Sainz resiste el fuego amigo para subir al podio de Monza; Verstappen, histórico

En casa de Ferrari, nunca sabes de qué manera puede terminar la fiesta. Puede ser que acaben todos abrazados, haciendo elogio a la amistad y a la fraternidad, o que terminen jugándose quién paga la cuenta en algún juego disparatado. El GP de Italia 2023 de Fórmula 1 ha terminado de la segunda forma. Entre pasadas de frenada, neumáticos echando humo y dos compañeros jugándose el último puesto del podio como si fueran enemigos, como si de vivir o morir se tratase. Carlos Sainz ha sufrido, ha sudado, ha peleado y ha logrado su primer podio de la temporada, el 16º de su carrera deportiva, ante su público, ante unos tifosi que durante las últimas vueltas no sabían si reír o llorar y ante un Charles Leclerc juguetón.

Y por delante, un Max Verstappen intratable, que, por primera vez este año, dudó, no pasó fácil y tuvo que calmarse y pensar cuál sería su mejor opción de ponerse líder ante un Sainz sólido en las primeras 15 vueltas. Su duelo rueda a rueda con el madrileño son de los que hacen afición. Ojalá se repitiesen más y no fuese flor de verano. El neerlandés supera el récord de Sebastian Vettel de más victorias consecutivas en F1.

En una carrera que tuvo que retrasarse por el abandono de Yuki Tsunoda camino de la parrilla de salida por un fallo de unidad de potencia, y que se recortó en dos vueltas, Fernando Alonso tuvo que ver el espectáculo desde las barrera. El Aston Martin no fue el coche que acostumbra en las largas rectas de Monza y el español tuvo que cambiar de chip. Pero lo hizo de manera brillante, una vez más. Luchó con Hamilton por el noveno puesto inicialmente, antes de que el inglés incurriese en sanción por tocarse con Oscar Piastri en un incidente dantesco. El bicampeón del mundo español tuvo que conformarse con el noveno puesto final, con dos puntos que pueden ser decisivos en su batalla con Hamilton y en la de Aston Martin con Mercedes. Optimizar resultados en los días malos. Ese fue el objetivo y el logro.

RESULTADOS DEL GP DE ITALIA 2023 DE F1

El piloto español dio una auténtica lección de pilotaje ante el público italiano. Ese que hace especial ser piloto de Ferrari. Ese que desde el miércoles abarrota cada kilómetro del recorrido desde el hotel al circuito y que el domingo invade la recta principal. Ese que en días como el de este domingo recuerdan lo que hacen sus pilotos y, sobre todo, cómo lo hacen. El madrileño se sobrepuso a una batalla brutal con Max Verstappen, defendiendo su pole position del sábado, y a un duelo fratricida con Leclerc. Esta vez Ferrari no pidió que mantuviesen posiciones. Prefirió que hubiese pelea por si el monegasco se subía al podio. Pero Sainz dijo 'va a ser que no'. Y fue que no. Primer podio del año para él, que alarga su ventaja con su compañero de equipo en el Mundial y que deja claro que no es un hueso fácil de roer. Bravo, Carlos, BRA VO.

Un duelo antológico. Un rueda a rueda en el que Carlos Sainz no quiso ceder ante el dominador absoluto de la Fórmula 1 2023, ante el emperador de un Circo internacional. El español resistió los primeros envites del neerlandés desde la salida y le plantó cara en la vuelta seis cuando el Red Bull se emparejó. Por aquí no, pareció decir. Verstappen respondió con un Travieso en la radio y empezó a analizar a su rival. Una bestia con mucha velocidad punta, pero que se comía los neumáticos más rápidos que la montura del líder del Mundial. En el inicio de la 15, Sainz bloqueó y Verstappen aprovechó para adelantar antes de la segunda frenada. Y se escapó, sin más opciones para los Ferrari. Pero ese duelo rueda a rueda, ese cara a cara entre dos pilotos que debutaron juntos en F1 hace nueve años, que empezaron a saborear las mieles y las hieles de los altares del automovilismo internacional, es una nueva evidencia de que si el español tuviese coche para pelear lo haría. Eso sí, el neerlandés está en otra liga y su récord de 10 victorias seguidas, en casa de Ferrari, ante los tifosi, vale mucho.

Da igual si hay que pelear por el podio, por el último puesto o por acabar por delante de tu compañero. Fernando Alonso, 20 temporadas en F1, sabe que hay que sacar el máximo del coche cada día, en función de las circunstancias y las vicisitudes del deporte en el que compite. Así se lo enseña a los chavales a los que asesora con su agencia de representación, casi academia, y así lo demuestra cada fin de semana. Llueva, brille el sol o hiele. Y este domingo no fue menos. El asturiano sacó provechó de un Aston Martin a contrapié y logró un noveno puesto que puede ser importante de cara a la batalla final por el tercer puesto del Mundial de pilotos, por el subcampeonato de equipos (aunque Ferrari les adelante por el tercer puesto). Corrió con cabeza y rascó el máximo que se podía rascar el domingo. En Singapur quizás los objetivos sean otros.

El piloto anglo tailandés no deja de sorprender. Logró acabar séptimo, igualando el mejor resultado de Williams desde Bélgica 2021 y lo hizo peleando con una estrategia diferente, con una parada muy temprana, sacando hasta el último caballo de su monoplaza. Quizás no haya hueco en lugares más competitivos para él de cara a 2024, pero el talento de Albon sigue floreciendo en su cuarta temporada en F1, tras el barbecho al que le sometió Red Bull en 2021. Es uno de esos pilotos de la nueva generación que merece oportunidades. Más allá del histórico Williams y su actual rendimiento.