Motivos y cronología de la debacle de una Francia que ya espera a Wembanyama
Vincent Collet, seleccionador nacional durante los últimos 14 años, entre la espada y la pared.

Yakarta.-Francia se ha consolidado como una de las grandes potencias del mundo del baloncesto durante este siglo. Un equipo que aunaba talento y físico capaz incluso de competir con la inalcanzable selección de Estados Unidos, contra la que jugó la final olímpica de Sídney 2000 (85-75 para los estadounidenses) anticipando lo que iba a ser el inicio de una generación dorada.
Apenas un año después los galos no pasaban de cuartos en el Eurobasket y en 2002 ni siquiera conseguían el billete para el Mundial de Indianápolis. Tocaba volver a empezar, pero no de cualquier manera. Para comenzar la reconstrucción se contaba con la mejor generación de jugadores de la historia del país galo, encabezada por los Pietrüs, Geläbale, Boris Diaw, Nicolas Batum y, sobre todo, por Tony Parker.
El base iba a ser la piedra sobre la que edificar el nuevo edificio, pero los éxitos tardaron en llegar. El cuatro veces campeón de la NBA tuvo que esperar cuatro años para conquistar su primera medalla con el bronce en el Europeo de 2005. Un primer espejismo. Parker tuvo que aguardar otros seis años para volver a subir al podio. Fue en 2011 ya con Vincent Collet como arquitecto.
Todo apuntaba a una etapa gloriosa. Sobre todo tras el oro en el Eurobasket de 2013 y el bronce en el Mundial de 2014, apeando a España de la lucha por las medallas. Sin embargo, igual que había sucedido en años anteriores y como volvió a pasar en 2015, exhibición de Pau mediante, o en los Juegos de 2016, o en el Eurobasket de 2022, España siempre se cruzaba en su camino.
"Si Pau Gasol no hubiese nacido, hubiera ganado más medallas de oro"
"Si Pau Gasol no hubiese nacido, hubiera ganado más medallas de oro. Hemos tenido una gran rivalidad con España. Me encantaba jugar contra España porque me hacía mejor jugador y siempre me ha fascinado la mentalidad del equipo español al que he tenido como inspiración", aseguraba Tony Parker hace semanas, pocas horas antes de entrar en el Hall of Fame de la NBA.
Collet, siempre en la picota
Pau y los suyos fueron 'culpables' de que la mejor Francia de la historia no tenga más oros en su palmarés. Pero también lo es un Collet que no ha sabido adaptar su libreto a un equipo con tanto físico como talento. Juego en estático demasiado marcado por la superioridad atlética en el uno contra uno, con pocas soluciones tácticas para aprovechar la calidad de jugadores que se diluían en el sistema sin brillar.

A eso se le iban sumando el adiós de jugadores como Diaw, retiradas como la de Parker, 'castigos' como el de Heurtel o renuncias como la de este verano de Victor Wembanyama, la gran esperanza del baloncesto galo que eligió quedarse en San Antonio preparándose para su primera temporada en la NBA en lugar de vestir la camiseta de la selección absoluta. La misma que puede compartir el próximo verano con Joel Embiid, aunque según ha podido saber Relevo el de los 76ers está ahora más cerca de aceptar jugar con Estados Unidos.
Una situación de renuncias y bajas que ha terminado por explotar con la derrota ante Letonia que aparta a Francia del título mundial a las primeras de cambio. No sólo eso. La derrota obliga a los galos a permanecer en Yakarta hasta el 4 de septiembre jugando por los puestos que van del 17 al 32. Demasiado castigo para ellos.
"Estamos perdiendo jugadores de baloncesto por culpa de la política. Realmente no me importa la política mundial"
Y mientras los jugadores se acordaban de las ausencias y echaban en cara a la federación y a un Collet más discutido que nunca las ausencias de jugadores como Thomas Heurtel, castigado por firmar con Zenit ruso en mitad del conflicto de Ucrania.
"Cuando te privas de ciertos muchachos en determinadas competiciones pasa esto. Estamos perdiendo jugadores de baloncesto por culpa de la política. Realmente no me importa la política mundial, quiero que Francia tenga la mejor representación posible. Necesitamos a todo el mundo comprometido", aseguraba Batum tras una derrota que supone un final y un nuevo comienzo para la selección gala, que ya espera a Wembanyama como el maná.