BALONCESTO

Juan Aísa, de jugar en la ACB a llegar a la NBA de la representación de deportistas: "Antes había mucho engaño"

Se retiró con 29 años y su empresa, You First, acaba de ser adquirida por la agencia Gersh que representa a estrellas de Hollywood.

Juan Aísa. CEO de You First (derecha), posa con Steve Gersh. /YOUFIRST
Juan Aísa. CEO de You First (derecha), posa con Steve Gersh. YOUFIRST
Alberto Pérez

Alberto Pérez

No es muy común que un deportista de élite se retire a los 29 años. Tampoco que dedique su carrera a formarse académicamente y menos aún que logre el éxito de manera inmediata. Juan Aísa ganó dos Copas del Rey con Estudiantes y creció en el Real Madrid, pero nada comparable con lo que ha crecido con su empresa, You First. Empezó siendo una agencia de representación y ahora es también productora de documentales, empresa de eventos, gestiona talentos periodísticos y un sinfín de facetas que la pusieron en el foco de la importante agencia de actores y actrices de Hollywood, Gersh. Esta empresa, que gestiona nombres de la talla de Winona Ryder, David Schwimmer o o Spike Lee, acaba de realizar el proceso de adquisición de You First, permitiendo que continúe con su estructura y abra el abanico para hacerse aún más gigante. Y eso que hablamos ya de una compañía que factura en torno a 50 millones de euros anuales.

¿Sientes que acabas de aterrizar en la NBA de la empresa?

No lo había pensado. El deporte es muy agradecido y es verdad que recibes mucha atención mediática. Estamos muy contentos, pero hay gente por ahí montando empresas 300 veces más grandes que la nuestra y que quizá se dedican a sectores que no son tan atractivos para el público. Me pasa como cuando era jugador, que quizá hay un exceso de reconocimiento pero bienvenido sea.

La realidad es que habéis hecho crecer un proyecto desde cero, ¿cuál es la fórmula?

Yo creo que teníamos una idea acertada y con un buen enfoque en un mercado algo deslavazado. Vimos que había una oportunidad porque faltaban servicios aunque hubiera agentes muy buenos. Hicimos hincapié en el enfoque, con una buena estructura, con transparencia, con gente muy formada y mis socios fueron determinantes. Yo había jugado al baloncesto, había estudiado pero no tenía ninguna experiencia. Miguel Alfageme conocía muy bien el mundo ejecutivo y el emprendimiento y tenía una gran experiencia y luego Regino Olivares, que era agente, nos enseñó el negocio. Y a todo eso hay que añadir mucho mucho curro, bajando al detalle, a los problemas, también con momentos de duda y difíciles pero aguantamos creando una cultura de resolución de problemas.

¿En qué va a cambiar a You First la llegada de Gersh?

Nosotros ya metimos un socio nuevo hace cinco años, donde hemos crecido de manera exponencial. Pasamos de crecer de manera orgánica, contratando gente y abriendo nuevas unidades, a hacerlo de manera mixta mediante adquisiciones y compra de empresas. Asumimos más riesgo, pero también creamos una estructura más fuerte. Vimos que el modelo ha funcionado y que el siguiente paso era competir de igual a igual con esas empresas americanas de las que todavía nos separaba mucho. Había un mundo por crecer. Así llegamos a Gersh o Gersh llegó a nosotros. En principio pensábamos más en un socio financiero, pero Gersh nos da conocimiento en cosas que son muy importantes para nosotros y a ellos les encantaba nuestra plataforma y querían que la siguiéramos desarrollando y hacerlo aún mejor con ellos. Por lo tanto, lo que puede cambiar es que vayamos más rápido en esa dirección porque tenemos capacidad financiera para seguir invirtiendo y un aprendizaje de una de las agencias más importantes del mundo en un sector distinto, pero en el que nosotros ya habíamos empezado a operar con talentos más allá del baloncesto o del fútbol. Era algo que teníamos en mente casi desde el inicio, ayudar a las marcas en el entretenimiento, no solo en el deporte. Ellos han hecho muchas cosas para televisión y cine y nosotros también pero podemos aprender mucho de lo que ellos hacen.

