NBA

Cifras milmillonarias y una subida del 350% explican el mayor negocio en la historia del deporte

Sólo en 2023 Michael Jordan ha ganado cuatro veces más que en toda su carrera en la NBA.

Michael Jordan en un partido de los Chicago Bulls./Reuters
Michael Jordan en un partido de los Chicago Bulls. Reuters
Guillermo García

Guillermo García

Michael Jordan lleva 20 años retirado del mundo del baloncesto, pero sigue siendo el gran icono del deporte de la canasta. Fueron 15 temporadas en el parquet en las que se ganó la etiqueta de mejor jugador de todos los tiempos… y en las que se embolsó 91 millones de dólares. Un sueldo astronómico para la época, pero que queda empequeñecido por los salarios actuales (Curry cobra sólo esta temporada 51 millones) y, sobre todo, por lo que Jordan ha ingresado una vez retirado.

El exjugador de los Chicago Bulls y de los Washington Wizards ha logrado un nuevo récord en su carrera. Aunque en esta ocasión no lo ha conseguido metiendo canastas, sino vendiendo zapatillas. Jordan cerrará el año con unos beneficios de 331 millones de dólares gracias a los más de 6.600 millones que ha facturado su marca de ropa deportiva, ya que se lleva el 5% de cada producto de la marca. Es decir, que en un solo año ha ganado un 350% más que en toda su carrera deportiva.

La marca del cinco veces MVP de la NBA y ganador de seis anillos supone el 14% de los ingresos generados por Nike y en apenas cinco años ha duplicado su facturación, pasando de los 2.800 millones facturados en 2018 a los 6.600 millones que la marca ha generado en este 2023 que ahora termina. Cifras con las que ha superado a Adidas, Puma o New Balance como la segunda marca deportiva más vendida en Estados Unidos, sólo por detrás de Nike. En definitiva, el negocio más lucrativo en la historia del deporte. Aunque no siempre fue así.

En 1984 Converse dominaba el mercado con caras como Magic Johnson y Larry Bird, las referencias de Lakers y Celtics. Controlaban el mercado, tenían a las mejores estrellas y las zapatillas más populares. La alternativa era Adidas, una marca alemana que tenía a Kareem-Abdul Jabbar como principal activo. El propio Jordan había vestido ambas, Adidas y Converse, en la universidad, sin ningún tipo de contrato, sólo por preferencia estética o deportiva. Nike no era realmente una opción, pero su propuesta fue la más atrevida. Y para entenderlo hay que saber el rol que tuvo Sonny Vaccaro, el encargado de convencer a Nike de firmar por un jovencísimo Michael Jordan, recién salido de la universidad. Pero, sobre todo, de su madre.

Así cambió el marketing deportivo

Todo cambió gracias a Deloris Jordan. "Después de la primera reunión, tuve claro que la manera de llegar a él era a través de su familia. Michael solo escuchaba a su familia, en especial a su madre", aseguraba Vaccaro sobre su primera reunión con la madre del jugador. Vaccaro convenció a Deloris, que a través del teléfono negoció el porcentaje (5%) de cada par de zapatillas vendidas que iría a parar a los bolsillos de su hijo.

El 1 de abril de 1985 Nike sacaba al mercado unas zapatillas blancas, rojas y negras que ya son historia del deporte: las Jordan 1. Unas botas que el jugador ya había usado en algunos partidos y en el concurso de mates de aquella misma temporada y que salieron con un precio de venta al público de 65 dólares. Un valor de mercado que hoy se ha multiplicado por tres.

Las zapatillas salieron a la venta en apenas seis estados y desde el inicio superaron cualquier expectativa por parte de la marca de Oregón. Las previsiones de Nike apuntaban a vender 100.000 pares en el primer año. Sin embargo aquellas zapatillas supusieron un auténtico 'boom' y en apenas un mes habían superado los 450.000 pares vendidos. Sólo fue el inicio de una historia que sólo en este 2023 ha dejado en las arcas de Nike más de 6.000 millones de dólares.