"¡Cadena al sótano!": La última genialidad de 'Chente' que une al Movistar Oier Lazkano con Malori

"Sabíamos que Oier hace exhibiciones de estas... pero es que la de ayer fue gorda, muy gorda. Se salió". Chente García Acosta, director de Movistar, vivió en la carrera A Través de Flandes uno de sus mejores días al volante. Lazkano, al que conoce desde niño, firmó el mejor resultado de siempre del equipo telefónico en una Clásica flamenca. El segundo puesto en Waregem fue el final de una película que tiene historia.

El corredor vitoriano se levantó el miércoles con unas sensaciones inmejorables y pidió a su director libertad para moverse. Chente, encantado. "Siempre nos gusta tener a gente en la escapada, sabemos que suelen llegar muy lejos, pero es muy difícil lo de ayer, hay que tener unas patas impresionantes", comenta el navarro.

"Oier es un tipo superfuerte y valiente, tiene un físico tremendo. Es un todoterreno, un rodador al que intentamos convertir en clasicómano, pero eso lleva un proceso", indica. "Con la fuerza que tiene, te monta estos números. Lo vimos en Portugal y también en Valonia en 2022, donde armó un número de la leche. Pero con lo de ayer te quedas un poco asustado, ¡vaya fuerza!".

Su tuit al final de la carrera no era una felicitación más. La frase "cadena al sótano" viene de lejos. "Siempre me acuerdo de Adriano Malori, el gran Adriano [el corredor italiano de Movistar que tuvo un grave accidente en el Tour de San Luis en 2016 que le terminaría retirando]. Yo le decía 'vete más ligero, ya estás con la cadena al sótano'; por el piñón pequeño, todo el día abajo", ilustra. "Y Oier también es un tipo al que le gusta ir con mucho desarrollo. De ahí que le diga '¡mete la cadena al sótano y da bien de pedales!'. Son frasecillas que tiene uno. Una de tantas".

Malori sigue en contacto con el que fue su director y cuando el Giro de Italia pasa cerca de su pueblo va a cenar con el equipo. "Y hasta me pide que le mande pacharán, que le gusta, le tenemos mucho cariño", completa. Otro capítulo más de una familia ciclista que vive en un estado de felicidad permanente estas semanas en Bélgica, con un ciclismo alegre y de ataque bajo la batuta de Chente.

La herida de 2022 ha cicatrizado tras los puntos UCI. El segundo puesto de Oier Lazkano en A Través de Flandes, unido a la gran actuación de Jorgenson y Cortina en la E3 (cuarto y quinto respectivamente tras Van Aert, Van der Poel y Pogacar), no deja espacio al hater. Este Movistar enamora. "No quiero oír hablar de puntos UCI", decía Lazkano a Relevo.

El pasado miércoles en Waregem, el nombre de Oier sonó tanto o más que el del vencedor, el corredor del Jumbo Christophe Laporte. El vitoriano cogió la fuga del día, la fuga de la fuga con Kristoff y, una vez neutralizado, aún tuvo fuerzas para esprintar y ser segundo. El alavés, que estará en el Tour de Flandes y en la París-Roubaix, es consciente de su rol: "Tenemos a Matteo Jorgenson, que el otro día lo hizo muy bien en la E3, y a Cortina, que lleva año tras año demostrando ahí en el top 10. Ellos son los líderes a los que tengo que ayudar".

A Chente sólo le falta que sus chicos suban el último peldaño en los míticos adoquines. "Estas carreras son durísimas. Para estar aquí, hay que estar muy preparado mentalmente. Llevamos tiempo trabajando con ilusión: con los fichajes de Norsgaard, Jorgenson, Jacobs, Hollmann, Kanter... con Cortina, que hizo una E3 de la leche... Esto da confianza y motivación", concluye. Ganar una Clásica en Flandes sería una pica extraordinaria en su dilatada hoja de servicios. "Si pasa eso, ya me podría retirar", bromea. Ese brindis esta cada vez más cerca. Y quién sabe si en el futuro saldrá de la "cadena al sótano" de Lazkano. Ese brindis será también por Adriano.