Es decir, una manera de crecer juntos.

Así es. Ellos nos pueden dar más cobertura a nuestros representados en la NBA y en temas de entretenimiento. Nosotros podemos ayudarles en Europa, donde quieren desarrollarse en el deporte. Servirá para desarrollar la marca personal y la monetización. Nos permiten seguir haciendo lo que nos gusta, con nuestra cultura y por eso lo vimos clarísimo. Les gusta cómo somos y eso era determinante. Podemos ir a donde queríamos más rápido y manteniendo lo que nos gusta.

¿Disfrutas más de tu faceta empresarial o de tu carrera como jugador de baloncesto?

Han pasado 24 años ya desde que me retiré y sí puedo decir que a mí me costó disfrutar del baloncesto. Me encantaba, pero me costó un poco llegar a mi ser, a mi plena confianza con lo que hacía. Fui pasando por fases y creo que hasta los 24-25 años no me sentía como en casa. Veía el baloncesto como una actividad muy provisional y pensando que a lo mejor el año siguiente ya no era para mí. Había empezado muy bien con Estudiantes, pero cuando llegó el tercer americano entré en una fase algo más gris como jugador. Los últimos 4 o 5 años ya sí lo gocé y hay una parte muy gratificante porque tienes un reconocimiento externo altísimo y no hay muchas cosas en la vida que te den esa satisfacción. Esa parte siempre la echaré de menos.

¿Eres consciente de que eres una caso atípico? Hay deportistas que terminan su carrera y se quedan en un limbo…

Yo creo que hagas lo que hagas lo echas de menos. Tenemos tendencia a regodearnos en los tiempos pasados. Yo tuve suerte porque mi entorno era muy ajeno a todo eso. Para mis amigos y mi familia yo era Juan y si levantaba la cabeza me la bajaban. Tuve cierta disciplina mental sabiendo que eso se iba a acabar y después estudié como un loco dos años y apartándome totalmente del baloncesto. Entonces tuve la suerte de encontrarme con dos personas y un proyecto que me dio un objetivo muy claro. Después el trabajo que hemos desarrollado nos ha dado muchísimas satisfacciones. No son los picos de exaltación de haber ganado un partido importante pero sí he tenido momentos muy buenos.

¿Ya te gustaba la empresa y la economía cuando jugabas?

Bueno yo ya estudiaba en la Autónoma mientras jugaba, pero muy en remoto. No iba a clase y hacía los exámenes, pero no aprendí mucho porque no asimilaba el conocimiento por la falta de tiempo. No tenía una vocación clara ni pensaba en montar una empresa cuando estaba jugando. Cuando llegó esta oportunidad no fue algo deliberado, sí lo fue saltar hacia ello. Lo que sí tenía claro es que debía parar antes de tiempo y formarme porque la vida es muy larga.

Juan Aísa, entrando a canasta, en su etapa como jugador.
Juan Aísa, entrando a canasta, en su etapa como jugador.

¿Hay un área de negocio en la recuperación del deportista a la vida laboral?

Lo que hay es un área de mejora, a que esté preparado para el día después. La educación está mucho mejor integrada en Estados Unidos, aunque se está yendo un poco hacia atrás. Ojalá tuviéramos aquí un sistema remotamente parecido, el sistema está muy mal integrado y a nadie le importa porque las lógicas de motivación e incentivos no están muy alineadas. Probablemente este campo es el que menos hemos acabado haciendo de nuestro plan de negocio. Sí hemos ayudado a gente, pero no de forma tan estructurada. Se ha intentando en otras partes como acompañamiento a la transición más que en formación. Margarita Ortiz está haciendo algo muy bueno en la Federación de Rugby. No es sencillo porque cuando estás en activo tu cabeza se queda en la carrera profesional, en entrenar y si puedes ir a un equipo mejor. Eso ocupa todo el espacio y es difícil pensar que hay otras cosas cuando vives algo de forma intensa física y mentalmente. No lo veo tanto como negocio y sí como una responsabilidad que todos los actores del mundo del deporte tenemos.

