La vuelta de Pablo Laso a los banquillos, desde dentro: su reto es llevar al basket "el gen" del Bayern
Nacho Juan, el nuevo ayudante del ahora entrenador del Bayern de Múnich tras su inexplicable despido del Real Madrid, cuenta a Relevo cómo es trabajar con él en Alemania.
Hablar de Pablo Laso es hablar de identidad, de carácter, de historia y, en definitiva, de baloncesto. Pero es hacerlo entendiendo que lo que hace especial al entrenador que lo ganó todo con el Real Madrid -y le creó esa seña identitaria que lo hizo único-, es sin duda, que Pablo Laso es "una persona normal, que hace las cosas normales y que realmente no está ni mucho menos llena de artificios". Así lo define Nacho Juan (Zaragoza, 1997) quien ahora ha asumido junto a él las riendas del banquillo del Bayern de Múnich. Una oportunidad que le llegó directamente por Laso en lo que fue una reunión informal, de lo más simple. Aunque el reto que ambos tienen por delante no es precisamente sencillo. Pues su objetivo será lograr ese gen de identidad y recuperar esa "cultura ganadora" que el Bayern ya tiene en fútbol, también en baloncesto.
Desde hace un par de semanas su casa es Múnich, una ciudad desde la que atiende a Relevo por videollamada, "con mucha vida y mucho que hacer", como lo que él, junto a Laso, tienen por delante con el primer equipo de baloncesto de la ciudad.
"El Bayern de Múnich es un club con unas ideas muy claras, con un grupo de trabajo en la directiva que lleva años trabajando en la forma de hacer crecer al club. En este caso, el objetivo para nosotros es ir dando pasos desde un núcleo duro de jugadores alemanes sólidos, pero con cierto margen de mejora y la incorporación de jugadores que, sin tener aún la etiqueta de estrella, tienen la capacidad para mejorar en poco tiempo y ser jugadores a nivel europeo. Y para esto, para intentar que estos jugadores den un paso más, piensan que Pablo Laso y su equipo es el adecuado", explica Nacho Juan. Y para conseguirlo, el 'secreto' de lo que bien podría ser la fórmula mágica de Laso reside en crear un grupo de trabajo con confianza en el que todos aporten.
"Él, desde la confianza, desde la normalidad y, sobre todo, desde la honestidad, consigue sacar lo mejor de la gente que le rodea. Creo que es el secreto de su trabajo. Él crea ambientes de trabajo donde todo el mundo se siente partícipe y donde desde la confianza y la honestidad, cada uno va aportando su granito de arena", asegura. E insiste en que trabajar con él "es algo más normal de lo que parece". Porque, al final, "lo que hace singular a Pablo es que es una persona normal en un mundo muy peculiar, un mundo muy cambiante, con un nivel de tensión alto, con un nivel de estrés en ocasiones también muy asfixiante", pero en el que consigue sacar lo mejor de su alrededor, algo que ya está tratando de hacer con sus nuevos jugadores.
"Más allá de la mejora colectiva, es un equipo y un grupo de trabajo cuya singularidad reside en el potencial que tiene a corto y medio plazo. Mediante el crecimiento individual de los jugadores vamos a poder crecer mucho como equipo porque muchos de ellos son conscientes de la gran oportunidad que tienen y del escenario que se les presenta con Pablo Laso en Múnich", argumenta. Y es que, si de algo bien sabe Laso, es de hacer crecer el talento y forjar un proyecto con identidad.
"Esa forma de hacer las cosas que tiene Pablo Laso nos va a ayudar a conseguir los objetivos que queremos"
Ayudante de Laso en el Bayern"Somos conscientes de nuestra realidad y es que nuestra realidad económica está un peldaño por debajo de la de los grandes de Europa. Pero esto tiene todos los ingredientes para ser un proyecto, pero un proyecto en su forma más pura. Es decir, una construcción que tenga un sentido ya no sólo desde los mimbres y los nombres. Creo que el camino es largo y un poco diferente al de otros proyectos en Europa donde la inmediatez va a ser muy importante, aunque no quiere decir no tengamos la exigencia de ganar. Pero tenemos esa ilusión y esa determinación hacia esa forma de hacer las cosas que tiene Pablo Laso que nos va a ayudar a conseguir los objetivos que queremos". Más que nada, el de recuperar la marca Bayern a nivel de baloncesto.
"Múnich es una ciudad de fútbol, donde el Bayern es un referente social con un valor muy importante que es el ganar, el ser competitivo. Con Laso, uno de los objetivos que se ponen es restaurar [en el baloncesto] una cultura competitiva, ganadora, lo antes posible porque es lo que se relaciona al Bayern de Múnich, con su historia, con su tradición y su cultura competitiva. Ya no es el qué podamos ganar, sino el cómo podamos hacerlo. El poder decir que quizá no seamos aspirantes a ganar la Euroliga, pero que todo equipo que venga a Múnich o todo el que reciba al Bayern sienta esa sensación de enfrentarse a un equipo muy competitivo, que va más allá de los mimbres que tenga y que tiene ese gen que lo hará diferente", indica. Y para ello, aunque el líder sea Laso, están implicados absolutamente todos los estamentos del club.
"El ambiente de trabajo es muy bueno. Es un club donde además tiene una cosa muy buena y un poco diferente que es que todo el mundo trabajamos juntos. Personas de oficina, personas de la estructura de club, con las personas del primer equipo, de la cantera… Todos trabajamos muy juntos y hay un nivel de empatía alto", reconoce Nacho Juan. Y quizá esa empatía sea también la cualidad que ha visto Pablo Laso, como en su día vieron en Casademont Zaragoza en Nacho Juan. Ese algo especial, sin dejar de ser, como él bien dice "normal". Por eso, su fichaje por Laso se gestó hace más de cinco años, aunque se acabase 'firmando' tras una reunión casi improvisada.
"Realmente me gustaría decir que mereciera una película, una historia espectacular. Pero realmente fue algo muy normal, como todo lo que relaciona a Pablo Laso. Al acabar la temporada, fruto de una reunión con mi agente en Madrid, me comenta que Pablo Laso quiere hablar conmigo. Y en una reunión de lo más informal, en lo que iba a ser una conversación normal, antes de comentar otras cosas con mi agente, Pablo me propone esto. Y no me lo propone de una forma muy incisiva, no me dice te vienes o no. Me plantea la propuesta. Me pregunta más bien si estoy dispuesto, si estaría dispuesto, en condicional, a irme con él y que me daba si quería una semana para dar una respuesta", explica. Eso sí, aunque aquello ya venía de tiempo atrás.
"Mi relación con él empezó en los campus de verano que lleva realizando cinco ediciones. Así que fue hace cinco años cuando lo conocí y realmente fue una oportunidad que en su día también vino de repente, como complemento de la oferta del primer equipo de Casademont Zaragoza. Era una oportunidad de ir como de prácticas para aprender, para tomar notas e intentar conocer la dinámica de algunos entrenadores profesionales que tienen un nivel extraordinario. Y unos días antes de empezar, Paco Redondo, que era director del campus, me dijo: Nacho, no vas a venir de oyente, sino que vas a venir a entrenar, que vengas mentalizado", indica Nacho Juan. Y, como bien dice, "ahí empezó una relación que nos ha llevado a los dos a Alemania".