MUNDIAL DE BALONCESTO

Maodo Lo, el artista del postmodernismo que dibuja la reacción en Alemania

La selección germana certifica su clasificación a la segunda fase tras imponerse a Australia por 82-85.

Maodo Lo tira a canasta durante el partido entre Alemania y Australia./ FIBA
Maodo Lo tira a canasta durante el partido entre Alemania y Australia. FIBA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

El artista y el bad boy. Si uno se fija en los argumentos que Alemania está mostrando en este Mundial 2023, lo cierto es que estos dos -unido a lo que se ha visto a nivel global sobre el parqué- son sus dos mejores bazas. Así se vio en la primera jornada, cuando la selección germana se impuso a Japón (81-63) y así ha vuelto a comprobarse en la segunda. Alemania certifica su pase a la segunda fase en un choque ante Australia que no ha dejado a nadie indiferente y que ha brindado uno de los mejores duelos hasta ahora en lo que va de torneo (82-85). ¿Y de quién ha sido la culpa? Si en Australia llevaban la batuta Patty Mills y Josh Giddey, en Alemania han sido, precisamente, el llamado bad boy (Dennis Schroder) y el artista: Maodo Lo. Esta es la historia del base berlinés forjada entre el arte y la tragedia.

Resumen del Australia - Alemania. GOL MUNDIAL

Lo cierto es que el gran nombre de la selección germana es el de Schroder, por algo es un jugador que, sea por h o por b, no pasa desapercibido ni siquiera en la NBA. Pero en esta segunda jornada de la primera fase del Mundial, más allá del duelo del base de los Raptors con su homólogo en los Atlanta Hawks, el australiano Patty Mills, se ha abierto paso otra figura hasta el punto de convertirse en clave para esa victoria final de Alemania. La selección dirigida por Gordie Herbert necesitaba de alguien que hiciera a los suyos cambiar el chip y ese fue Maodo Lo.

El base berlinés fue el protagonista en el parcial de 10-0 con el que Alemania arrancó el último cuarto, a base de puntos y asistencias, que hizo que el partido cambiase por completo y, finalmente, cayese del lado germano. Cual artista, supo dibujar en el parqué lo que tenía que hacer y ordenar hacer a sus compañeros. Y funcionó. Aunque lo cierto es que ese gen artístico que él aplica al baloncesto le viene de familia.

Nacido en el barrio de Charlottenburg (Berlín) en 1992, Maodo Lo creció entre pinceles y cuadros postmodernistas. Ahí la culpa fue de su madre, la reconocida pintora Elvira Bach, que incluso incluyó el baloncesto en sus coloridas creaciones una vez que sus dos hijos, Lamine y Maodo, comenzaron a dar sus primeros pasos en esto del deporte de las manos en las calles de Berlín. Y es que, precisamente, fue Lamine -mayor que Maodo ocho años- quien convenció al ahora base del Alba Berlín de que tenía que optar por la pelota naranja y no por el balón de fútbol.

Por eso, aunque diese el salto al charco y se enrolase en la Universidad de Columbia para formarse en la NCAA, su baloncesto sí que mantiene ese toque del basket callejero que le hacen tener un estilo propio y original -cual artista- a la hora de jugar. Así se vio cuando regresó a Alemania y se unió, tras no ser drafteado en 2016, al Brose Bamberg, donde se fue haciendo hueco hasta el punto de acabar saltando al Bayern.

En Múnich las cosas no fueron como esperaba y en 2019, una tragedia precipitó su salida. Su hermano Lamine perdió la vida en un accidente de tráfico con sólo 34 años, algo que supuso un duro golpe para un Maodo que tomó la decisión de regresar a su Berlín natal y unirse a las filas del Alba Berlín. Y la decisión no pudo haber sido más acertada para él.

Varios títulos, papel protagonista y un rol destacado en la selección alemana hacen de Maodo Lo uno de los nombres destacados del baloncesto germano. Y no sólo se está viendo en este Mundial, sino que también lo dejó claro en el pasado Eurobasket 2022 en el que se terminó colgando el bronce. Ahora, Alemania quiere aspirar a más y, desde luego que Lo está ayudando a que pueda ser así.