estadística avanzada adora su trabajo.

Ambos son el futuro del baloncesto español. Tienen contrato garantizado por al menos una campaña más y con opción a otra y ahora mismo todavía se están desarrollando como jugadores. En el caso de Santi, en un entorno competitivo, ganador y con una identidad; para Garuba, tras dos años de desarrollo, el equipo tiene que empezar a competir desde ya. Los Rockets son, a final de año, uno de los tres peores equipos de la NBA mientras los Grizzlies pelean por liderar el Oeste.

En 2022 Juancho vistió cuatro camisetas diferentes. Empezó el año en los Celtics, pasó por San Antonio antes de acabar la temporada en los Jazz, que decidieron no ejercer la opción que tenían para extender su contrato. Antes del Eurobasket, Hernangómez firmó por unos Raptors donde ha conseguido algo de estabilidad. Ha necesitado un poco de fortuna y tiempo, pero ha sabido aprovechar las lesiones de jugadores importantes para demostrar a Nick Nurse que puede ser un jugador más que aprovechable en la NBA, ya sea jugando como alero, ala-pívot o como referencia interior en una franquicia que busca polivalencia.

Su hermano vivió la situación opuesta. Willy tuvo continuidad, por fin pudo enlazar tres temporadas en la misma franquicia, en este caso los Pelicans. Si bien a final de la última campaña tuvo más responsabilidad, jugando 27 partidos de los últimos 36 y rozando el doble-doble (10.2 puntos, 6.8 rebotes), su temporada actual ha empezado con menos oportunidades. Los Pelicans han recuperado efectivos, han cambiado la rotación y hasta el momento Willy no ha podido jugar ni la mitad de los encuentros. Alzó la voz a principio de mes: "No me esperaba para nada la situación en la que estoy", decía.

Para 2023 el objetivo de ambos debe ser la regularidad. Juancho será otra vez agente libre a final de temporada, pero puede seguir jugando en la mejor liga del planeta. En el caso de Willy, también en su último año de contrato, tocará estar pendientes al mercado de fichajes en febrero: algún equipo puede buscar un cinco suplente y en New Orleans tiene un rol muy residual. Los Hernangómez están en la séptima temporada de su carrera, suman más de 300 partidos y tienen experiencia de sobra para ser jugadores importantes en la NBA

Ricky sigue siendo el mejor jugador español en la NBA, pero el base se ha perdido todo 2022 por una rotura en el ligamento cruzado de la rodilla. A finales de diciembre, todavía con los Cavaliers, el catalán sufría la lesión que le iba a apartar de las pistas por un año. La vuelta está cerca y podría llegar incluso a principios de enero. Aunque estar de baja no le evitó sufrir uno de los mayores males de la NBA: ser carne de traspaso. Sin valor para los Cavaliers, le mandaron a Indiana a cambio de Caris LeVert, pero la relación entre Cleveland y Ricky fue tan buena que, en cuanto pisó la agencia libre, decidió volver.

En el caso de Serge Ibaka, su final de campaña y verano fue una puesta a punto. Tras una larga lesión de su época en los Clippers, su llegada a Milwaukee en febrero cambió su objetivo. Pasaba a trabajar para un objetivo mayor, el anillo de los Bucks, y solo la lesión de Middleton les alejó de ese camino. En lo que va de temporada actual Ibaka ha sido baja por enfermedad por casi un mes, y la vuelta de Joe Ingles le quitará minutos, pero su rol en el vestuario es el de aportar experiencia. Campeón en 2019, Ibaka sabe qué tiene que hacer un equipo para ganar.

Para 2023, los dos veteranos tendrán el rol de ganar. Ricky será clave desde el banquillo para darle un plus a los Cavaliers y Serge Ibaka es parte de la guardia pretoriana de Giannis que busca su segundo anillo. Ellos son los españoles con más experiencia en la liga, ambos agentes libres también a final de verano. Ese mismo verano en el que debería llegar a la liga Baba Miller, el futuro del baloncesto español. No habrá otros como Pau y Marc Gasol, o incluso como Calderón, pero vienen nombres interesantes en los próximos años para España y la NBA.