Daimiel: "La evolución de ingresos en la NBA ocasionará más problemas en el baloncesto europeo"

Hay cosas que no cambian. Como que el sol sale cada día… O que Antoni Daimiel y Guille Giménez sean las voces de la NBA en España. El primero, lleva 28 temporadas comentando la mejor liga del mundo. El segundo, 17. "Es una tradición ya", explicaba Giménez a Relevo. Pero lo cierto es que es más que eso. La pareja NBA de Movistar es capaz de atraer incluso a un público joven, alejado de la televisión clásica. Ese que prefiere los nuevos formatos de streaming o TikTok. Y eso no es fácil. Menos aún, cuando, como bien reconoce Daimiel, "rondan los 50" años. Pese a la edad, son de los que si tienen que echar una partida al 2K, la echan sin problema, aunque alguno reconozca que no es tan bueno a los mandos como narrando. Eso sí, las videollamadas múltiples las manejan a la perfección.

En lo que sí son los mejores, seguramente, es en conocimiento sobre el baloncesto que existe al otro lado del charco. Y también respecto al europeo. Por eso, cuando hablan de que con el paso del tiempo y los cambios en la NBA cada vez será más difícil mantener en Europa a los buenos jugadores del continente, hay que reflexionar.

 'Dormir es de cobardes', pero el otro día vi un tuit que decía que para qué quiero trasnochar y ver un partido de dos horas y media si luego voy a tener un resumen de dos minutos y medio en el que me lo cuentan todo…

Daimiel: Entras en un terreno pantanoso e interesante. Vivimos en unos tiempos en los que hay un exceso de ocupaciones, de obligaciones, de deberes, tentaciones, oferta de ocio… Por lo tanto, una labor de cada ser humano desde que se levanta es administrar el día que tiene por delante y elegir y priorizar. Lo que pasa es que esto que han creado los nuevos formatos y que, desde luego, nos dan muchas posibilidades, tiene un riesgo evidente: que solo nos interese lo más destacado o lo mejor y que nos acostumbremos a no disfrutar del durante, del mientras tanto. Al final, ver un partido completo de cualquier deporte es una experiencia fantástica. Te vas quedando con muchos detalles que incluso algunos de ellos no tienen nada que ver con el resultado. Un seguidor más superficial de la NBA se queda con ese vídeo de las redes. Hay gente que, por tiempo, quiere seguir toda la competición y tiene formatos de resúmenes de 15 o 20 minutos, el condensed games. Pero la oferta de poder ver un partido completo, para mí como aficionado es inigualable.

Giménez: La aparición de las redes y todos estos resúmenes tiene una consecuencia buena y una mala. La buena es que gracias a esos pequeños clips, más gente consume NBA. La mala es que menos gente consume la NBA en directo y se queda de madrugada. Pero de esa gente hay que decir que lo que tiene es un conocimiento absolutamente superficial. Es como los discos: no es lo mismo conocer a un artista y tener todos los discos o un solo single que conoce todo el mundo. Son las derivaciones de la vida moderna.

Se ha fomentado mucho el espectáculo moderno, abrir la NBA para hacerla más atractiva. Es algo que salta a Europa, pero con cuenta gotas, ¿no?

