Felipe Dos Anjos, la torre de 2,18 forjada en el Madrid que espera a España: "Los pívots maduramos más despacio"

Yakarta.- España tiene su primera prueba de fuego en este Mundial frente a Brasil. Una selección con ritmo, físico y baloncesto como para poner en aprietos al equipo de Scariolo. Y también tendrá centímetros. Los 218 que les aporta Felipe Dos Anjos. Una torre que se estrena con la verdeamarela tras muchos años de trabajo en los que se quedaba a las puertas de la convocatoria y de una oportunidad que por fin tiene entre las manos.

Nunca perdió la esperanza, como confiesa a Relevo, pero reconoce que no siempre lo ha pasado bien pensando en que el tren de la selección. "Son muchos años de sufrimiento. Esto es fruto de mi trabajo. Ellos [el cuerpo técnico] han visto todo lo que puedo aportar para el Mundial y para los Juegos", recuerda el jugador del Morabanc Andorra, que apunta que estar en Indonesia "es mérito mío".

El pívot brasileño, una de las torres de este Mundial, no renunció nunca al sueño de vestir la camiseta de la canarinha y siguió trabajando por cumplir un sueño que ha llegado a sus 25 años tras más de 10 años dejando su impronta en todas las categorías del baloncesto español. "Siempre he tenido en mente estar con la selección. El sueño de estar con ellos siempre ha estado ahí, pero yo siempre me he enfocado en mejorar mi juego, con mi equipo. A partir de ahí los frutos siempre llegan. Ha surgido la oportunidad y la he cogido de lleno".

¿Qué ha cambiado en Felipe Dos Anjos para, esta vez sí, recibir la llamada de su seleccionador? "Yo creo que los pívots, claramente, maduramos más despacio. Creo que he cambiado esta temporada en Andorra por meterle más intensidad, más movimientos en el poste bajo y tener más presencia en cancha. Creo que eso ha ayudado a que ellos se fijen en mi y en que yo pueda estar aquí".

Ahora su mente ya trabaja para intentar frenar a viejos conocidos como Usman Garuba o los hermanos Hernangómez, con los que ha coincidido "en las pachangas clandestinas que se montan en Madrid cada verano por parte de Alberto Martín". Sabe que la misión es complicada por el potencial de una España que va más allá de sus amigos. "España es un equipo con bastante calidad con jugadores interiores. Y también tienen a jugadores como Rudy y Llull, míticos. Son un equipo bastante completo y con un juego muy definido".

Dos Anjos llegó a Madrid en 2012, con apenas 14 años. Unos meses antes había decidido aparcar la natación, el primer deporte del que se enamoró. Su crecimiento y la pasión de sus padres por el baloncesto hizo que se olvidara de la pileta y se centrase en la cancha: "Cambié la natación por el baloncesto por el tamaño y por mis padres. No por presión, pero sí me empezó a gustar y ya con la llegada al Real Madrid te hace cambiar todo por completo".

En el equipo blanco permaneció desde cadete hasta el juvenil, con el que conquistó la Euroliga junior en un equipo comandado por un tal Luka Doncic y en el que el brasileño sobresalía por su estatura por encima del resto. Sin embargo, no encontró hueco en el primer equipo y comenzó un viaje por diferentes puntos de la geografía española (Lugo, Burgos, Oviedo, Melilla, Palencia y Bilbao) hasta volver a Madrid para vestir la camiseta de Estudiantes en su primer año en LEB. El brasileño fue el mejor jugador del segundo tramo de temporada, pero eso no le valió su continuidad en el Ramiro.

Volvía a hacer las maletas para poner rumbo a Andorra, donde se ha consolidado como uno de los mejores pívots de la categoría. Algo que ahora tendrá que refrendar en ACB tras renovar con el conjunto del Principado en el que está siendo "el mejor verano de mi vida…por el momento. Llegarán momentos mejores".