Bakambu salva al Betis de otro esperpento en Moldavia y lo deja con vida en la Conference

"Venimos sólo por el escudo", se leía en la pancarta que sacaron los valientes hinchas béticos que se dieron cita en Chisinau. Y cuánta razón tenían. El esperpento de Conference League que está perpetrando el Betis tuvo su continuidad ante el endeble Petrocub. Un solitario gol de Bakambu, tras un error en la salida de balón del equipo moldavo, salvó a un Betis de servicios mínimos, que, al menos cumplió con el objetivo de sumar la victoria y seguir con vida en la tercera competición continental.

Fue un Betis que acabó pidiendo la hora y perdiendo tiempo. El quiero y no puedo europeo tuvo una continuación en el Stadionul Zimbru de Chisinau, un campo que ni siquiera era el del Petrocub, que se desplaza a la capital para disputar sus partidos europeos. Una leve mejoría en el segundo acto, cuando Pellegrini tiró de Abde y Altimira, y, sobre todo, aprovechando el impulso del gol regalado por los moldavos, le bastó al equipo verdiblanco para cumplir el expediente, pero no para ganarse el perdón de sus aficionados. La pancarta con la que comienza esta crónica volvió a salir a la palestra al finalizar el partido, en un claro mensaje de los hinchas de que tampoco les había gustado lo que sufrieron sobre el césped.

El gol del Betis llegó en el minuto 54', en el primer remate a portería del partido. Eso resume el paupérrimo juego que el equipo bético volvió a exhibir en Europa. Un equipo que hasta que no llegó ese tanto se pasaba la pelota como un acordeón pero sin que nadie rompiera una línea con un pase o un desmarque. Un equipo parado y sin ritmo que se lo puso fácil al voluntarioso equipo moldavo que, como antes sucediera con el Legia, el Celje o el Mlada Boleslav, se fue animando con el paso de los minutos.

Ni la presencia de Johnny Cardoso, reaparecido como titular tras su lesión muscular, o la de los canteranos Jesús Rodríguez, Mateo Flores y Assane Diao animó al Betis. Únicamente el hispano-senegalés, partiendo desde la banda derecha, buscó llegar hasta la línea de fondo e incluso forzó sendas faltas de Demian, a quien Lothar D'hondt , el colegiado belga del partido, le perdonó la expulsión. Eso fue lo más destacado del Betis, que ni siquiera protestó el gol anulado a Bakambu, que le quitó el balón con la testa al meta Smalenea cuando éste lo parecía tener sujeto débilmente con ambas manos.

No le gustó tampoco a Pellegrini lo que había visto en el primer acto y Abde y Altimira saltaron al césped tras el intermedio. Dos peones principales para al menos cambiar algo la imagen del Betis. El marroquí, activo con la pelota, y Altimira, que le metió más ritmo al juego, hicieron que los verdiblancos adelantasen las líneas. En una presión del Chimy Ávila llegó el error entre Narh y Mudrac para que Bakambu abriese la lata. Incluso pareció que el Betis sentenciaría el encuentro con el impulso de ese tanto, pero el congoleño desaprovecharía dos acciones claras -sobre todo la primera tras asistencia de Assane Diao- y también el VAR rectificaría sobre un penalti señalado a Abde.

Con ese único gol de diferencia, el Petrocub se fue arriba en busca del empate. Los nervios, quizá recordando lo sucedido en Mladá Boleslav hace dos semanas, aparecieron en los jugadores béticos, que ya sólo pensaban en perder tiempo. Y así llegaron dos ocasiones para los moldavos, sobre todo ese gol anulado que metió el miedo en el cuerpo a todos los béticos hasta que el asistente y luego el VAR ratificaron el fuera de juego.

"Tenemos que seguir vivo en las dos competiciones, la Copa y la Conference", había dicho Pellegrini en las últimas semanas. Con agonía, tanto en el torneo del K.O. como en esta competición continental, pero el Betis se acerca a ese objetivo. Los servicios mínimos para el equipo verdiblanco a la espera de que Isco y Lo Celso reactiven la maquinaria. A eso se aferran los béticos para mirar con otra cara a esta Conference que, ahora mismo, es casi una pesadilla.