El equipo de pádel con más Ligas está en Madrid: "Raúl partió una pala y se castigó acabando el set con ella"

Jorge C. Picón, Álvar Madrid y Salvador Fenoll

Publicado17 de noviembre de 2024, 7:25 h

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Prácticamente todas las semanas un grupo de exjugadores de fútbol y alguna personalidad de otros ámbitos se juntan para echar la mañana -o la tarde en su defecto- jugando al pádel. Un momento de desconexión en el que vuelven a sentirse deportistas y a competir, dentro de sus posibilidades, al máximo nivel. Raúl González Blanco, Dani García Lara, Milinko Pantic, Gabriel Heinze, Luis Milla, Javi Guerrero, David Silva, Fernando Llorente o Pablo Ibáñez entre otros se matan en la pista por cada bola para después salir de la misma, tomarse unas cervezas y reírse durante un rato. Raúl Rodríguez, director de patrocinio de la marca de palas Kombat, es uno de los promotores de esta iniciativa que se ha transformado en tradición.

"Hacemos partido, tercer tiempo, nos reímos, nos vamos de cena y la verdad es que nos lo pasamos bien. Lo más importante es el grupo humano que tenemos. Hay un núcleo principal, y luego vamos incorporando gente que le gusta estar con nosotros, que le gusta sobre todo pasárselo bien. No nos interesa solamente el personaje, que sí interesa, pero nos interesa que sean luego capaces de tomarse una caña, de comer, de reírnos, de hablar de mil cosas y pasárnoslo bien. Y de hecho, tenemos un día asignado todas las semanas, donde jugamos, comemos y nos metemos los unos con los otros, nos reímos y nos lo pasamos muy bien", explica Raúl a Relevo en las oficinas de Kombat.

Existe un selecto grupo que denomina "los elegidos". Unos pocos que son el alma de la banda, impulsores de partidos y otros eventos. Los que nunca fallan. "Están Dani, Javi Guerrero, Pablo Ibáñez, Raúl… Pero luego se incorporaron Roberto Frendedoso, Luis Milla, Milinko Pantic... Esos son un poco los que mantenemos un grupo más firme, pero bueno, se incorporan muchos más. Ahora está viniendo gente nueva, ahora viene David Silva, que es un grande también".

Esta relación de Raúl con las estrellas del fútbol nació hace 15 años. Él trabajaba en otra marca y, a través de García Lara y Milinko Pantic, empieza a establecer contacto con jugadores a los que hoy en día llama amigos. "Fuimos estableciendo una muy buena relación personal, una amistad y han venido conmigo a todos los proyectos en los cuales he estado. A partir de ahí pues se ha ido incorporando gente. Ahora lo que tenemos es casi un equipo de fútbol. Tenemos más copas de Europa, Ligas y Champions que muchos equipos de Primera", bromea.

A pesar de que todas las marcas les quieren vestir y regalarles sus palas, Raúl ha conseguido un punto de fidelidad que le acompañan en todos sus cambios de empresa. Varlion primero, Bullpadel después y actualmente Kombat. "La verdad es que les llaman de todas las marcas todos los días. Intentan quitárnoslos, pero ellos son fieles en ese sentido y la verdad es que están muy a gusto. Les tratamos muy bien y de momento siguen con nosotros", afirma. Explica que no cobran nada por el patrocinio y que les ayudan a promover la marca a través de redes sociales sin necesidad de pedírselo o establecerlo en un contrato.

Esa competitividad que tenían sobre el terreno de juego la llevan ahora al 20x10. Eso sí, todos controlan sus enfados cuando fallan una bola o cuando pierden un punto importante. Sólo una vez uno de ellos rompió una pala y se impuso un castigo para concienciarse. "Esto pasó con Raúl. Rompió una pala y el tío siguió jugando el set con la pala rota. Yo le dije 'te la cambio ahora mismo'. Me dijo 'no, no, no, me lo merezco y voy a jugar con esta. Y si me sale mal, me aguanto porque la he partido yo'. Se cabreó y fue sin querer, pero la partió. Y el tío siguió jugando con la pala rota".

Raúl les ayuda a elegir la pala que mejor se adapta a sus cualidades. Alguno es más quisquilloso que otro con la dureza o la forma, pero todos acaban adaptándose. "Nosotros les aconsejamos. Luego hay peculiaridades, por ejemplo, el caso de Dani [García Lara], que probó la pala redonda, la Krakatoa nueva, se enamoró y no quiso probar ninguna pala más. Dice que esa es su pala y ya no la cambiamos. El caso de Raúl, es muy fácil porque da igual lo que le pongas. Es como al fútbol, juega bien con cualquier producto. Él no tiene ninguna exigencia, ninguna demanda, ni nada. Y los demás, prácticamente lo mismo. Algunos, como Milinko [Pantic] sí que, dependiendo, le gustan un poquito más blandas, porque si son muy duras no le despiden, pero los demás, la verdad es que se adaptan a todo".

Raúl se ha convertido en un galáctico para las marcas de pádel, aunque él no se ve en esa dimensión. Todas han preguntado por él en algún momento, pero Kombat se lo llevó en 2023 con un ambicioso proyecto que le ofreció Jorge Muñoz, CEO de la empresa. Lleva 30 años en el mundillo y se ha convertido en una de sus caras más reconocibles entre empresarios y jugadores, aunque su nombre no trascienda al gran público.

Recuerda con mucho cariño un montón de partidos y anécdotas. Entre ellas, una con Míchel González. "El primer día que lo conocí jugamos contra Dani [García Lara]. Jugaba de compañero con él y no teníamos mucha relación. Yo iba muy cauto, muy precavido. La primera bola era un punto largo. Estaba jugando Dani en el otro lado y al final Míchel falla el punto larguísimo. Yo le animo y le digo 'vamos compi, no te preocupes'. Y entonces Míchel me dice: '¡Que no me preocupe! ¡Soy una mierda! ¡Dime de todo! ¡Grítame! ¡No puedo fallar esa bola!'. Yo lo acababa de conocer y yo, cortado, no sabía qué decirle. Esa anécdota se me quedó grabada. Pero con Míchel me llevo genial. Es un tío encantador".

Sin embargo, donde mejor se lo pasan es en el grupo de Whatsapp que comparten, donde no dejan "títere con cabeza". "Las fotos y los comentarios son de traca", comenta entre risas. En el mismo aprovechan para comentar el ránking, en el que Pablo Ibáñez y Raúl ocupan el primer puesto. Es una pareja súpersólida y nos cuesta muchísimo ganarles. Pero el otro día perdieron. Y bueno, cuando pierden se hace sangre a muerte".

Un grupo que sigue unido después del fútbol gracias al pádel y que no pierde las ganas de competir. Raúl hace de nexo de unión y, junto a sus "elegidos", mantienen una tradición que sigue vigente a pesar de los años y en el que la amistad está por encima de todo. Porque como él mismo dice, más allá del personaje, lo más importante para formar parte del grupo es la persona.

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