ATP FINALS

Nadal quiere saldar su única cuenta pendiente arropado por su hijo

El balear busca en Turín el único gran título que le falta, las ATP Finals. "Si no pensara que tengo opciones, estaría en otra parte", dice el balear.

Rafael Nadal, durante un acto en Turín con motivo de las ATP Finals, el único gran torneo que le falta. /Andrea Alfano/LaPresse via ZUMA Press/dpa
Rafael Nadal, durante un acto en Turín con motivo de las ATP Finals, el único gran torneo que le falta. Andrea Alfano/LaPresse via ZUMA Press/dpa
Nacho Encabo

Nacho Encabo

La sala de trofeos que tiene Rafael Nadal en su academia está llena a rebosar. Cada año llegan nuevas copas a la que hay que ir haciendo hueco. Entre otros títulos, hay 22 Grand Slam, 36 Masters 1000, cinco Copa Davis y dos oros olímpicos. Ese impresionante palmarés solo tiene una mácula: no hay una sola copa de maestros, su gran cuenta pendiente.

El único título que le falta a Rafa NadalEDICIÓN DE VÍDEO: SAMUEL SUBIELA

A estas alturas de la carrera de Nadal, ya con 36 años, con cicatrices por todo el cuerpo y copas de todos los colores y sabores, un título más o un título menos difícilmente cambie su posición en la historia del tenis. Sin embargo, conquistar la ATP Finals que se disputan desde este domingo en Turín supondría cerrar el círculo. El broche de oro. Se habría pasado el juego. El aliciente este año es doble: si gana, acabará la temporada como número uno. O triple: el campeón invicto se embolsará 4,7 millones de dólares. O cuádruple: será el primer torneo al que le acompañe su hijo recién nacido.

Nadal habla sobre su presencia en las ATP Finals.

La dificultad es proporcional a lo que se juega. No solo porque compite con las ocho mejores raquetas del mundo, sino porque apenas ha jugado desde julio. En Wimbledon se rompió el abdominal en su partido de cuartos y desde entonces nada ha ido bien: perdió a las primera de cambio en Cincinnati, cayó en los octavos del US Open con una nueva lesión abdominal, reapareció en París hace poco más de una semana y acabó perdido en su debut y vomitando. En esas condiciones llega a las ATP Finals. Pero Nadal es Nadal y lleva toda la vida empeñado en dar la espalda a cualquier tipo de lógica.

Nadal: «Me ha faltado ser mejor en pista cubierta»

"Nunca se sabe", se arranca el balear en Turín, ciudad a la que llegó el martes para intentar rodar todo lo posible antes de su debut del domingo ante Taylor Fritz (desde las 21:00, en Vamos). "Al final en el deporte cuando vienes sin ritmo y eres capaz de ganar un partido, a veces las cosas cambian radicalmente. Yo estoy preparado porque estoy jugando bien dentro de lo que cabe. No nos vamos a engañar. Si no pensara que tengo opciones de luchar, estaría en otra parte. Al final creo que tengo mis posibilidades".

Lo cierto es que a Nadal nunca se le ha dado bien el torneo de maestros. Se ha clasificado 17 veces pero se ha perdido siete ediciones por lesiones. En otra ocasión se retiró tras el primer partido y en otras tres quedó apeado en la fase de grupos. La vez que más cerca estuvo de la copa fue en 2011, cuando cayó en la final con Federer y se quedó a un set del título. En 2013 pisó también la final y en 2020, en su última participación, sufrió una dolorosa derrota con Medvedev en semifinales. "Fue la oportunidad más clara de mi carrera. Es una de las derrotas que más me han dolido durante una temporada", aseguraba estos días en Turín.

Reflexionando sobre qué le ha impedido triunfar en el torneo que cierra el curso ATP, el español lo tiene claro: las condiciones y las lesiones. "Me ha faltado ser mejor jugador en pista cubierta. Me he clasificado 17 veces, pero no he estado las 17 veces competitivo. No sé cuántas veces he podido jugar el Masters con opciones reales", señalaba. En total ha disputado 36 partidos y ha ganado 20.

Los últimos meses del año son históricamente los menos prolíficos para Nadal. Después del US Open ha llegado siempre la gira asiática -pista dura- y después los torneos de la gira europea (dura cubierta). El español solo ha ganado cuatro de sus 92 títulos entre octubre y noviembre. Y solo uno en pista dura y cubierta: fue en el Masters 1000 de Madrid de 2005, cuando el evento se disputaba todavía en la Casa de Campo. Han pasado 17 años.