Víctor Claver, una carrera plagada de éxitos... y de críticas: "No lo pasé bien pero por la situación en la que estaba, no por lo que decía la gente de mí"
El alero valenciano hace repaso de su carrera en Relevo tras anunciar su retirada el pasado mes de julio.
Han pasado cuatro meses desde que Víctor Claver pulsó el botón de stop. La cinta de su carrera siempre había ido a 1x5 y tras 18 años a toda velocidad decidió parar. En su haber, todo tipo de títulos tanto a nivel de clubes como con una Selección, de la que fue baluarte en la sombra, y un sinfín de críticas y dudas amparadas por el anonimato de las redes sociales que pusieron en tela de juicio una de las carreras más sólidas del baloncesto español.
Ahora, cuando todavía no ha tenido tiempo de echar de menos la vorágine del día a día, mira el baloncesto desde la distancia, con la óptica de la tranquilidad. Pero también con la tensión y el nerviosismo de ser un referente en el deporte en Valencia ("Es difícil de describir la respuesta, que ha sido brutal, de todo el pueblo valenciano para ayudar a los afectados") en estos momentos tan duros entre barro y lágrimas.
"Aquí estamos, intentando ayudar en todo lo que sea posible", es la frase con la que el alero valenciano responde a la llamada de Relevo para dejar durante 36 minutos el hoy y volver a un ayer no tan lejano.
Han pasado cuatro meses desde que te despedías del mundo del baloncesto. Al menos en activo. ¿Cómo es la nueva vida de Víctor Claver fuera de las canchas?
Más tranquilo. Más familiar y con más tiempo para mí. Me he tomado un tiempo para descansar, pero también para descubrir y explorar otras cosas fuera del día a día del jugador. Las inquietudes que he tenido durante estos años, pues dedicarles un poco más de tiempo y ver también hacia qué cosas puedo enfocar mi futuro.
¿Te ha dado ya tiempo a echar de menos el baloncesto?
De momento no. Es verdad que me gustaría poder jugar, pero todo lo demás no. Y es importante el reconocerlo. A todo el mundo le gusta jugar los partidos, pero un jugador no sólo juega partidos. Es todo lo que conlleva la preparación del día a día. Y eso no lo echo de menos. También fue uno de los motivos por los que tomé la decisión de dejarlo.
¿Por qué decides retirarte y por qué eliges ese momento?
Son diferentes motivos. El primero es que acababa contrato en Valencia, tenía que renovar y el club iba a cambiar un poco esta temporada. Físicamente yo tampoco me encontraba ya al 100% y yo he sido un jugador que he dependido mucho del físico para estar bien. Es verdad que podía haber seguido jugando, pero no me encontraba al 100% y eso no me permitía disfrutar tanto como lo hacía antes. Entonces, algo que siempre había tenido en la cabeza era poder tomar yo la decisión y estoy contento de haberlo hecho en el momento que yo he querido y además hacerlo en mi casa.
Y a tu familia, ¿le ha dado tiempo ya a echar de menos el baloncesto? O lo que es lo mismo, ¿se ha cansado ya de tenerte tanto en casa?
[Risas] Por suerte no porque mi mujer también viaja mucho. Me he perdido también muchas cosas durante todos estos años. Ahora me pasa al revés, ¿no? Tengo un fin de semana libre y no sé qué hacer porque no tengo un horario ni me están diciendo dónde tengo que estar y a qué hora. Estoy acostumbrándome a los fines de semana libres, que es algo que no he hecho en mi vida.
Y ese tiempo libre que ahora tienes, ¿a qué lo dedicas?
Principalmente a mi hijo de dos años. Es cierto que el año pasado él todavía no era consciente de los viajes y demás, pero ahora que se da cuenta un poco más de todo, estar más con él. Me gusta mucho pasar tiempo con él y es a lo que dedico mi energía.
En estos cuatro meses, ¿qué has visto cuando has echado la vista atrás?
Me siento muy afortunado de todo lo que he podido vivir, de todas las experiencias y aprendizajes que he tenido. He disfrutado más de lo que he sufrido y por eso creo que he tenido mucha suerte de poder conseguir muchas cosas bonitas y compartirlas con gente increíble. He podido disfrutar del baloncesto más de lo que me imaginé cuando era pequeño.
"Yo me centraba en lo que decía mi entorno más que en lo que decían las redes, que a saber quién está detrás de esas cuentas"
¿Cambiarías algo o te arrepientes de algo de estos años en la élite del baloncesto?
