Tyrese Haliburton mantiene el sueño de los Pacers despierto y desafía a los Lakers en la final de la Copa NBA

Pocas historias de Disney tienen un mejor guion que la vida de Tyrese Haliburton ahora mismo. De ser despreciado por Sacramento y enviado a Indiana a cambio de Domantas Sabonis, a liderar a los Pacers a la final del primer In-Season Tournament de las NBA. Favorito a llevarse el MVP tras barrer, respectivamente, a Boston Celtics y Milwaukee Bucks, los dos mejores equipos de la conferencia, y hacer lo mismo con Philadelphia en la fase de grupos. Ahora espera LeBron James en la final del sábado, porque la película de Haliburton todavía no tiene desenlace, pero que mejor villano que el rey de la NBA. Un David contra Goliath elevado a la máxima potencia.

Porque el partido ante los Bucks tuvo una historia, lleva el dorsal cero y vestía de amarillo en la noche de Las Vegas. Haliburton es ahora mismo el jugador de moda en la NBA. Acabó con 27 puntos, 15 asistencias, 7 rebotes y cero pérdidas de balón en el triunfo de los Pacers, el segundo este año ante Milwaukee. Por segundo partido consecutivo, Haliburton se encontraba ante el mayor escenario de su carrera y otra vez, como el lunes, volvió a aparecer. Suma en la fase final del torneo 53 puntos, 28 asistencias y 17 rebotes sin pérdidas en los dos duelos de esta semana, con un 56.7% de tiro y siendo tan clutch como se pueda imaginar. Mezcla talento, con rendimiento y saber aparecer en los momentos.

El partido estuvo igualado en todo momento. Los Pacers intentaron romperlo antes del descanso, cuando llegaron a abrir doce puntos de diferencia, pero al contrario que el lunes ante Boston, se dejaron remontar en el tercero. Los Bucks, con Giannis Antetokounmpo en modo superestrella, la dieron la vuelta al partido para llegar arriba al último cuarto. El partido se decidiría, como suele ser habitual con Indiana, en los minutos finales. Y enfrente los dos mejores jugadores de la liga esta temporada con el encuentro caliente: Damian Lillard y Tyrese Haliburton. Se lo llevó Haliburton, que celebró el último triple, a falta de algo menos de un minuto, señalándose la muñeca al grito de "Es nuestra hora", en homenaje al 'Dame Time' de Damian Lillard. Esta vez el reloj del jugador de los Bucks se quedó sin batería.

"Estamos jugando de la manera correcta y estamos sorprendiendo al mundo entero. Ahora vamos a continuar haciéndolo" decía Haliburton al acabar, todavía sin saber que serían los Lakers el rival del sábado. "Y siempre que juguemos así, sabemos que podemos competir en cualquier partido" insistía. El reto será vengarse de los Lakers, que privaron a los Pacers de ganar su primer anillo NBA en 2000 cuando con Kobe Bryant y Shaquille O'Neal, se llevaron las finales que iniciaron su three-peat. En el banquillo de Indiana, como asistente de Larry Bird, estaba el hoy entrenador en jefe de Indiana Rick Carlisle, que podrá buscar su venganza el sábado. Una con Tyrese como principal argumento. 

Aunque hubo vida más allá de Haliburton. Myles Turner metió 26 puntos, bajando 10 rebotes y con 3 tapones en la pintura de los Pacers que si bien tuvieron una mala noche en el triple, 7/33 con un 21.2% (ambas las dos cifras más bajas de la temporada), lo solventaron atacando la pintura donde metieron 72 puntos pese a la presencia de Brook Lopez y Giannis. El griego metió 37, además de 10 rebotes y anotando 11/13 en tiros libres, con 24 de Damian Lillard y otros 20 de Khris Middleton, pero más allá de sus cuatro jugadores importantes, junto con Lopez, nadie más dio la talla. Y se notó al final del partido, ya que según el insider Chris Haynes, hubo un encontronazo entre el veterano Bobby Portis y Adrian Griffin, entrenador novato de los Bucks.

Si el partido de los Pacers, como siempre, se decidió en los últimos minutos, la segunda semifinal no tuvo ninguna historia. A tres minutos del descanso, el partido estaba 51-53 para los Lakers tras dos tiros libres de Brandon Ingram. Desde entonces, hasta el final del tercer periodo, el parcial fue de 57-20. Los Lakers llegaron a dominar por 44 puntos, diferencial final, destrozando a unos Pelicans que se vieron superados en cada faceta del juego. Liderados por LeBron James, que solo jugó 23 minutos, pero tuvo tiempo para meter 30 puntos con 8 asistencias y 5 rebotes, con cero pérdidas. LeBron, además, metió por segunda vez en su carrera cuatro triples sin fallo sin siquiera tener que jugar el último cuarto y los Lakers consiguieron el billete para la final.

Buscarán sumar el In-Season Tournament, el primero de la historia, a los 17 anillos que tiene la franquicia. Una que vio como, además de LeBron, otros cinco jugadores superaron la docena de puntos. Anthony Davis volvió a firmar un doble-doble con 16 tantos y 15 rebotes, además de 5 asistencias, 2 robos y 2 tapones, Taurean Prince metió 5 triples y D'Angelo Russell aguantó al equipo en el primer cuarto con 14 puntos. Desde el banco, Hachimura (12) y Austin Reaves (17) fueron los mejores, anotando más que Brandon Ingram (9 puntos, 4/13 en tiros) y cerca de Zion Williamson, con 13. El máximo anotador de unos desolados Pelicans fue Trey Murphy con 14 puntos. Un equipo que no pudo competir en ningún momento en la segunda parte.

Los Lakers anotaron más puntos al contragolpe (23-12), tras pérdida rival (19-14), en la pintura (52-46) y desde el triple (51-21), una diferencia insalvable. Además, lo hicieron con porcentajes de élite, superando el 55% de campo y rozando el 50% desde la larga distancia. Bajaron 17 rebotes más que los Pelicans, a los que se les notó una falta de intensidad importante una vez el partido se puso cuesta arriba. Con salud, los Lakers han dejado claro que son uno de los máximos favoritos a llevarse el anillo, especialmente por la defensa. Dejaron a Kevin Durant y los Suns en 103 puntos y a los Pelicans en 89 en partidos a eliminación directa. Tienen a LeBron James y todavía falta la vuelta de Gabe Vincent, otro anotador desde el banco.