Deconstruyendo a Aday Mara, la joya del baloncesto español que "no se parece en nada a Pau Gasol"

Suena el timbre en el Instituto de El Picarral, el barrio situado en la margen izquierda del Ebro a su paso por Zaragoza. Decenas de adolescentes salen por la puerta del recinto pensando en exámenes, tareas, romances juveniles y otras cosas. Y por encima de todos ellos, Aday Mara. Un chico que el próximo 7 de abril cumplirá 18 años y que se ha acostumbrado a vivir en las alturas, donde le ponen sus 220 centímetros y las expectativas que todo el mundo ha generado a su alrededor.

No es para menos. Sus números y su impacto han sido inmediatos en el baloncesto profesional y su presencia en la cancha con el Casademont Zaragoza hace tiempo que dejó de ser una anécdota. Mara se ha convertido ya en un fijo para Porfirio Fisac y cada partido da un paso más en una evolución que no parece tener fin. De hecho, ya ha unido su nombre a los de Ricky Rubio, Luka Doncic y Usman Garuba como los únicos jugadores menores de 18 años que han hecho dobles dígitos en valoración en un partido ACB. Lo hizo en su último partido ante Obradoiro, donde sumó 22 de valoración con 15 puntos y 5 rebotes.

El nombre de Mara llevaba tiempo sonando en los mentideros de las categorías inferiores, pero terminó por explotar el pasado verano, cuando conquistó la medalla de plata en el Mundial sub-17. Sólo Estados Unidos pudo con él en un torneo en el que terminó con 25 de valoración en la final, presentando sus credenciales ante todo el mundo y especialmente ante los ojeadores de la NBA que desde entonces no pierden detalle de su evolución.

Javi Zamora, entrenador del Hestia Menorca, era el seleccionador nacional en el torneo que lanzó el nombre de Mara al mundo: "Aparte de lo que todo el mundo pueda ver, de su talento y de sus cualidadeslo que destacaría de Aday y lo que le hace ser un jugador muy especial, es su ética de trabajo. Es un jugador muy humilde, con mucho carisma y un entorno sensacional. Para su edad tiene mucha capacidad de liderazgo a todos los niveles".

Otro técnico que ha trabajado con un jugador que en un primer momento soñaba con emular a Iker Casillas es Davor Matkovic. El preparador balcánico es un habitual a la hora de trabajar de forma individual con los más jóvenes durante el verano. Y en 2022 fue el turno de Aday de pasar por sus manos: "Este chico es puro talento. Va a jugar en la NBA seguro. No hay duda en eso. Me sorprendió mucho su coordinación. No hay muchos tan grandes que tengan su coordinación. Ahí ya me di cuenta de que no era algo normal".

Matkovic descubrió un diamante en bruto en Mara. Sólo quedaba pulirlo. "Tenía que encontrar la tecla para apretar y él supo reaccionar. Hasta ahora no había encontrado tanto nivel de exigencia, necesitaba que le pincharan y le dijeran que bajase el culo para defender. Le metí mucha caña", recuerda el preparador croata que aprovecha la llamada de Relevo para pedir una cosa: "No le comparéis con Pau Gasol, no tiene nada que ver. En lo único que se parecen es en la altura. Nada más".

En lo que coinciden los dos técnicos que han ayudado a cincelar el talento de Aday es en destacar la personalidad del chico y la importancia de su entorno(su padre fue jugador de baloncesto y su madre fue profesional en el voleibol) para que Aday mantenga los pies en el suelo y no pierda el norte ante los elogios que le llegan de todos lados.

"Aday tiene un entorno que facilita mucho el protegerle de esa sobreexpectativa. Es un jugador súper humilde, con una educación tanto personal como deportiva excelente y que tiene un entorno deportivo y humano que le hacen ser un chaval dicharachero y carismático", apunta Zamora. Matkovic destaca el humor de este 'niño' de 17 años: "Tiene mucho cachondeo mientras juega. Siempre estaba bromeando y con chistes. Es un chico muy alegre. Se trabaja muy fácil con gente de talento como él".

Aislarse del ruido no es fácil. Y menos cuando tienes a la NBA llamando a tu puerta como es el caso de Aday. El joven talento maño fue uno de los protagonistas del Basketball Without Borders. La mayor concentración de talento joven del mundo en la que se dan cita los mejores jugadores en edad de instituto que comparten cancha durante tres días ante la atenta mirada de los mejores entrenadores de la NBA.

"Es un jugador muy especial,con unos fundamentos únicos para alguien de ese tamaño. Es mucho más que un tipo alto. Defensivamente, por su estatura, es una garantía cerca del aro. Pero en la NBA actual le van a exigir más movilidad. Ha mostrado detalles de que puede llegar a mejorar mucho también en eso. Para mí, el cielo es su límite", aseguró Chris Ebersole, director de Operaciones Internacionales de Baloncesto de la NBA.

Su viaje a Estados Unidos durante el pasado All Star no le ha hecho perder el norte. De hecho, parece que el viaje le sentó bien como demostró ante Obradoiro con su mejor partido en ACB hasta la fecha. Una actuación que le ha valido para que sus rivales en la competición doméstica empiecen a deshacerse en elogios hacia un adolescente que todavía no puede ni votar.

"Es impresionante lo que está evolucionando. Jugar con esa facilidad y tranquilidad siendo tan joven. No sé con quién compararlo, quizás con Vlade Divac cuando era joven, pero más alto. Me gusta mucho", afirmó Veljko Mrsic en la previa del choque que hoy le enfrenta al Breogán, la última víctima de este coloso llamado a ser la próxima referencia del baloncesto español.

Si hay alguien que no puede permitir que Aday se relaje y mantenga los pies en el suelo es Porfirio Fisac. El técnico segoviano sabe que tiene un diamante entre manos (seis puntos, 3,2 rebotes y 0,8 tapones de media en la ACB) y por ello no duda en darle toques de atención cuando son necesarios, como ha sucedido en las últimas horas.

"No estoy contento con Aday. Me gustaría que tuviera otra serie de condiciones, no en el juego, que él va creciendo y no necesita un ayuda excesiva. Pero sí a la hora de actuar en el campo, de hablar con los árbitros…", aseguraba el técnico del Casademont Zaragoza el pasado viernes. Pecados de juventud de alguien a quien todos señalan como un talento generacional sobre el que cimentar el futuro del baloncesto español.