LIGA FEMENINA

La génesis de un proyecto ganador: así se creó el Valencia Basket

La apuesta de Juan Roig por las jugadoras nacionales han devuelto a la capital del Turia a lo más alto del baloncesto nacional.

Las jugadoras del Valencia Basket celebran su último triunfo ante el Movistar Estudiantes. /FEB
Las jugadoras del Valencia Basket celebran su último triunfo ante el Movistar Estudiantes. FEB
Guillermo García

Guillermo García

Hace poco más de una década Valencia se quedaba sin representación en el baloncesto femenino al más alto nivel. Los problemas económicos obligaban al Ros Casares a echar la persiana en la cúspide, como campeón de la Euroliga femenina y de la liga española. Dos títulos que no evitaron un cierre que dejó a la ciudad del Turia huérfana de un deporte que le había dado un sinfín de alegrías.

Aquel 30 de mayo de 2012, el mismo día que se hizo oficial la desaparición del club tras quedarse sin patrocinador, se puso la primera piedra de un proyecto que pretendía devolver a Valencia a la élite en el menor tiempo posible. Un plan diseñado por Juan Roig y Estebán Albert, coordinador del área deportiva del equipo femenino del club taronja, y que ha cristalizado en uno de los mejores equipos del baloncesto en España y en el Viejo Continente.

Palmarés Valencia Basket femenino

  • Campeón de la Eurocup 2020-2021
  • Campeón de la Supercopa Endesa 2021
  • Campeón de la Supercopa europea 2021

El Valencia Basket asumió la cantera del Ros Casares con la intención de no dejar morir la semilla plantada entre las jugadoras más jóvenes de la Comunidad Valenciana: "En 2014 el Valencia Basket se hace cargo de la sección femenina y empieza con la escuela", recuerda Albert en conversación con Relevo. "Y tras tres temporadas, coincidiendo con L'Alquería, el proyecto se consolida. Surgen equipos en diferentes categorías. Y en 2017 el equipo asciende a Liga Femenina 2".

Queralt Casas, capitana del Valencia Basket. FEB
Queralt Casas, capitana del Valencia Basket. FEB

Apenas dos años en la segunda división del baloncesto español le bastaron para dar la sorpresa y devolver a Valencia a la élite. Una ciudad volcada con el equipo desde el primer momento y que en junio de 2018 lo demostró, llevando al equipo en volandas en una fase de ascenso celebrada en su casa y a la que acudieron más de 6.000 personas. Una cifra impensable no hace demasiado tiempo en este tipo de partidos.

"A partir de ese momento entendíamos que teníamos que trabajar para potenciar el equipo, pero haciéndolo sin perder las señas de identidad. Queríamos ser referentes para las niñas de nuestra Comunidad", asegura Albert. "Queríamos alguna guinda extranjera, pero fundamentalmente queríamos desarrollar a nuestras jugadoras de cantera y que la base fuera el producto nacional".

"Queríamos alguna guinda extranjera, pero fundamentalmente queríamos que la base fuera el producto nacional"

Esteban Albert Coordinador del área deportiva

Seis jugadoras de la selección

Dicho y hecho. El Valencia tiró de talonario y de instalaciones y en apenas cuatro temporadas se ha convertido en referente para las jugadoras españolas con la aparición de jugadoras como Raquel Carrera y la vuelta a España de nombres como Leticia Romero, Queralt Casas, Angela Salvadores, Cristina Ouviña y esta última temporada, Alba Torrens.

Juan Roig, presidente del Valencia Basket.  Iván Arlandis
Juan Roig, presidente del Valencia Basket. Iván Arlandis

Seis internacionales españolas que se han convertido en la base de un proyecto que ha disputado seis finales en las últimas seis competiciones que ha disputado. Y sólo cuatro años después de llegar a la élite. "Una evolución progresiva que nos ha llevado a disputar títulos", apunta Ruben Burgos, ex jugador del equipo valenciano y hoy entrenador del conjunto taronja. "Sin embargo, lo que realmente queremos es que la afición se identifique con nosotras. Tenemos la suerte de tener estabilidad y eso nos ha permitido traer de vuelta a jugadoras nacionales y eso es lo que hace que seamos un equipo con el que la gente se puede identificar. Nuestra razón de ser es la promoción de la jugadora local".

"Tenemos la suerte de tener estabilidad y eso nos permite traer de vuelta a jugadoras nacionales y ser un equipo con el que la gente se puede identificar"

Rubén Burgos Entrenador del Valencia Basket

La estabilidad es una parte fundamental del proyecto y de eso tiene gran parte de 'culpa' la familia Roig. Un mecenazgo que ha permitido a las deportistas y a los entrenadores trabajar con tranquilidad. "Aunque la presión existe", confirma entre risas la capitana de este proyecto, Queralt Casas. "En serio. Para cualquier mujer deportista es una alegría ver cómo apuesta Roig por el deporte femenino. Es una apuesta alta, pero hace que las jugadoras queramos devolver todo lo que nos da. La presión siempre existe, pero lo que realmente te da es confianza y alegría".

Rubén Burgos, técnico del Valencia Basket. FEB
Rubén Burgos, técnico del Valencia Basket. FEB

Igualdad de condiciones

Uno de los secretos para armar un conjunto con jugadoras como Torrens, Ouviña o Bec Allen es la estabilidad y la comodidad de un proyecto en el que el baloncesto es lo único importante, como refleja Casas: "Yo he estado en el extranjero y aquí en Valencia sí hay igualdad de trato entre para el equipo femenino y el masculino. Hay mucho que trabajar en cuanto a los salarios, es cierto, pero este equipo genera comodidad viajes, servicios médicos e instalaciones como L'Alquería".

Esta temporada el Valencia ha comenzado disputando la final de la Supercopa Endesa (derrota ante Uni Girona) y con dos tropiezos en las primeras cuatro jornadas de la Liga Femenina. Sin embargo, estos resultados no desvían del camino a un equipo que tiene la aspiración de seguir escalando. "No pensábamos en esto hace cuatro temporadas", recuerda Burgos, para el que la presión es una parte más de esa camiseta naranja. "Este cargo conlleva mucha responsabilidad, pero estoy agradecido y todo lo que vivo aquí supera la presión que pueda tener. Estoy muy respaldado para conseguir unos resultados que son el fruto del trabajo en equipo. El nivel de exigencia es el esfuerzo, que es innegociable para nosotros". La cultura del trabajo como respuesta para seguir creciendo.