No, de muy pocas cosas. Echando la vista atrás evidentemente sabes mucho más de lo que sabía cuando era joven, sobre todo. Pero la verdad que no. He tenido una carrera muy bonita. He cumplido sueños, he podido jugar en Valencia, en mi tierra, durante el sueño de la NBA, he estado muchos años en la Selección y he vuelto a Valencia para el círculo.
Evidentemente hay decisiones que podría haberlas hecho de otra forma ahora, a toro lo pasado, pero arrepentirme no me arrepiento.
¿Por qué baloncesto y no balonmano como tu padre?
*Paco Claver fue una figura clave en el balonmano valenciano tanto como jugador como entrenador, siendo campeón de la Copa EHF con el BM Alzira.
Fue un poco de casualidad porque cuando yo empecé en el colegio había pocos equipos de balonmano y los que había eran un poco mayores que yo. Eso, creo, me hizo no estar tan a gusto y empecé a jugar al baloncesto porque sí que había algún niño de mi edad que luego sigue siendo amigo mío. Eso me hizo estar más a gusto y disfrutarlo y, poco a poco, me fui enamorando y disfrutando del baloncesto cada vez más, conforme crecía.
En ese camino llegas a la cantera de Valencia Basket y pronto empiezas a despuntar hasta el momento que debutas con el primer equipo con sólo 18 años. ¿El haber llegado tan joven te puso más presión de la que te hubiera gustado?
No sé si por el hecho de llegar tan joven. También hacía tiempo que no llegaba alguien de la cantera al primer equipo o la proyección que mucha gente me ponía. Fueron muchos factores que en parte eran buenos. Yo necesité el tiempo que necesité. No puedes forzar nada. Mi padre se esforzó mucho en que entendiera eso, que no puedes forzar nada y que fuera cumpliendo los pasos que requería mi progresión.
¿Y disfrutaste de ese proceso?
Cuando ya estuve asentado empecé a disfrutarlo más. Es verdad que llegar no es fácil. Es un proceso difícil y que no todo el mundo sabe gestionar. Por eso hay talentos que se pierden.
Tu tuviste la suerte de tener a tu padre al lado para aconsejarte, pero ¿cuánto pesan las expectativas que ponemos los demás a un deportista profesional sobre todo siendo tan joven?
Sería más fácil sin ese ruido, pero evidentemente es un ruido positivo porque la gente espera mucho de tí y confían en tus posibilidades. Entonces hay que asumirlas como un reto bonito y no venirte abajo cuando las cosas no te van bien. Mi padre siempre me decía, no hagas caso ni a los halagos ni a las críticas, porque al final tienes que llevar tu ritmo y no tienes que hacer caso ni a los que te están criticando ni a los que te ponen por las nubes, porque eso tampoco ayuda.
Esa carrera fulgurante en Valencia te lleva a llamar la atención de la NBA desde joven y en 2009 los Blazers te escogen en el draft y tres años después te marchas a Portland.
Fue una gran experiencia. Ellos apostaron por mí unos años antes de que fuera y poder estar allí fue un gran aprendizaje. Incluso cuando menos jugaba aprovechaba para entrenar todos los días y sacar partido al hecho de estar allí. Ahora ya que ha pasado un tiempo tengo un gran recuerdo de esos años, aunque es verdad que sobre todo el último fue duro porque no jugaba, pero todo lo que aprendí y la experiencia que tuve yo creo que me ha servido el resto de mi carrera.
Hablas de esos momentos más complicados en los que no jugabas. ¿Cómo los recuerdas?
Es duro. Al final un jugador lo que quiere es jugar, pero ya te digo, la NBA si tiene algo bueno es que tienes a mucha gente a tu disposición y los entrenadores de desarrollo me ayudaron mucho para seguir apretándome y ayudándome a entrenar mucho, hacer cosas todos los días para poder tener ritmo y estar preparado para cuando tuviera que jugar.
En esa época había muchas críticas hacia ti en redes sociales por el tiempo de juego y que no tenías que estar en la NBA. ¿Cómo llevabas eso?
Como decía antes, no haciendo caso. Yo me centraba en lo que decía mi entorno más que en lo que decían las redes, que a saber quién está detrás de esas cuentas. Es verdad que no lo pasé bien pero por la situación en la que estaba no por lo que decía la gente de mí.