¿Te remueve algo ver cómo está Estudiantes en este momento?

Me remueve, claro, aunque antes me removía más porque estoy un poco distanciado. Mi etapa allí fue muy buena por la gente con la que estuve. No me siento de un equipo en sí, pero fue una etapa alucinante. Esa convivencia para mí fue muy especial, en el Madrid todo era más anónimo por sus dimensiones. No me considero el tío más social del mundo y allí estaba todo el mundo disponible, hasta el presidente. Había gente única. Esa fue la clave del Estu de los 90 con 'el cura' (Miguel Ángel Martín), con Pepu, Ángel Goñi, Jorge (el preparador físico), con los Martínez, Alberto Herreros, Pedro Rodríguez, Alfonso Reyes…Lo que me enganchó de Estudiantes fue la categoría humana. Cuando eso ya se aleja mi vínculo es un poco distinto y me da pena porque ha sido un proceso de deterioro paulatino. Ojalá le vaya bien aunque reconozco que mi vínculo emocional ya no es el mismo porque no conozco a casi nadie.

¿Cómo ves al nuevo Madrid y los problemas que está teniendo?

Creo que la última década han hecho un trabajo alucinante. Han tenido una estructura muy sólida sabiendo cómo construir un equipo para jugar de una determinada manera. Le doy mucho mérito a Alberto Herreros porque le conozco muy bien, y no ha sido necesariamente reconocido según sus méritos. Lo sorprendente es que hayan mantenido este nivel tanto tiempo y hay momentos en los que se acaban los ciclos y tienen que reinventarse. No me cabe duda de que lo harán, pero siempre hay un proceso de adaptación. Han salido algunos líderes y otros cambian su tipo de liderazgo.

¿Hablando de jugadores, qué requisitos debe reunir un deportista para interesar a You First?

Todo confluye en el talento. Todo el mundo tiene algún talento, pero el talento singular es escaso y ese es el que nos gusta, donde se pueda construir y ayudarle a moldearse y a abrir puertas y perspectivas. Esos casos son los que te satisfacen. Nos encanta el contacto con los clientes y no solo con deportistas, ahora que abrimos otros perfiles. Creas vínculos emocionales y les ayudas a explotar todo su potencial.

¿Después de haber abierto nuevos campos en los últimos años, hasta dónde queréis llegar?

Las ideas básicas están hace mucho, que es gestionar el talento (deportivo en un inicio). Después está cómo podemos ayudar a las marcas a comunicar en un entorno donde el consumidor interactúa con el deporte de maneras muy distintas y su disposición es mejor porque ve algo que le apasiona. Lo que hemos hecho es diversificar el servicio a través de verticales que sirven tanto para un jugador de baloncesto como para un influencer. Con la marcas hemos tenido que innovar porque empezamos haciendo acciones de patrocinio sencillas y ahora somos agencia de marketing con todas las capacidades en el entorno digital. Se trata de que la marca interactúe con un fan.

Y esto en el campo de la representación donde ha habido muchos prejuicios sobre la ética de la relación.

De hecho uno de los principios fundacionales de la empresa es la transparencia y el compromiso. Creo que el sector ha ido en esa dirección y está todo mucho más profesionalizado. Antes sí había mucho engaño, principalmente en el fútbol, nosotros queríamos cambiarlo y creo que hemos ayudado a hacerlo mucho más transparente. Otros muchos también. Hay más escrutinio externo y todo es mucho más profesional.

¿No te da vértigo cuando ves las cifras que facturáis?

Me da vértigo no facturar el triple (risas). Sí, me da vértigo tener 300 personas, esa responsabilidad, y cuidarles. Ya sé que ellos se cuidan por sí mismos, pero sí nuestro compromiso con ellos. Intento mirar más hacia arriba que hacia atrás.