ÁNGEL APARICIO

La joya del Barça y el tornillo que lo cambió todo: "Son fantasmas incontrolables, no se te van de la cabeza"

El canterano azulgrana dejó el baloncesto después de más de tres años alejado de las canchas por las lesiones.

Ángel Aparicio, junto a Xavi Pascual, entrenador que le hizo debutar./CEDIDA
Ángel Aparicio, junto a Xavi Pascual, entrenador que le hizo debutar. CEDIDA
June Lavín

June Lavín

Una triple operación truncó el sueño de Ángel Aparicio (1992, Benicarló). El alero español llegó al FC Barcelona con once años, después de cuatro veranos consecutivos divirtiéndose en el campus del equipo azulgrana. Convocado por la Selección de la Comunidad Valenciana, antes probó en el fútbol sin mucha fortuna: "Yo empecé jugando al fútbol, pero no se me daba nada bien. Era muy alto y poco coordinado [risas]". Miguel López Abril 'Miguelito', responsable en aquel entonces de la cantera, y algunos entrenadores con los que había coincidido recomendaron su fichaje y su llegada a La Masia supuso cumplir un sueño. "Llegar a La Masia es impactante, sobre todo porque yo tenía 11 años y venía de un pueblo de 30.000 habitantes. Barcelona es mucho más grande y pasas de estar con tus amigos de toda la vida a estar con gente que acabas de conocer. Allí eran conscientes de que acababa de llegar y te ofrecían facilidades... Se preocupaban mucho por ti", reconoce el canterano del Barça a Relevo.

El comienzo en el Barça no fue del todo sencillo. En etapa infantil, Ángel Aparicio dispuso de un papel secundario: "No jugaba mucho. Físicamente mis rivales me pasaban por encima, el entrenador priorizaba los resultados y no fue mi mejor año". Sin embargo, "el cambio llegó en cadete", momento en el que el de Benicarló empezó a sentirse "más cómodo y mejor físicamente".

En 2011, con Xavi Pascual en el banquillo y siendo júnior de primer año, Ángel Aparicio se vistió de corto y se convirtió en el nuevo ídolo de los DRACS, que pasaron a corear su nombre cuando debutó con el primer equipo. "Cuando yo era júnior, empecé a entrenar con el primer equipo. Jugaba en LEB Plata, en aquel momento Adecco Plata, y me sentía bastante cómodo. Pasé de jugar con chavales a hacerlo con gente más mayor y es más complicado, pero lo hice bien y eso me permitió debutar con el Barça. Xavi Pascual apostó por mí en Liga Endesa y en Euroliga", señala.

"Xavi Pascual es un obseso del baloncesto. Tenía cerca de 80 jugadas preparadas"

Ángel Aparicio Exjugador de baloncesto y canterano del Barça

"Recuerdo a Xavi Pascual como una persona muy estricta con todo, muy cuadriculado en el buen sentido de la palabra. Le gusta tenerlo todo bajo control, es un obseso del baloncesto. Conoce al rival a la perfección. Recuerdo que en la cantera teníamos alrededor de 15 jugadas preparadas y él, en pretemporada, tenía más o menos 80 variantes. Es increíble trabajar con él. No sorprenden los resultados que ha tenido", asegura Aparicio, tras ser preguntado por el entrenador que le hizo debutar en Liga Endesa, ante Gran Canaria, y en Euroliga.

Ángel Aparicio, junto a José Manuel Calderón. ÁNGEL APARICIO
Ángel Aparicio, junto a José Manuel Calderón. ÁNGEL APARICIO

Ángel Aparicio, sobre su debut con el FC Barcelona

«Cuando debuté estaba muy nervioso. Tenía 18 años, así que imagínate. Estaba sentado en el banquillo al lado de Navarro, íbamos ganando de 20 más o menos y sabía que ese momento iba a llegar. Sentí un cosquilleo en el estómago que no es normal, pero cuando debuté intenté estar tranquilo, hacerlo lo mejor posible. Es un momento único y mágico, pero los nervios iban a más. Intentas controlarlo, pero es imposible».

