Las elecciones en Estados Unidos dividen a la NBA entre "un hombre patético" y los 100 millones a favor de Trump de la 'jefa' de Doncic

"Es un hombre patético. Está enfermo". Estas duras palabras de Gregg Popovich se refieren al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Una figura que ya levantó mucha polémica y muchas opiniones en contra en su primera etapa en la Casa Blanca y que ahora ha vuelto a ser objeto de críticas por parte de jugadores y entrenadores de la NBA.

El veterano técnico de los Spurs es un habitual en sus críticas hacia el empresario neoyorquino y no ha dudado en volver a demostrar su antipatía por Trump a escasos días para las elecciones generales. "Nunca ha sido aceptado, lo han tratado como un tonto, como un payaso, y ahora, debido a su posición, puede señalar con el dedo al mundo, y eso es lo que está haciendo. Es el mayor llorón del mundo".

Popovich, ganador de cinco anillos de la NBA con los San Antonio Spurs, no ha llegado a pedir públicamente el apoyo a la candidata del Partido Demócrata Kamala Harris. Lo único que quiere es que el pueblo estadounidense acuda a las urnas. "La gente que se queda en casa y no vota es la que me preocupa. Todos tenemos que votar, y ojalá no se queden en casa, se den cuenta de que este tipo es un estafador".

Quien sí se ha pronunciado públicamente en favor de Harris ha sido LeBron James. El jugador de los Lakers, con más de 150 millones de seguidores, ha utilizado las redes sociales para mostrar su postura política. "¿De qué estamos hablando aquí? Cuando pienso en mis hijos, en mi familia y en cómo crecerán, tengo claro mi voto. ¡¡VOTA POR KAMALA HARRIS!!", dijo James en una publicación en sus redes sociales.

El mensaje acompaña un video en el que se intercalan comentarios insultantes o racistas de Trump con imágenes históricas del movimiento por los derechos civiles o más actuales de personas migradas. Uno de los cortes de Trump, de 1989, iba dirigido a los 'Cinco de Central Park', cinco hombres latinos y negros condenados injustamente cuando eran adolescentes en un caso de violación a una mujer contra los que el magnate lideró una campaña mediática. "Por supuesto que detesto a estas personas, y odiémoslos todos porque tal vez el odio sea lo que necesitamos", dijo Trump, que nunca se ha disculpado, sobre esos jóvenes. James cierra el video con el mensaje "el odio nos hace retroceder".

Hay más voces dentro del ecosistema de la NBA que piden el voto para Harris. O al menos, que la gente no muestre su apoyo a Donald Trump. Es el caso del entrenador de los Milwaukee Bucks Doc Rivers, que también ha mostrado su rechazo al candidato republicano. "Creo que estas elecciones son muy importantes. Es muy importante votar. Tenemos que hacer algo. Lo que vimos en el Madison [un cómico se refirió a Puerto Rico como una isla llena de basura] fue atroz. Fue horrible y da igual que seas negro, hombre, mujer, latino… ellos golpean a todo el mundo".

Sin embargo, el universo de la NBA va más allá de lo que sucede en la cancha y refleja la división social en cuanto a la carrera electoral. Mientras jugadores y técnicos apuestan su mayoría por Harris, en los despachos la flecha apunta en la dirección contraria y la mayoría de los propietarios han mostrado su apoyo (y sus millones) a Donald Trump. Y nadie como la actual 'jefa' de Luka Doncic, que se ha mostrado como la mayor defensora del multimillonario.

La dueña de los Dallas Mavericks Miriam Adelson, la quinta mujer más rica del mundo y esposa del difunto magnate de los casinos Sheldon Adelson, invirtió 95 millones de dólares en su súper PAC pro-Trump, Preserve America. De hecho, las donaciones totales de Adelson al grupo ascienden a 100 millones de dólares este año, aumentando también las posibilidades de convertirse en una de las mayores donantes de este ciclo.

Una cantidad que no ha sido igualada por otros propietarios, pero magnates como James Dolan (New York Knicks), Micky Arison (Miami Heat), Dan De Vos (Orlando Magic) o Glen Taylor (Minnesota Timberwolves) también han hecho donaciones a favor de la campaña de un Donald Trump que, como ya sucediera hace cuatro años, mantiene dividida a la familia de la NBA a la espera de ver qué sucede en las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.