Cooper Flagg, el niño prodigio con el que alucinan en EE.UU y que ha provocado una guerra de marcas por valor de 1.000 millones
El joven jugador, que apunta a número 1 del draft 2025, se ha decantado por New Balance y ha hecho que las previsiones de ganancias lleguen a los 5.000 millones de dólares.
El deporte estadounidense es una fábrica constante de talento joven con el que ilusionar a millones de personas. Un goteo interminable de talento en el que se buscan sucesores para LeBron, Brady o Maya Moore. Calidad y condiciones físicas que desde la infancia llaman la atención de ojeadores y también de marcas comerciales que buscan al nuevo Midas.
Es el caso de Cooper Flagg, el último prodigio del baloncesto estadounidense. Nacido en Newport, Maine, es la gran próxima estrella del draft de la NBA. Tras dominar el baloncesto de instituto, primero en Nokomis Regional y los últimos años en Montverde Academy, se comprometió para jugar en Duke el próximo año. Luego, lo más probable es que dé el salto a la NBA como número 1 del draft de 2025, compartiendo 'clase' con el madridista Hugo González.
En sus años de instituto Flagg Flagg, que tiene 17 años y mide 2,05 m., ha jugado en Nokomis Regional y Montverde Academy, logrando 28 puntos, 16 rebotes, 6 asistencias y 11 tapones. Además ha promediado 25,4 puntos, 13 rebotes, 5,7 asistencias y 6,9 tapones en el Nike Elite Youth Basketball League (EYBL) en el que se enfrentó a los mejores jugadores de Estados Unidos de su generación. Un golpe en la mesa para reclamar su trono como futuro rey del baloncesto en Estados Unidos.
Flagg es un tres por tamaño, con 203 centímetros de alto y por encima de los siete pies de envergadura. Capaz de anotar a los tres niveles, manejar el balón y generar para sus compañeros con la coordinación de un base. Se le ha visto dominar la pintura, la media distancia y tirar bien del triple, pasar el balón y su mayor virtud sigue siendo su capacidad para taponar los tiros rivales. Puede defender las cinco posiciones por atletismo y velocidad, y protege el aro como un interior.
Pero la corona no sólo se ve en los números o en su baloncesto. También, y sobre todo, se ve en la disputa que tienen las marcas comerciales por hacerse con ese talento joven que les asegura el futuro. En el caso de Flagg, además de la batalla entre las grandes universidades de EE.UU con victoria final para Duke, también hubo una dura pugna entre las grandes firmas de calzado deportivo para vestir al talento de Maine.
Y aquí también ha sorprendido Flagg, que se ha decantado por New Balance. Una decisión marcada por la cercanía de la marca de Boston con su lugar de nacimiento. "Lo hace diferente y especial. Mi madre nos solía llevar a la tienda cuando llegaba la vuelta al colegio. Es una marca que se alinea con mis orígenes", señalaba el jugador al anunciar su decisión.
Flagg se une así a Kawhi Leonard, Tyrese Maxey y Jamal Murray como las principales caras de la marca en la NBA, aunque no haya disputado un solo minuto en ella. El nuevo jugador brasileño del Real Madrid Endrick y la precoz tenista Coco Gauff también demuestran la apuesta de la marca por el talento joven en busca de un rédito futuro. Aunque en el caso de Flagg también es presente.
Apenas nueve días después de firmar su contrato por derechos NIL (naming, image and likeness) con New Balance, el valor de mercado de Flagg en lo que a este tipo de derechos se refiere ascendió hasta los 1.400 millones de dólares, situándose séptimo entre los atletas universitarios mejor pagados. Todo en su primer año de universidad y antes siquiera de haber disputado un solo encuentro en la NCAA con los Blue Devils.