TELEVISIÓN

Bajo el Delfín Ramiro y la Vaquilla del Grand Prix se esconde el atleta Miguel del Pozo: "Ramón García se puso el traje y dijo que me tenían que pagar más"

El madrileño se ha convertido en todo un icono en el mundo del baloncesto al representar a la mascota del Movistar Estudiantes y ahora también de la televisión.

Ramón García con Miguel del Pozo, vestido de la Vaquilla del Grand Prix. /INSTAGRAM
Ramón García con Miguel del Pozo, vestido de la Vaquilla del Grand Prix. INSTAGRAM
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

De lunes a viernes trabaja en una fábrica, entrena a atletismo y hasta compite en categoría máster en la que incluso es campeón del mundo en los 5.000 metros. Los fines de semana a veces lanza hasta alguna canasta en Magariños o en el WiZink Center. Y los lunes por la noche es una de las estrellas de la tele. Él es Miguel del Pozo, aunque seguramente por su nombre haya muchos que no sepan de quién se trata. Sin embargo, si se dice que es quien se esconde tras el Delfín Ramiro, la mascota del Movistar Estudiantes, la cosa ya cambia. Pero si además se añade que también es quien da vida a la mítica Vaquilla del Grand Prix ya todo queda más claro.

Miguel del Pozo cuenta la anécdota de Ramón García vestido de Vaquilla. EDICIÓN: SERGIO CERQUEIRA

"Siempre me gustó mucho hacer el idiota, hacer reír. Desde el colegio era el típico niño que no era malo, pero era muy revoltoso. Tanto que aunque sacaba buenas notas, a veces me echaban de clase y hasta los profesores le decían a mis padres que no iba a llegar a nada en la vida", rememora en una videollamada con Relevo este madrileño de 41 años que se ha convertido en todo un icono en el mundo de baloncesto… y de la tele.

Y es que lo cierto es que Del Pozo siempre tuvo claro que lo suyo era lo del entretenimiento. Aunque para ello se tuviera que cruzar de por medio otra de sus pasiones: el baloncesto. Porque su afición por el Estu fue el inicio de todo. "Creo que mi afición por las mascotas empieza por Cobi, la mascota de los Juegos de Barcelona 92, a la que se le dio mucha importancia. Es un icono. También fue el año de Curro en la Expo de Sevilla… Es decir, un año donde de repente se le dio mucha importancia a las mascotas y a mí me hacían mucha gracia, aunque no me lo había planteado nunca. Ni siquiera estudié nada de eso, yo hice Educación Física, pero yo siempre he sido abonado al Estudiantes, desde el año 97, y yo veía a la mascota, que entonces no tenía mucha vida, y decía: 'Joe, qué pena porque a mí me encantaría hacerlo'. Pero lo veía como casi un imposible", cuenta.

Miguel del Pozo vestido del Delfín Ramiro en un partido del Estudiantes.  MOVISTAR ESTUDIANTES
Miguel del Pozo vestido del Delfín Ramiro en un partido del Estudiantes. MOVISTAR ESTUDIANTES

Sin embargo, la mascota acabó guardada en un cuarto hasta que en 2016 el traje salió para una despedida de soltero y surgió la idea de recuperarlo y ahí fue ya cuando entró Del Pozo. "El Estu se había pasado ya al WiZink Center, era un pabellón muy grande y pensaron que era buena idea recuperar la mascota. Y aunque estaba vieja y tal probamos. Debuté en un derbi y la verdad es que fue bastante desastroso porque el disfraz estaba muy roto. Pero el club decidió hacer un disfraz nuevo, que ya me permitía hacer más cosas y entonces fue creciendo", explica. Y es que, precisamente, ha sido el Delfín Ramiro el que también le ha llevado a ser Maria Fernanda, la Vaquilla del Grand Prix.

"Resulta que la jugadora más histórica del Estudiantes, Mariana González, su cuñado es entrenador del Canoe, pero también productor de televisión y había venido a ver partidos del Estu y ahí estaba yo. Entonces, cuando empezó a trabajarse la vuelta del Grand Prix y vieron que ya no podía haber vaquilla como tal, se les ocurrió tenerla como mascota y entonces contactaron conmigo. Me llamaron para hacer una prueba y yo no tenía ni idea de a qué iba. No sabía si tenía que ir a embestir a todo el que pillase como hacía la vaquilla o qué, pero me dijeron que no, que simplemente tenÍa que animar… y putear y ahí dije: 'Vale esas dos cosas se me dan bastante bien", relata.

Miguel del Pozo cuenta cómo fue la prueba para ser la Vaquilla. EDICIÓN: SERGIO CERQUEIRA

Y aunque es cierto que en el baloncesto tiene más libertad -"tuve que cambiar mucho el chip porque en el Estudiantes es casi la anarquía y claro, llegas a la tele y obviamente hay unos tiempos, unos guiones, unas cámaras que tienes que favorecerlas. Tienes que tener cuidado de molestar por igual a los dos equipos cuando me eligen de comodín", confiesa-, también tiene que cumplir unas normas o, si no, la que es su compañera en el programa, la árbitro Asun Langa, es una de las que podría sancionarle, ya que ella es una de las colegiadas de la Liga Femenina Endesa y la LEB Oro (a partir de la próxima temporada Primera FEB).

"En el baloncesto es verdad que algún árbitro se pone muy tiquismiquis, pero con Asun me llevo muy bien. La considero muy buen árbitro, que entiende el papel de todo el mundo. Pero es que el otro árbitro del programa, Edu, también ha sido jugador de baloncesto, de la generación de Jayson Granger, Javi Beirán… y es el marido de Mariana González, la jugadora de la que hablé antes, así que en las pausas del programa la verdad es que se habla mucho de baloncesto, de fichajes…", confiesa.

Miguel del Pozo cuenta que en el Grand Prix se habla mucho de baloncesto. EDICIÓN: SERGIO CERQUEIRA

Y lo cierto es que si algo hace Del Pozo es tratar de poner en valor la figura de la mascota, la cual ya se ha convertido en un imprescindible en prácticamente todos los eventos y para la que hasta el propio Ramón García ha llegado a pedir un aumento. "Cuando alguien que nunca antes se ha metido en el disfraz lo hace, se da cuenta de lo difícil que es, de las limitaciones al moverte y todo. En un programa, Ramón García se lo puso y yo estaba a su lado aconsejándole y cuando se lo quitó iba gritando por el plató: 'No sé cuánto le pagáis a Miguel, pero le tenéis que pagar más'. Porque él estuvo unos 10 minutos y me decía: 'No sé cómo aguantas'. Pero será porque cada uno tenemos nuestras facultades, él es una máquina presentando y yo tengo la capacidad de ser mascota, de aguantar el calor sin morir porque… ahí se pasa una barbaridad de calor". Aunque para él todo ese sufrimiento queda apartado porque disfruta de lo que hace y de ver cómo, ya sea como Delfín Ramiro o como la Vaquilla, hace disfrutar a los demás.