La Real Sociedad aguanta de pie una hora antes de que Mbappé acerque al PSG a cuartos

57 minutos. Eso es lo que duró la Real Sociedad. Hasta ese minuto, el conjunto blanquiazul había sido, incluso, mejor que el PSG por momentos, disfrutando de opciones claras como el cabezazo de André Silva que se marchó rozando la escuadra de Donnarumma o el disparo al larguero de Mikel Merino. Pero la falta de contundencia defensiva a la salida de un córner propició el primer zarpazo de Kylian Mbappé. Hasta este momento, entre Le Normand y Zubeldia habían podido contener al astro francés, pero un chispazo del '7' sirvió para encender la caldera del equipo parisino. Barcola, trece minutos después, se encargó de echar más leña al fuego.

La Real Sociedad, hasta ese primer tanto de Mbpapé, recordó y mucho al equipo que también lo había hecho en la fase de grupos de la Champions League. Se mostró como un conjunto serio y solvente atrás y descarado en ataque, guiado por un Take Kubo brillante en esos primeros 45 minutos, pero que como el resto de compañeros, se fue diluyendo con el paso de los minutos. Falta el partido de vuelta, que se jugará dentro de tres semanas en el Reale Arena. La misión, cuanto menos, parece complicada frente a un equipo que aprovechó su momento y que tiene en sus filas al mejor jugador del mundo. Tocará protagonizar una gesta para poder estar en los cuartos de final de la Champions League. 

Finalmente, Mikel Oyarzabal no pudo ser de la partida. No pudo ni siquiera sentase en el banquillo junto a sus compañeros. Lo intentó hasta el último momento, pero su maltrecha rodilla se lo impidió. El capitán blanquiazul, el alma máter de este grupo, no pudo estar en uno de los partidos más importantes en la historia reciente de la institución blanquiazul. Las sensaciones que ofreció en el último entrenamiento llevado a cabo sobre el verde del Parque de Los Príncipes no invitaban al optimismo, sobre todo por una cojera a todas luces evidente. Ahora sería bueno acordarse del feísimo gesto que tuvo Yangel Herrera, recriminando a Oyarzabal en el suelo, haciendo ver que estaba perdiendo el tiempo. Tuvo que ser Sadiq Umar el que invitara al futbolista del Girona a abandonar la zona en la que el '10', retorcido de dolor, era atendido por los servicios médicos de la Real. Su daño era más que evidente. De hecho, unos instantes después tuvo que abandonar el terreno de juego entre lágrimas. Lo que en principio era un simple golpe se ha convertido en algo más grave, tanto que ha impedido al capitán blanquiazul jugar el partido de ida de la eliminatoria frente al PSG. Se le echó de menos, como siempre. Es el santo y seña de una Real que tendrá que echar el resto, esperemos ya con él sobre el verde, en el partido de vuelta que se jugará en el Reale Arena.

El testigo de Oyarzabal lo cogió un André Silva, al que se le vio muy motivado respecto a anteriores apariciones, pero al que le sigue faltando lo más importante: el gol. Es lo que tiene jugar en escenarios como el Parque de Los Príncipes donde hay mil ojos depositados en los jugadores. El luso mostró muy pronto cuáles eran sus intenciones. No se había cumplido ni un minuto de partido y ya estaba buscando la portería de Donnarumma, aunque en esta primera ocasión no la encontró. Tampoco lo hizo a la segunda, porque su remate de cabeza también se marchó fuera.

No estuvo Oyarzabal, pero sí Takefusa Kubo, uno de los protagonistas de la semana en clave blanquiazul tras su renovación hasta 2029. La Real Sociedad tiene un filón con el japonés. ¡Cuánto se le ha echado de menos!. La celebración de la Copa de Asia dejó a la Real sin la participación de una de sus mejores piezas. Pero ha regresado como se fue, marcando la diferencia. En la semana en la que se ha confirmado su continuidad, el internacional nipón ha demostrado en uno de los escenarios más relevantes del panorama futbolístico mundial, el amplio repertorio que maneja. Eso sí, lo hizo hasta que las fuerzas le aguantaron. Luis Enrique apostó por la juventud de Beraldo en lugar de la experiencia de Lucas Hernández y Take Kubo, literalmente, volvió loco al joven futbolista brasileño en los primeros 45 minutos.

