EUROLIGA | BASKONIA 84 - PARTIZAN 83

La herencia de Luis Scola y el cambio de chip que ilusionan al baskonismo

El cambio en el banquillo provoca una reacción en el conjunto de Vitoria. La pizarra de los azulgranas parte ahora del juego interior sin la 'Howardependencia'.

Tadas Sedekerskis, con la bola, con Dusko Ivanovic detrás en el banquillo, durante el Baskonia-Partizan. /GETTY IMAGES
Tadas Sedekerskis, con la bola, con Dusko Ivanovic detrás en el banquillo, durante el Baskonia-Partizan. GETTY IMAGES
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Un partido, con sólo cuatro entrenamientos, no es suficiente para afirmar algo con contundencia. Pero la realidad es que a Baskonia se le ha visto un cambio de chip. Tras la tormenta caída estas semanas atrás, Dusko Ivanovic ya empieza a dejar su impronta en la que, por cuarta vez, vuelve a ser su casa. Y esta parte desde el interior. Porque eso es lo que se ha podido ver durante la victoria ante el Partizan en Euroliga (84-83). La primera prueba tras el adiós de Joan Peñarroya y el regreso del técnico montenegrino. Y, eso sí, pese a que está claro que la afición admira a su ahora entrenador, lo que no se le ha olvidado es señalar hacia arriba, tal y como se notó durante el homenaje a Luis Scola.

El ala-pívot argentino, leyenda de Baskonia, se llevó un baño de masas durante lo que para cualquier jugador es un momento absolutamente único: la retirada de su camiseta. Ese dorsal '4' con el apellido Scola que ya cuelga en lo más alto del Buesa Arena y que lució durante siete temporadas y 447 partidos.

El homenaje por la retirada de la camiseta de Luis Scola en el Buesa Arena.  BASKONIA
El homenaje por la retirada de la camiseta de Luis Scola en el Buesa Arena. BASKONIA

Capricho del destino o no, casi que fue como una premonición de la importancia del ala-pívot y el juego interior que, al igual que él personificó en su día con el mismo técnico que hoy se sienta en el banquillo de Vitoria, ahora volverá a ser la senda a seguir para el conjunto azulgrana.

El juego interior, seña de identidad

Es más, eso es lo que ya ha empezado a verse. Primero, con Tadas Sederskis dando un paso al frente, multiplicándose en pista y liderando el juego interior del conjunto vasco. Sello importante este del nuevo técnico, que ya mostró sus cartas desde el primer cuarto tratando de enviar más balones interiores para que Costello -que esta vez no estuvo muy lúcido- y Kotsar, principalmente, pero también Tadas y Chima Moneke (los dos mejores, junto a Miller-Macintyre) fueran los que buscasen el aro. La realidad es que el efecto Ivanovic se ha notado. Cosa que, también, es lógica cuando llega un entrenador nuevo. Pero en este caso es que la actuación de los ala-pívots y el apoyo desde el exterior de Cody Miller-Mcintyre fueron claves.

Primero, porque en el caso de Tadas pareció asumir que ese es el rol que debe tener a partir de ahora. Después, porque Moneke mantuvo la serenidad y sangre fría cuando más lo necesitaba el equipo, sobre todo desde la línea de tiro libre. Y por último, porque el base se multiplicó en ataque y defensa, cogiendo rebotes (máximo reboteador de los de Vitoria) y repartiendo asistencias, además de manteniendo una muy buena lectura del juego. Y aunque el cansancio pesó -ya se sabe que las dos últimas jornadas Baskonia jugó totalmente en cuadro y eso supuso mucho desgaste-, las sensaciones del conjunto azulgrana fueron totalmente distintas. Y todo acabó llegando a buen puerto ante un equipo nada fácil, como el Partizan de Zeljko Obradovic.

Sin la 'Howardependencia' y a la espera de Chiozza

Además de todo ello, también se vio lo que vendría a llamarse menos 'Howardependencia'. La realidad es que hasta ahora, parecía que todos los balones, pasara lo que pasara, tenían que ir para el base-escolta. Sin embargo, en esta ocasión se vio a un equipo que jugaba mucho más el balón y lo repartía, sobre todo hacia el interior, sin la necesidad de buscar siempre la referencia de Markus Howard. Un plus más para el ya 'nuevo' Baskonia de Dusko.

De este modo ha quedado claro que el juego interior será un aspecto clave en la pizarra de Ivanovic, pero todavía queda que Chris Chiozza, que debutó con una discreta actuación, coja ritmo y se adapte para, precisamente, potenciar este aspecto: que lleguen más balones al interior. Y lo mismo la defensa. Porque si algo se vio fue la colectividad en este aspecto para incluso frenar las arremetidas del Partizan. Y a todo eso hay que añadir las bajas, que precisamente son piezas clave para corregir errores y mejorar en este aspecto.

Eso sí, lo que está claro es que la afición, que ovacionó a Dusko Ivanovic, no olvida los problemas que se arrastraban. Y no dudaron en pitar al máximo dirigente del club, Josean Querejeta, cuando fue nombrado por Luis Scola durante su discurso. Baskonia vuelve a sonreír, pero sin olvidar lo pasado y con mucho trabajo por delante. Eso sí, la cuarta etapa de Dusko Ivanovic empieza por todo lo alto, con la vuelta de la sonrisa a Vitoria.