ATLETISMO

Quique Gallego: "Un 31 de diciembre ni siquiera comí las uvas con mi familia por ir a buscar droga"

El deporte sirvió a este malagueño como vía de escape de un mundo lleno de excesos y adicciones.

Quique Gallego celebra una victoria./INSTAGRAM
Quique Gallego celebra una victoria. INSTAGRAM
Lorena González

Lorena González

Enrique Gallego (Júzcar, Málaga) acaba de llegar de Montenegro, donde ha disputado con la Selección española el Campeonato de Europa de Skyrunning, una modalidad de trail de carrera por la montaña. Mientras corre por la naturaleza, no se acuerda de que hace apenas tres años estaba inmerso en un infierno. En Relevo cuenta cómo la adicción a las drogas y el alcohol casi acaban con su vida. Y cómo el deporte la salvó. Le rogamos, eso sí, que no pida perdón cada vez que se emociona durante la entrevista.

Tu vida actual está dedicada a correr por la montaña, ¿cómo has llegado hasta aquí?

Empecé a competir desde casi el principio. No entrené apenas y ya empecé a competir. En el segundo año me cogió un entrenador y ya fui más en serio. De jovencito hice algo de muay thai (boxeo tailandés) antes de empezar a beber. Supongo que por mi juventud y las amistades yo era un poco débil y me dejaba llevar, aunque no culpo a nadie.

¿Cómo era tu día a día antes de iniciarte en el deporte?

Llevaba 13 años en una empresa de mi pueblo. Antes de empezar a correr, mi vida era un desastre, siempre de borrachera, metiéndome cocaína, de fiesta cada día, cogía el coche borracho perdido…Me quitaron el carné de conducir y tuve dos accidentes en los que en uno casi mato a mis cuatro acompañantes y en el otro, casi me mato yo.

¿Cuándo empezaste a consumir?

Hace diez o doce años, con 22. Al principio era algo esporádico, algún sábado que salíamos. Luego se convirtió casi en algo diario, porque el fin de semana ya empezaba los jueves. Cuando no tenía dinero no consumía, pero tampoco tenía fuerzas ni para ir a trabajar, no aguantaba nada, estaba de mal humor siempre, vendía cualquier cosa que tenía. Al trabajo no iba ni la mitad de las veces. No me llegaron a echar, llegamos a un acuerdo para al menos tener derecho a paro, era de un familiar mío que sabía lo que había y que me ayudó a hacer los papeles.

Quique Gallego cuenta cómo dejó el las drogas.Relevo

¿Cuál fue el punto de inflexión para decir 'hasta aquí'?

Llevaba ya años dándole vueltas y queriendo salir, pero no encontraba la fuerza o el momento. Después de varias peleas y denuncias, vi que mi vida era una ruina. Recuerdo un 31 de diciembre, no me comí ni siquiera las uvas con la familia porque me fui a buscar droga. A la vuelta, iba muy rápido, salí por una curva y caí rodando 70 metros. No me maté de milagro. Ese día ya tuve todo más claro, y ya cuando me desperté una mañana ensangrentado después de una noche de fiesta, ya lo decidí. No podía más. Hacía años que me querían ayudar, pero yo creía que estaba bien y que no me hacía falta. No aceptaba el problema que tenía.

Y acabaste aceptándolo.

No fui al psicólogo, pero mis padres alquilaron un campo, fuera de la ciudad y nos fuimos allí un año. Aquel fue mi refugio. Mis padres me han dado la vida dos veces. Hasta ese momento yo estaba destrozado y les estaba destrozando a ellos también. Estando en el campo, una tarde salí a andar con mi perra. Y hasta ahora.

¿Qué sentías en aquellas primeras veces saliendo a correr?

Terminaba muy contento, descubrí que hacer aquello en la naturaleza me llenaba. Desde pequeño siempre estaba en el campo con mi abuelo y sus animales. Allí volví a encontrar la libertad. Los primeros días me sentaba en lo alto del cerro y pensaba en el tiempo que había perdido. Tenía 32 años, ojalá hubiese conocido antes esta vida.

Tus padres estarían muy sorprendidos.

Cuando llegaba a casa, mis padres me preguntaban hasta dónde había ido, cuando se lo decía no se lo creían. De hecho, me sobresforzaba más de la cuenta y me lesioné. Pero no decaí, sino que fui a un fisio, me dijo que parara el ritmo y le hice caso. No tuve el deseo de volver a beber ni nada en aquel momento, mis pensamientos sólo se enfocaban al deporte.

¿Cómo llegas a convertirte en un atleta?

El primer año entrené por mi cuenta, miraba algún vídeo para saber qué podía ir haciendo, hasta que me apunté a una carrera en mi tierra, de 54 km. Llegué quinto, y no sabía que los cuatro que quedaron por delante era gente muy reconocida en Andalucía. Allí me vio un entrenador y preguntó quién era yo. Le contaron todo mi caso, y hoy en día sigue siendo mi entrenador.

¿Has notado alguna vez cierta desconfianza hacia ti por tu pasado?

No, al contrario. Me apoyan más.

¿Qué te aporta a ti el deporte?

A mí correr me da la vida, esta es mi adicción, pero esta es una droga sana.

¿Qué opinas de la afirmación de que se es adicto toda la vida?