D: Es muy complejo. La NBA era una competición profesional cerrada ya en los años 70 y era una competición con problemas: de rentabilidad, de imagen, de sinergia con el aficionado, por muchas cuestiones sociales y económicas de Estados Unidos. Y cuando entró un comisionado, bueno, primero fue una especie de vicepresidente, David Stern, en el año 80 ya encauzó la NBA, sobre todo como un modelo de negocio. Aprovechar una competición deportiva, pero que sea no solo sostenible, sino muy productiva. Enseguida visualizó que tenía que ser global, que se siguiera en todo el mundo. Y como tal, con esa idea general, la NBA ha funcionado muy bien y por lo tanto ha trascendido a lo que es la afición por un equipo, el seguimiento a un jugador. Entendieron que para escalar en presupuestos, salarios... también había que escalar el precio de las entradas, por supuesto, y que había que ofrecerle al espectador una experiencia global, para que pudiera ir la familia al completo. La NBA ha ido cuidando eso. Lo que pasa es que en general el deporte aquí en España, y yo creo que en Europa, está más condicionado por el abanderado de un equipo, de unos colores, de una camiseta, por las tradiciones. Y cuesta más adaptar algunas de estas cosas. Tampoco soy favorable a copiarlo todo. Creo que lo que tiene que tener una competición, o una liga o deporte, es la personalidad, de probar cosas y que no haya vergüenza a la hora de probar algo. Y si ves que no te ha salido bien, cambiarlo. Tener esa flexibilidad. Es una liga viva, en constante cambio.

G: La NBA fue concebida con una gran cultura en torno a ella. Un jugador sabe que gran parte de su sueldo va o es gracias a que los medios de comunicación digamos que publiciten su actividad. Ganan parte del dinero que ganan gracias a atender a los medios o en darse a los medios. En España, en la ACB hay una mala herencia del fútbol. Parece que la prensa es el enemigo, cuando si no se retransmitieran los partidos, los sueldos de esos jugadores serían los mismos que había en los años 20. Antes de cada entrenamiento de las finales, las principales estrellas atienden a la prensa, antes y después de cada partido. Todos. Aquí dar con una de las estrellas de los grandes equipos, sobre todo de fútbol es un reto. Allí, es el día a día porque hay esa filosofía, esa cultura de saber que todo sucede gracias a que los medios retransmiten esa actividad.

Parece que hay cierta rivalidad entre el baloncesto europeo y la NBA. Es más, se cae en tópicos sobre las defensas allí o que solo se juega por espectáculo.

D: Es poco efectivo establecer una rivalidad con ese tipo de afirmaciones. Lo que hay es una realidad. Por cuestiones económicas, la NBA es la liga más potente del mundo y tiene capacidad para llevarse a los mejores jugadores del mundo. Y los mejores quieren jugar allí. Además, hay visos para pensar que va a ir a más. La evolución del límite salarial, de los ingresos de la NBA con un nuevo contrato televisivo en EEUU… Todo eso va a subir y ocasionará mayores problemas en el baloncesto europeo para retener jugadores. Incluso a jugadores que empiezan a despuntar con 17 o 18 años. Habrá que ver cómo responde el baloncesto europeo. Y en el tema de las defensas, los jugadores españoles que están allí o que vuelven, lo niegan. Además, hay una regla que hace ese baloncesto muy diferente: la de los tres segundos defensivos. En la NBA te obligan a seguir prácticamente en todo el ataque al hombre del equipo rival que estás defendiendo. No puedes zonear tanto. Tienes que acompañar a tu par; y aquí, no.

G: Es más difícil defender bien en la NBA. La cancha es más grande y hay mucha gente que no sabe eso y que hay más espacios. A la gente le sorprende que Doncic, por ejemplo, metía 14 puntos por partido en Europa y allí mete 28. Hay muchos tópicos. ¿No se defiende? Bueno, es que hay equipos que juegan cuatro partidos en siete días. Entonces hay un día en que están derrengados y es que no pueden ni con su alma. Pero cuando hay que defender se defiende mucho. Luego hay un tópico tremendo: que la NBA se ha priorizado el físico sobre el nivel técnico. Y es posible que hace unos años ocurriera. Pero si vemos los últimos draft, los jugadores que han ido saliendo son técnicamente fenómenos. En definitiva, la NBA tiene una ventaja económica brutal que hace que se lleve de Europa, no sólo a los mejores jugadores, también algunos medianitos. Han ampliado plantillas, hay más dinero y eso pone muy complicado el nivel de calidad del baloncesto aquí en Europa.