¿Fue un poco, entiéndeme la palabra, cabezonería quedarse tres años en la NBA jugando poco?
No. Yo tenía un contrato firmado por tres años y el equipo apostaba por mí. Es verdad que del año que llegué al segundo año cambió bastante porque pasó de ser un equipo joven a ser un equipo de playoff y pasar de ronda. Entonces cambió un poco la situación mientras yo estaba allí. Luego en mi tercer año fue cuando definitivamente dejé de jugar, pero los dos primeros años que tenía más minutos, era donde quería estar.
En ese tercer año te vas traspasado a Denver y de ahí, sin jugar y previo paso por Valencia, te marchas a Rusia. ¿Cómo fue ese movimiento?
A Denver no llegué ni a viajar. Me quede un tiempo en Portland entrenando por mi cuenta a ver qué pasaba. Lo de ir a Rusia surgió porque yo lo que quería era jugar, quería minutos. Y fui a Khimki porque estaba Jenaro Díaz, que había sido asistente en la Selección muchos años y fue el que apostó por mí en ese momento. Estando allí surgió la posibilidad de ir a Lokomotiv Kuban con Bartzokas, que también era un equipo nuevo. Ahí pude jugar mucho y volví a coger confianza.
¿Ese año te ayuda a relanzar tu carrera y encuentras el sitio para volver a demostrar tu nivel?
Tal cual. Yo buscaba un sitio en el que jugar y quería estar en la Euroliga para competir contra los mejores y probarme a mi mismo. Y salió bien. El estilo de juego de Bartzokas me vino bien y me sentí muy a gusto y eso me permitió entrar en ritmo, coger confianza, jugar todos los partidos ese año. Me ayudó mucho, en mi situación ese año, a centrarme sólo en baloncesto y dedicarme a jugar y hacerlo bien.
¿Cómo era la vida de un chico de playa, de Valencia, en mitad de Krasnodar?
Complicada. El idioma también es una barrera. Ese año pasamos muchas horas viajando porque no había vuelos chárter como se hace ahora en Euroliga. Hacíamos muchas conexiones en Moscú. Además había 5-6 americanos en el equipo y hacíamos mucha vida juntos. Hicimos un poco de piña para llevarnos lo mejor posible.
Y de ahí, con Bartzokas, al Barça.
Bueno, tardó un poco. Valencia seguía teniendo mis derechos en España y es verdad que el Barça se movió tarde porque fue el año que salió Xavi Pascual por Bartzokas, que firmó tarde. Cuando llega él es cuando deciden hacer mi fichaje. Yo ya estaba con la Selección preparando los Juegos de Río, cuando el Barça llega a un acuerdo con Valencia y se produce el fichaje. Fue Bartzokas el que quería que yo estuviera con él.
¿Cómo lleva un jugador de baloncesto profesional ese periodo de incertidumbre de no saber qué va a pasar?
Con nervios, con estrés, aunque depende también de la situación. Yo estaba con la Selección y eso me daba tranquilidad porque tenía que estar pensando en eso. No es fácil. Sobre todo cuando te dicen que no o el sitio al que quieres ir no sale el fichaje. Lo mejor es tener la mente fría, en la medida de lo posible, confiar también en tu agente y estar preparado para todo.
Finalmente llegas al Barça y lo ganas casi todo (sólo faltó la Euroliga), pero es un club con una exigencia brutal.
Me di cuenta desde el primer día. Allí aspiras a ganar todos los partidos e intentar ganarlo todo. Fue una época inestable. Con muchos cambios. El primer año sobre todo con Bartzokas, que tuvimos muchas lesiones que nos impidieron tener continuidad y ni siquiera el entrenador, que fichaba para muchos años, se quedó. La inestabilidad nunca es buena y hasta que encontramos un poco de regularidad costó. Hasta que llegó Pesic, que fue cuando empezamos a ganar y a ser un equipo.
Y encima enfrente un Madrid como fue el de Pablo Laso, ganándolo todo. ¿Cómo eran esos duelos, especialmente esas dos finales de Copa (2018 y 2019) tan polémicas?
Teniendo amigos allí pues siempre se ven las cosas un poco diferentes. Era una rivalidad, pero bueno, que acababa dentro de la pista. Siempre pensando en eso. Es verdad que Madrid coincidió también con sus mejores años o el comienzo de una etapa ha sido y está siendo muy buena para ellos. Y eso siempre comparándolo con el Barça, pues parece que las cosas van a peor.