No sabía cómo pararle y eso que en el arranque de partido, el blanquiazul, cometió dos errores en forma de pérdidas de balón que pudieron costar muy caro a la Real. Sin embargo se rehízo de la mejor de las maneras para con su desequilibro sembrar la desconfianza en la zaga parisina. Después de una jugada individual que terminó con la lanzamiento al exterior de la red, el nipón le puso un caramelo a André Silva, pero el cabezazo de éste se marchó rozando el palo de la portería de Donnarumma. Fue un peligro constante por la derecha, que fue por donde la Real trató de buscarle las cosquillas al PSG, ya que por la izquierda, ni Barrenetxea en ataque, ni Traoré en labores defensivas, estuvieron finos, todo lo contrario, cometiendo errores impropios de futbolistas de su categoría. Sobre todo el maliense, cuya actuación en el primer gol dejó mucho que desear.

 La fortaleza de la Real es tal que uno de los equipos más ofensivos de la Champions League como es el PSG sufrió más de la cuenta para batir la portería defendida por Álex Remiro. Lo hizo, como no, Kylian Mbappé. El astro francés marcó con la espinilla para alcanzar la peinada al segundo palo de Marquinhos. Zubimendi se quedó 'colgado' dentro del área, Kubo se durmió y la posición del '7' era legal. No hay dudas de que estamos hablando de un futbolista excepcional. No le hace falta mucho para generar peligro, pero él, en sí mismo, lo es. 

Luis Enrique ha adelantado su posición. Ha abandonado la banda para convertirse en el '9' del PSG. Gol tiene de sobra. Lo ha demostrado en infinidad de ocasiones y frente a la Real no fue menos. Marcó uno, pero bien pudo ser alguno más. Lo impidió un Remiro estelar. Le sacó una buena mano al poco de iniciarse el partido tras una pérdida en el centro del campo de Zubimendi. Luego, en la segunda, ya con el PSG volcado, volvió a encontrarse con el de Cascante, que se lució con una palomita y una mano salvadora que hizo que el balón se estrellara en el larguero de la meta. Mbappé estuvo muy acompañado en el frente de ataque por un Dembélé muy difícil de parar por su endiablada velocidad. Va a otro ritmo. Recordó y mucho al futbolista que, vestido de azulgrana, trajo por la calle de la amargura a los realistas en un buen número de partidos de LaLiga. No le hizo falta marcar. Ahí estaba Barcola para dejar el partido y quizá la eliminatoria vista para sentencia.

El pitido final del colegiado supuso el fin de una agonía para el equipo blanquiazul. Y es que en eso se había convertido el tramo final de un partido en el que el PSG, con la Real partida, campaba a sus anchas. Fueron dos, pero bien pudo ser alguno más. Kolo Muani estuvo muy cerca, pero su disparo con la derecha se marchó fuera de la porteria de un Remiro, que estuvo muy bien protegido, otra vez más, por un marsical como Igor Zubeldia, que no solo hace lo suyo bien, sino que también aparece para corregir los errores de sus compañeros. Frente al PSG Hamarí Traoré jugó uno de los partidos más flojos que se le recuerda desde su llegada. No se prodigó en ataque, pero es que en defensa estuvo muy flojo, comentiendo errores impropios de él. Menos mal que ahí estaba Zubeldia para salvarle de unos cuantos marrones. Pero el buen hacer defensivo del equipo, con el azkoitiarra como comandante, no fue suficiente para parar a Mbappé y compañía. El sueño de la Champions se esfuma.

FICHA TÉCNICA

2- PSG: Donnarumma, Hakimi, Marquinhos, Danilo (Lucas Hernández, min. 72), Beraldo, Fabián, Zaire-Emery, Vitinha, Dembélé (Kolo Muani, min. 82) , Barcola (Marco Asensio, min. 72), Mbappé

0- REAL SOCIEDAD: Remiro, Traoré, Zubeldia, Le Normand (Pacheco, min. 79), Javi Galán, Zubimendi, Brais (Turrientes, min. 79), Merino, Barrenetxea (Zakharyan, min. 65), Take Kubo y André Silva (Sadiq Umar, min. 79)

Goles: 1-0: Mbappé (min. 57), 2-0: Barcola (min. 70)

Árbitro: Marco Guida (ITA). Amarilla para Le Normand (min. 35) y Le Normand (min. 92)

Estadio: Parque de Los Príncipes