RAPTORS 130 - BUCKS 111

El dúo Antetokounmpo-Lillard no era tan temible y llena de dudas su camino

Otra vez los Bucks se llevaron un varapalo en una noche mediocre de sus dos estrellas. Y Milwaukee se pone 2-2 cuando van apenas 10 días de competición.

Damian Lillard durante el partido ante los Raptors./AFP
Damian Lillard durante el partido ante los Raptors. AFP
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

La llegada de Lillard a Milwaukee fue un golpe sobre la mesa de los Bucks. Se hacían, no solo con el mejor jugador disponible en el mercado de traspasos, sino al mismo tiempo con uno de los cinco mejores jugadores de la conferencia. Emparejaban al base de Oakland con Giannis Antetokounmpo, creando una pareja temible, capaz de jugar el bloqueo y continuación con mil variables, rodeados por tiradores abiertos. Un equipo hecho para dominar la conferencia, del que se esperaba un proceso de adaptación... pero que en una semana se ha llevado ya dos palizas. La de anoche (130-111), ante unos Raptors que venían en crisis y con la necesidad de ganar.

En Toronto, los Bucks no pudieron siquiera pelear el partido. Cada vez que se acercaban a menos de 15 puntos, Scottie Barnes, Dennis Schröder y Pascal Siakam respondían con contundencia. Un partido donde Damian Lillard terminó con 15 puntos y solo nueve tiros intentados (4/9, 1/4 en triples) y Giannis sumó solo 16. El año pasado solo en cuatro partidos el griego se quedó por debajo de esa cifra, y en dos de ellos salió lesionado al primer cuarto. Su peor partido con diferencia, en ambos lados de la pista. El encaje con Lillard está costando más de lo debido, en parte por el rendimiento del resto de titulares. Porque cuando los dos están en pista, el equipo es 11.2 puntos peor que el rival (por 100 posesiones). Principalmente por la paliza de los Hawks.

Porque el 130-111 que se llevaron de recuerdo de Canadá no es la única noche para olvidar en esta corta temporada. Los Hawks asaltaron Milwaukee en un partido donde lideraron por 47 minutos, y llegaron a dominar por 31 en algún momento del partido. Esa noche Lillard metió solo seis puntos, con 2/12 en tiros y los Bucks tampoco pudieron competir contra un equipo que, desde entonces no ha vuelto a perder. Y los Bucks son al mismo tiempo ese equipo que le puede ganar a los Sixers, sin James Harden, o superar a los Heat pese haber jugado la noche anterior, pero que sufren desconexiones muy graves. Y si Lillard y Giannis no lideran, el equipo no rinde al mismo nivel. 

Brook Lopez está promediando menos de once puntos por partido, Khris Middleton todavía no ha recuperado el nivel All Star en ambos lados de la pista, y no es seguro que vaya a volver a serlo, y ese quinto titular está siendo tan irregular como Dame y Giannis. Malik Beasley promedia 19 puntos en las derrotas y cinco en los dos triunfos. Y en defensa, los Bucks son la segunda peor de la NBA. Han perdido el estandarte, ese base y epicentro que era Jrue Holiday. Porque Brook y Giannis se llevaron los honores, pero Jrue era el eje. Ante los Raptors, la estrategia de Darko Rajakovic para mantener la ventaja fue sencilla: atacar a Lillard. Lo hizo Schröder, Anunoby, Barnes o incluso Gary Trent. Cada vez que necesitaron puntos fáciles acudieron hasta el punto que Adrian Griffin tuvo que esconder a Lillard. 

Una noche que para los Raptors fue de resurrección. Siakam definió el partido, el quinto de la temporada, como una victoria obligatoria, y cumplieron. Entraron los triples de Siakam, 26 puntos, y un Scottie Barnes que ha empezado el año a nivel All Star, aunque el MVP fue el mejor jugador del Mundial. Schröder ya venía siendo diferencial para estos Raptors, y que hizo su mejor partido. 24 puntos, 11 asistencias y el temple necesario para marcar el ritmo de un equipo que necesita un base y un capitán en la pista. Con el alemán en pista fueron 21 puntos mejores que Milwaukee; sin él, los Bucks fueron superiores. Y los Celtics, líderes en solitario, ya les llevan dos partidos de diferencia a cada uno.