¿Fue falta a Taylor en la final de 2018?
Yo creo que no. Hay una foto que se ve mi mano y su brazo, pero mi sensación es que subimos juntos y no es un manotazo, sino que estamos pegados.
¿Cómo se vive desde dentro toda esa polémica que rodea a los Madrid-Barça?
A mi no me gusta. Yo siempre he buscado rechazar ese blanco o negro o ese odio que hay entre clubes. Siempre lo he rechazado porque al final es deporte y no tiene que ir más allá. Son los mejores equipos, pero hay que huir de ese forofismo y de ese odio que hay hacia el contrario porque eso no hace ningún bien al deporte.
Luego ya se cierra el círculo y vuelves a Valencia, a tu casa.
Es algo que siempre había tenido en la cabeza, pero como algo idílico. "Volveré a Valencia y jugaré allí mis últimos años". Sobre todo fue por interés del club en ese momento, en especial de Chechu Mulero que era el director deportivo y que había sido asistente en mis primeros años y que me ayudó mucho a llegar al primer equipo, y de Joan Peñarroya que pensaba que también era buena oportunidad para mi. Ese fue un poco el motivo. Luego tuve una lesión importante el primer año y eso tampoco me hizo disfrutar y fue uno de los motivos por los que he bajado físicamente en estos tres años.
Y entre medias de todas estas etapas, un denominador común. ¿Qué significa la selección española para Víctor Claver?
Los mejores momentos de mi carrera sin ninguna duda. He tenido la suerte de poder vivir todos estos veranos con una generación irrepetible. Ser parte de ello ha sido un gran orgullo. Ir a cada campeonato con aspiración de ganar no es nada fácil y a lo mejor nos hemos acostumbrado, pero es algo excepcional.
¿Sientes que con la Selección tenías el reconocimiento que te faltaba muchas veces en los clubes, que ahí la gente descubría al verdadero Víctor Claver?
A la Selección la sigue más gente y tiene más repercusión, pero también he tenido momentos buenos en los equipos. Pero es verdad que en los últimos años con la Selección tenía más minutos, más oportunidades y un rol más claro. Yo creo que eso ha sido lo que recuerda más gente, sobre todo. El impacto que tiene la Selección, evidentemente, es mucho más grande.
¿Qué papel ha tenido Sergio Scariolo para un Víctor Claver al que siempre ha mostrado su apoyo?
Fue el que me dio la oportunidad, aunque ya había estado dos años como invitado. Él me dio la oportunidad de estar en el equipo y siempre ha confiado en mí, siempre me ha dado la oportunidad de estar en el equipo y siempre, de manera muy sincera, hablándome de mi situación y de cómo podía ayudar. Lo dije en mi despedida, que estaba muy agradecido por todo ello. Sergio ha hecho un gran trabajo, no solo a nivel de títulos y de Selección, sino de involucrar a mucha gente en La Familia. Ha tenido un papel muy importante en el cambio de generación, abriendo el equipo a los los jóvenes poco a poco. Yo creo que el gran mérito de todo ello lo tiene Sergio.
Con Sergio en el banquillo y contigo como un referente de ese equipo por el que nadie apostaba, llega el Mundial de 2019 y lo ganáis. ¿El mejor momento de tu carrera?
No tengo ninguna duda por mi momento personal, tanto a nivel deportivo como extradeportivo. Me sentía en el mejor momento. Además fue el campeonato que más oportunidades o más minutos he tenido. Y más responsabilidad. Además, pues ganarlo allí con toda mi familia, con la que era mi novia que ahora es mi mujer, que llevaba poco tiempo, pues también pudo estar. Entonces, tener a toda mi familia el día que eres campeón del mundo lo hace más especial aún.
Cuéntame algún secreto de ese equipo para lograr esa gesta por la que nadie apostaba.
Yo creo que siempre huimos de la opinión pública para centrarnos en nosotros. Había muy buena química ese año. La preparación fue intensa porque estuvimos en Los Ángeles una semana. Luego tuvimos que ir a China, que es un cambio muy diferente y estuvimos muchos días antes del campeonato y eso yo creo que nos unió. Y también situaciones personales como la de Rudy, eso también nos hizo preocuparnos más los unos por los otros de estar bien y luego, cuando durante el campeonato vimos la oportunidad que teníamos, fuimos a por ella y salió todo bien.