He escuchado a mucha gente decir eso, pero creo que yo soy dueño de mí mismo, de lo que puedo y no puedo hacer. En ningún momento me llama la atención o tengo la necesidad de consumir o beber. Me han dicho que podía recaer si tenía alguna lesión, y he tenido doscientas y nunca he tenido ganas de recurrir a ello de nuevo. No se puede decir nunca digas nunca, pero yo lo tengo 100% controlado.

¿Algún amigo tuyo de entonces, también con adicciones, te ha pedido ayuda?

La mayoría de las amistades de aquella época ya no las mantengo. Para salir de eso tienes que alejarte de ese mundo, de la noche, de ciertas personas… Si no, por mucho que tú quieras, no sales de ahí. Algunos han caído aún más. Es una pena. Pero otros han salido adelante. Mucha gente me ha dicho que quería meterse al deporte para salir de ahí, me han escrito de todos los países del mundo. Hasta hace poco estuve contestando mensajes de Australia, Uruguay… De muchas personas, obreros, abogados, maestros… El día de mañana me gustaría montar algo para ayudar a la gente. Es algo que me enorgullece mucho, y además no esperaba esto. La verdad es que hay mucha gente metida en las drogas y no merece la pena ni estar un minuto en ese mundo.

¿Guardas algo que te dijeran para ayudarte y que te marcase especialmente?

Es que me han dicho tantas cosas…sobre todo que tenía que cambiar y que no podía seguir así. Mi madre me decía que me estaba destruyendo la vida yo solo. Pero pensaba que estaba muy bien y ni siquiera podía mirarme en el espejo, me daba vergüenza.

¿Ahora te ves?

Ahora me miro muchas veces, y me encanto. Me siento muy orgulloso de mí mismo, más consiguiéndolo casi yo solo. Si hubiese ido a algún centro quizás no hubiese salido, porque no habría estado en el campo. Y eso ha sido lo mejor que me ha podido pasar.

Gallego narra qué ve en el espejo cuando se ve a sí mismo.Relevo

¿De pequeño qué soñabas ser?

No recuerdo de lo que quería ser de pequeño. La droga hace que no recuerdes muchas cosas.

¿Qué te dicen ahora tus padres?

Vienen a las carreras que pueden y están siempre compartiendo todo lo que hago. No pueden estar más orgullosos.

Cuando sales a correr, ¿eres capaz de dejar la mente en blanco?

Cuando vienen a verme me dicen que corro muy serio, pero es que voy tan metido en eso que no veo alrededor.

¿Sabes de alguien a quien le hayas servido de ejemplo para dejar la droga?

Sí, mucha gente me lo ha comentado. Que ahora han empezado a hacer deporte, y me dicen que se han inspirado en mí para dejar las drogas e iniciarse en el deporte.

¿En qué momento deportivo te encuentras?

Estamos haciendo las pruebas de la Copa de España. Para el año que viene queremos hacer la Copa del Mundo por montaña, pero es un terreno más duro, con más piedras, pero es donde mejor me muevo yo.

¿Cómo ha ido el Campeonato de Europa, disputado con la Selección española hace apenas unos días en Montenegro?

Ganamos varias medallas. Es un deporte de equipo y no puedes abandonar, aunque llegues el último. En esa carrera lo pasé muy mal, fueron unas tres horas 48 minutos. Y nos dijeron que había un punto con agua, pero no. Me había llevado un bote de agua muy pequeño y llegué totalmente deshidratado, y encima hacía mucho calor. Si la hubiera hecho solo, seguramente hubiese abandonado. Pero somos un equipo.

Si te sacan de la montaña…

Voy mucho a entrenar a la pista y no me gusta para nada, ni el asfalto. No me prepararía para correr la maratón de NYC, sino por el campo. Algún día probaré.

¿Tienes algún referente en el deporte?

Un amigo me decía que yo soy su referente y me pregunta que cuál es el mío, le digo que soy yo mismo. No me fijaba en nadie porque empecé esto solo.

Claro, porque no contaste con una ayuda médica.

No tuve. La mía fue la naturaleza, todo lo que necesitamos nos lo puede dar ella. Claro que te pueden ayudar, pero uno mismo tiene que sacar su propia fuerza. Es como si pones la mano en el fuego y te quemas, pero sigues dejando la mano ahí, quizás no te crees tan fuerte. Esa gente que dice que no puedo… si crees que no puedes, no vas a poder. No es cuestión de intentarlo, es cuestión de querer. Ese día que me vi en el espejo sangrando, tuve claro que iba a poder. En los cinco años previos, cuando estaba en el coche consumiendo, me decía "mañana se acabó", pero al día siguiente seguía. Hasta que lo tuve claro y lo hice de forma radical.

Gallego y su opinión sobre la naturaleza.Relevo

¿Qué mensaje puedes dar a personas que están en ese lugar tan oscuro?

Que no pasen un sólo segundo en ese infierno. La vida a veces es injusta, pero al final es un regalo que nos han dado y es muy bonita. Hay que saber vivirla sin eso, no es necesario, al revés, te destruye a ti y a todo lo que está alrededor. No tiene compasión con nadie. Te lleva a hacer cosas que te avergüenzan. Si tienes un problema, eso solo lo va a empeorar. El deporte es vida y la naturaleza es lo más bonito que tenemos.

De eso han pasado tan solo tres años. Ahora eres un atleta profesional.

El primer año que empecé a correr me llamó la federación malagueña; al siguiente, la andaluza y al tercero, la española. Cuando me llamó el 'presi' de la española, yo le decía, "Chiquillo, esto va muy rápido". Y me respondió: "Rápido vas tú".