Es cierto que cada vez hay más jugadores europeos, pero ¿cuál va a ser el papel de los españoles este año en la NBA?

D: Estábamos mal acostumbrados a que hemos tenido años que ni siquiera correspondían con la cantidad de población en España, incluso con las virtudes que tiene España como escuela baloncestística. Teníamos muchos representantes y muy buenos y eso tampoco era normal, era algo extraordinario. Y ahora podemos pensar que pasamos por una etapa difícil, pero bueno, hay cuestiones a valorar. En el caso de Santi Aldama, el hecho de que sea titular y que haya jugado en condiciones normales más de 30 minutos... Es una señal de confianza en Santi Aldama, allí en Memphis, tremenda. Garuba es un jugador con condiciones de alcanzar la rotación habitual de poder jugar unos 15 o 18 minutos por partido. El caso de los Hernangómez es más delicado y confuso. Son jugadores a los que hemos visto a un nivel estelar con la Selección, pero que no acaban de afianzarse y de explotar. La gente se extraña de que Willy haya jugado poco siendo MVP del Eurobasket. Pero esto es así. Allí, en Pelicans valoran más a Valanciunas, que es el pívot titular y que en el duelo contra España con Lituania estuvo por debajo de Willy. Juancho ha pasado por muchos equipos, con mucha inestabilidad también… Y luego estamos esperando a Ricky Rubio. Ha quedado demostrado que Cleveland va a hacer muy buena temporada y Ricky, cuando vuelva de la lesión, va a ser importante. Lo valoran mucho. Ibaka, en cambio, está ya en sus últimos años.

G: Lo de los Hernangómez y Garuba refleja una realidad. La NBA es un poco cainita, no entiende de torneos internacionales. Hay entrenadores NBA que ni siquiera los ven, reconocen que no ven ningún partido del Eurobasket. Se fijan en lo que trabajan allí y hacen día a día en los entrenamientos o en los partidos.

Y si hubiera un All-Star EEUU vs resto del mundo, ¿podría cambiar esa situación?

D: De esa fórmula se ha hablado más aquí en Europa que en EEUU. Están tratando de cambiar cosas relativas al All-Star, pero, por ejemplo, ha habido un EEUU contra no estadounidenses entre jugadores de primer y segundo año y no ha influido en nada. Ni a mejor ni a peor. Ellos valoran al jugador sin mirar el pasaporte. Se consideran la mejor competición del mundo, una muy global, y quieren a los mejores. Por una cuestión de población, parte de los mejores les van a llegar de fuera y los toman en seguida como uno de ellos. El hecho de que hayan sido MVP Jokic, Antetokounmpo, que Doncic haya sido favorito dos años para serlo, explica muy bien esta apertura de mente que se tiene en la NBA.

G: El cambio de mentalidad se produjo hace años. Hace tres décadas, un EEUU vs Europa hubiera sido un buen desafío. Ahora no. En los 80 o 90 se consideraba desde allí que el baloncesto europeo era infrabaloncesto. Pero desde que llegaron allí jugadores que en Europa metían 30 o 40 puntos como Petrovic, Sabonis... que allí triunfaron, la mentalidad cambió. Ahora, cualquier europeo que empieza a destacar aquí tiene abiertas las puertas de la NBA.

¿De qué jugador os compraríais su camiseta?

D: Es difícil elegir porque son caras. Uno no se puede comprar ocho que es lo que apetece de primeras. A mí siempre me gusta además tener productos que no tiene todo el mundo, tratar de ser pionero. Ahora mismo me compraría la de Anthony Edwards de Minnesota. Creo que en los próximos años puede ser MVP. Es un jugador espectacular, un líder.

G: Me compraría un montón de camisetas, pero de mercadillo, de estas de imitación porque, como dice Antoni, son caras. Entonces arrasaría un mercadillo y me compraría, por supuesto, las de Curry, la de Durant, las grandes estrellas, Jaden McDaniels, si la encontrara. Y luego sí que me gastaría la pasta y me compraría la oficial de la estrella que mejor me cae de la NBA, que es Giannis Antetokounmpo.