En ese campeonato se hacen virales los vídeos de tu tiro del escorpión. ¿Cómo surge y por qué tienes tanta facilidad para hacerlo?
Yo tampoco lo sé. Viendo a los Globetrotters hace muchísimos años, que la metían desde el centro del campo, empecé a hacerlo y no sé si es por mi anatomía o por qué empecé a hacerlo desde el triple y empezó a salir bien. Justo en ese campeonato me vine arriba y en un prepartido durante la fase de grupos la metí de medio campo y el cámara de Selección, Marcos, me dijo que no lo habían pillado bien. Entonces le dije "cuando lleguemos a la final lo haré". Y el vídeo de la final se hizo viral por el momento y porque es la primera vez que me lo hago metiéndolo desde el medio del campo. No fue a la primera, pero tampoco tardé mucho.
¿En esos años de la Selección, en algún momento dices 'me canso ya de ser un poco especialista defensivo, también quiero brillar en ataque'? ¿O tú estabas cómodo en defensa bailando siempre con la más fea?
No. Tampoco se pide [Risas] Va un poco relacionado. Tener un objetivo claro o un rol específico y tener que hacer un extra de concentración para los partidos siempre me ha ayudado. Yo siempre he necesitado tener actividad, y entonces tener esa actividad en defensa me hacía ser más activo en ataque. Es algo con lo que me he sentido a gusto. A mí me gustaba el reto de poder hacer un buen papel en defensa contra grandes jugadores. Es erróneo pensar que solo tienes que hacer una cosa, porque todo el mundo tiene que hacer de todo. Solo querer anotar o tener el balón en las manos sin hacer nada más, eso en el baloncesto de ahora no existe.
Una cosa en tu despedida que sorprendió muchísimo, fue cuando confesaste que habías tenido que ir al psicólogo pero que no lo habías dicho. ¿Por qué esa vergüenza o ese no querer decirlo?
Yo empecé a trabajar con psicólogo cuando murió mi padre. Ya lo había hablado con él meses antes y era para gestionarlo todo un poco mejor. Sobre todo cuando llegó su muerte, para llevar mejor el duelo. Y luego en Barcelona, después de una lesión de rodilla vi que necesitaba ayuda otra vez. Empecé a trabajar con Roger Esteller y me ayudó mucho. Al principio lo veía como una debilidad. Pero yo creo que es fundamental, teniendo problemas y sin tenerlo, para gestionar todo lo que tiene que gestionar un jugador. Muchas veces llegas a la élite siendo joven y no estás preparado para todo lo que se te viene. Y tener a alguien a tu lado que te apoye y te diga las cosas claras es muy positivo. A mi me ha ayudado mucho. Sobre todo estos últimos años.
"Al principio lo veía como una debilidad. Pero yo creo que es fundamental, teniendo problemas y sin tenerlo, para gestionar todo lo que tiene que gestionar un jugador"
Y el que ha ayudado también ahora a visibilizar todo eso, a que ya no dé vergüenza, por así decirlo es tu amigo Ricky Rubio.
Sin duda. Ricky al visibilizar su caso ha ayudado a naturalizarlo mucho y es muy positivo. La gente, y sobre todo los jóvenes, que sean conscientes de que pedir ayuda no está mal. Al contrario. Es lo que hay que hacer. Y siempre va a haber alguien dispuesto. Yo se lo recomiendo a todos mis amigos y a los jugadores, que se busquen a alguien. No tiene que ser profesional, pero que te pueda guiar porque a veces intentas llevarlo todo tu solo por vergüenza o miedo al que dirán y al final es cuando llegan los problemas.
Y los aficionados, ¿cómo nos reponemos de un verano con tantas retiradas?
Como hago yo, viendo partidos del Mundial de vez en cuando. [Risas] Vienen generaciones muy buenas y hay que apoyarles y darles el cariño que necesitan para asentarse. Ojalá que está época de la Selección no lo veamos como una época bonita sino como algo que dure mucho tiempo.
¿Cómo veremos a Víctor Claver a partir de ahora?
Me veo haciendo algo relacionado con el baloncesto. No sé exactamente qué, pero será fuera de las pistas. Ahora estoy en un proceso de exploración y viendo cosas nuevas para ver qué me puede gustar más. De momento no lo tengo claro, pero sé que estará relacionado con el baloncesto o el deporte. Eso seguro.