Después de una triple operación en el pie, Aparicio emprendió una nueva aventura a más de 10.000 kilómetros de su familia: "Mi salida del Barça se dio por un cúmulo de cosas. Estuve en LEB Plata una primera temporada y las cosas fueron bien, pero me rompí el metatarsiano tres veces. Me operaron, no salió bien, tuvieron que quitarme el tornillo que me habían puesto, no quedó bien sellado y tuvieron que volver a intervenirme. Había pasado prácticamente un año y no había jugado. El Barça me comunica que, si me quedo, no voy a jugar mucho. Además, justo habían fichado a Marcus Eriksson, con el que compartía posición, y sabía que tenía que decidir".

Tomada la decisión de dejar el equipo blaugrana, Ángel Aparicio se decantó por el baloncesto estadounidense. "Tuve ofertas de otros equipos, pero preferí marcharme a Estados Unidos, a los Toledo Rockets de la NCAA D-I. Te ofrecen muchísimas facilidades para compaginar el deporte, con las becas de 'student-athlete', y los estudios universitarios. Aquí, en España, estamos a años luz de ellos en eso", confiesa.

Ángel Aparicio, con el '11', en un derbi ante el Joventut de Badalona. ACB
Ángel Aparicio, con el '11', en un derbi ante el Joventut de Badalona. ACB

Su primera temporada en Estados Unidos se convirtió en un año en blanco por su condición de transfer: "Cuando llegué a EE.UU., ya había hecho un año de universidad en España, por lo que tuve que estar mi primer año allí sin jugar. Se llama transfer y consiste en una serie de movimientos en los que ellos entendieron que yo ya había jugado mi primer año en España y no pude hacerlo allí, en la NCAA D-I. Por poner un ejemplo, en el fútbol también pasa cuando, empezada la temporada, tú has jugado con un equipo, fichas por otro y hay competiciones en las que no puedes participar. Ese año sin jugar me vino bien, porque yo entrenaba con el equipo y físicamente me sirvió de adaptación".

En una condición física óptima y después de haberse adaptado a una cultura diferente, Ángel Aparicio sufrió una lesión de gravedad. "En pretemporada, mis sensaciones fueron muy buenas, pero llevábamos un mes y medio de preparación y me rompí el ligamento cruzado. Fue un bajón, cuesta ver la luz al final del túnel. Noté que se me fue la rodilla. La recuperación se fue a un año y medio, sumado al año que no jugué por ser transfer y a los problemas en el pie. Prácticamente tres años y medio sin jugar", relata.

"Perdí la ilusión por el baloncesto. Te cuesta identificar qué te pasa y, cuando lo haces, asimilarlo no es fácil"

Ángel Aparicio Exjugador de baloncesto y canterano del Barça

El año y medio que pasó alejado de las canchas supuso un punto de inflexión en la vida de Aparicio, que define aquel momento como "muy duro", pese a tener el apoyo de su familia y de su novia: "Fue un bajón mental tremendo, porque pierdes la confianza y la fuerza. Pensé en dejarlo, claro. Después de recuperarme, volví a jugar, pero no contaba con apenas minutos. Mi nivel mental y físico no era óptimo. No me sentía igual, perdí la pasión por el baloncesto. No entrenaba con ganas, no jugaba con ganas y dejé de querer hacer algunas cosas que antes hacía sin pensarlo dos veces. A nivel de salud mental me empezó a costar mucho y, después de acabar la universidad, decidí dejarlo. Para dedicarte a algo, te tiene que apasionar, tienes que ser un obseso, estar dispuesto a morir por ello, y yo me he dado cuenta de que no estaba dispuesto a todo eso. No me ilusionaba".

Ahora, más de cinco años después de haber tomado la decisión de dejar el baloncesto, Ángel Aparicio es feliz alejado de las canchas de baloncesto. "Estuve cinco años en una empresa como Área Manager y de ahí fui escalando a nivel internacional también. Ahora estoy en otra como Performance Project Manager, he cumplido justo un año y no me arrepiento de la decisión que tomé", afirma. Sin embargo, el canterano culé tiene "varias espinitas con el baloncesto" y se atreve a desvelar una de ellas: "La primera es la de qué hubiera pasado si no llego a tener problemas en el pie. Fue la primera lesión importante que tuve, estuve un año sin jugar y te lo planteas. Son fantasmas incontrolables, no se te van de la cabeza".