En esa canasta decisiva que os haría ganar el partido, ¿a qué jugador le daríais el balón si quedara solo un segundo para el final?

D: A Jordan. Todavía hay gente que puede discutir si ha sido el mejor o no de la historia, pero seguramente sí en la capacidad de ese instinto de killer, de matar un partido, de ser un ganador.

G: Si fuera un balón a media distancia se la daría a Jordan, pero también pensaría en meter el balón dentro a LeBron James debajo del aro.

¿Con qué momento de la NBA os quedarías como favorito?

D: Estuve en esa canasta tan famosa de Jordán, precisamente comentando junto a Andrés Montes en el año 98, en el último título de Michael Jordan, aquella canasta. Pero quiero también valorar la NBA de los últimos años que nos ha dado grandes cosas y, por ejemplo, ese séptimo partido para ser un séptimo partido de una final en el año 2016, el triple de Kyrie Irving para la victoria de Cleveland.

G: El tapón de LeBron a Iguodala. Fueron las primeras finales que narré y lo hice allí, en directo. Iguodala iba a anotar en una bandeja que iba a darle el anillo a los Warrriors, a los Warriors que habían batido el récord de victorias de la historia de la NBA. Yo vi que LeBron corría desde el centro de la cancha y yo pensaba que iba a llegar, es que es capaz de llegar, es capaz de llegar. Y llegó LeBron James. Luego anotó Kyrie Irving. Pero si no pone el tapón LeBron, pues los Warriors hubieran ganado otro anillo.

Cuando se produzca la retirada de la camiseta de Pau Gasol, ¿podría convertirse en vuestro momento favorito?

D: Sin duda. Para la gente que tiene cierta edad y una perspectiva de lo que ha sido la NBA en relación a nuestro entorno, desde que empezó a aterrizar en los 80, creo que es un momento muy importante. Es el reconocimiento a nivel global a uno de los nuestros de una de las dos franquicias más potentes de la historia. Un símbolo de lo que ha significado una carrera como la de Pau y su aportación en aquellos Lakers que ganaron dos anillos, en 2009 y 2010. Si finalmente viajamos y retransmitimos el Lakers-Memphis en directo desde allí, con esa ceremonia, va a ser muy emotivo.

G: Es tan importante que estamos rapiñando con el presupuesto para ir a retransmitirlo. Estamos buscando debajo de las piedras porque queremos estar ahí. Eso es lo que significa para nosotros. Es el momento en el que de chaval nunca soñé. Jamás en mi vida pensé que a un jugador español le iban a retirar la camiseta en los Lakers. Es un sueño absoluto.

¿Qué consejo le daríais a alguien que está empezando a narrar?

D: Primero que sea él. Que trate de que no haya nada forzado. Nada de impostura. Que la gente, cuando le escuche narrar o le vea narrar, identifique a alguien muy cercano a lo que él es de verdad. Y segundo, que por ese afán de llamar la atención que parece que hoy domina tanto, que no pierda las referencias principales que tiene que ser la de transmitir un mensaje, la de mejorar la experiencia del espectador y, sobre todo, contar lo que está pasando y explicarlo. Es decir, no perder un poco los mandamientos de lo que tiene que ser narrar, retransmitir, comentar, etcétera. Pero, sobre todo eso, que sea alguien sencillo, normal y que mida muy bien las expresiones y el grado de emoción en función de lo que pasa.

G: Hay que intentar, si empiezas a narrar ahora, no fliparte demasiado. He impartido clases de narración y lo que siempre he dicho es no finjas emoción, transmite emoción cuando la sientas de verdad, no la finjas porque no te va a creer nadie. Es básicamente eso, estar en función del verdadero valor que tienen las jugadas o los partidos. No hay que exagerar por exagerar.