La charla entre un compañero y un rival de Drazen Petrovic en la que buscaban su diferencia con los 'mortales': "Eso es lo que nos separa a ti y a mí de él"

La figura de Drazen Petrovic sigue siendo en el baloncesto un mantra del que hablar siempre. Su capacidad anotadora y su fuerte carácter son siempre motivo de conversación entre los aficionados que vivieron aquella época, la que el genio de Sibenik marcó, tanto en la Cibona, como en la selección yugoslava y el Real Madrid, antes de dar el salto a la NBA, a los Portland Trail Blazers.

Más de 30 años después de su fallecimiento -murió el 7 de junio de 1993-, las anécdotas siguen apareciendo y descubriendo a un personaje que todavía asombra, capaz de anotar 60 puntos y enfadar a compañeros y rivales al mismo tiempo.

Una de esas anécdotas que reflejan la forma de ser de un crack como Petrovic, la cuenta el exjugador Curro Ávalos en sus redes sociales, por una conversación que tuvo con José Lasa, base de la selección española y del Real Madrid en la época del jugador balcánico. Ahora coach deportivo, Ávalos tiene una extensa experiencia en el baloncesto español, formando parte de aquel Unicaja que rozó la Liga ACB ante el Barça en 1995.

"Lasa era compañero mío en la selección. Y cuando el Madrid iba a venir a jugar contra nosotros yo le preguntaba a él sobre Petrovic. '¿Qué puedo hacer contra él?', le preguntaba", comienza Ávalos la anécdota, que usa para sus charlas sobre coaching deportivo.

"'Curro, es imposible, tío, no lo vas a poder parar, pero aunque lo supiera no te lo iba a contar', me decía Jose", que se cuidaba de desvelar secretos de su compañero. En cambio, sí que Lasa le explicó la diferencia que él creía que había entre Drazen Petrovic y el resto de los jugadores de baloncesto 'mortales'.

"Me dijo: 'Te voy a decir una cosa que nos separa a ti y a mí de él. Él es un fanático del baloncesto, porque entrena más que nadie', me contó, a lo que yo le respondí: 'Jose, yo también entreno mucho'". "'Ya, Curro, pero no, tú eres un profesional, pero Petrovic es un fanático', me contestó".

Con el objetivo de intentar entender lo que marcaba ese escalón entre un buen jugador y un crack, Ávalos no se quedó satisfecho con la respuesta de su compañero y quiso ir más allá, repreguntando cuál era la diferencia entre un profesional y un fanático. A ello, Lasa le contestó con una anécdota que ejemplifica lo que Petrovic trabajaba para alcanzar el éxito que llegó a tener.

"Cuando llegábamos a la Ciudad Deportiva del Real Madrid, él ya llevaba una hora entrenando solo. Luego, seguía dos horas más colectivas, con el equipo. Y cuando ya nos íbamos todos a casa, muertos, él se quedaba y tira 100 tiros libres seguidos. Y si falla el 99 empieza de cero y no se va nunca a casa a dormir hasta que no mete 100", le resumió Lasa.