Fernando Alonso tiene un duro examen con Ocon en Alpine

Fernando Alonso está a cinco carreras de poner punto y final a su etapa en Alpine antes de llegar a Aston Martin, donde competirá los próximos años en Fórmula 1. Su actual equipo persigue la cuarta plaza en el Mundial de constructores, en una dura pelea que mantiene desde hace semanas con McLaren. Sin embargo, el asturiano también tiene por delante un desafío personal: terminar por delante de su compañero Esteban Ocon en la clasificación de pilotos.

Actualmente, el ovetense marcha siete puntos por detrás del francés, una circunstancia que pone en jaque su registro en ese deporte. Hasta la fecha, de las 18 campañas que ha terminado Alonso en F1, sólo en una firmó menos puntos que su compañero o compañeros de equipo. Y los ha tenido de todo tipo.

En su primer año en la Fórmula 1 se enroló en las filas de Minardi, la escudería más modesta de la parrilla y con la que no consiguió ningún punto en el Mundial. Tampoco lo hicieron sus compañeros Tarso Marques y Álex Yoong. En lo que no hubo dudas fue en quién lo hizo mejor. En clasificación, el balance fue de 16-1 para Alonso respecto al brasileño y al malayo, mientras que en carrera el récord cayó del lado español por 8-4 en Grandes Premios finalizados.

En la escudería francesa las cosas se pusieron más complicadas. A la mayor exigencia de estar en un coche que optaba a ocupar los primeros puestos en cada carrera se unieron compañeros de más nivel y con experiencia en la competición. Jarno Trulli fue el primero, y en 2003 Alonso le endosó un 55-33 en cuanto a puntos sumados. Un año después la balanza estaba cayendo del lado del italiano, que sin embargo cedió su asiento en tres carreras a Jacques Villeneuve para que al cierre del curso el registro fuese 59-46 para Fernando. Con Giancarlo Fisichella tampoco hubo debate en 2005 y 2006, años en los que Alonso conquistó sus dos únicos campeonatos.

En 2007 Alonso compartió monoplaza con el rookie Lewis Hamilton, ojito derecho de la escudería McLaren. Tan solo dudaron esa temporada, donde las fricciones entre ambos fueron constantes. El duelo, igualado durante muchos meses, acabó en tablas en la general. Sin embargo, el hecho de que cada uno fuese por libre en las últimas carreras hizo que el Mundial cayese del lado de Kimi Raikkonen (Ferrari).

Su mala estancia en el equipo británico propició su regreso a Renault, donde en dos temporadas no encontró rival en el coche de al lado. Nelson Piquet Jr y Romain Grosjean se quedaron muy lejos del nivel exhibido por Alonso, que además logró una victoria en Singapur pese a tener un coche mediocre. El balance en esos dos años respecto a sus compañeros fue de 87-19.

Un lustro estuvo el español en Ferrari, de donde se fue con la espina clavada de no haber conseguido un tercer título mundial en su palmarés. Pese a ello, en la escudería italiana volvió a demostrar un nivel que no pudieron replicar sus compañeros. En cuatro campañas estuvo acompañado de Felipe Massa, que la vez que más cerca estuvo de alcanzarle en la clasificación se quedó a 108 puntos, una barbaridad. En 2012, por ejemplo, la distancia fue de 156 puntos. En el último año con el coche rojo, Raikkonen firmó un tercio de sus puntos.

Tras abandonar Ferrari, Alonso permaneció cuatro años en McLaren, a donde regresó ya sin Hamilton en el equipo. Fueron años difíciles en los que los problemas se acumularon carrera tras carrera y donde por primera y única vez probó el sabor de la derrota respecto a su compañero de equipo. Fue en 2015 frente a Jenson Button, quien le aventajó en cinco puntos en el Mundial. El siguiente curso el balance ya fue de 54-21 para el español frente al inglés y en 2016 y 2017 superó a Stoffel Vandorne. 

Tres años después de dejar el Gran Circo, Alonso firmó por dos temporadas con Alpine, donde compartiría asiento con Esteban Ocon. La primera de ellas, más o menos igualada, se decantó del lado asturiano por apenas 7 puntos, mientras que en la actual la clasificación pone por delante al galo. Por delante, cinco carreras para darle la vuelta a la tortilla y seguir con un récord casi perfecto.