REAL MADRID

La Fiscalía pide casi cinco años de cárcel para Ancelotti por defraudar a Hacienda

El Ministerio Público le imputa dos delitos relacionados con la no-declaración en España de sus derechos de imagen.

Carlo Ancelotti, en una rueda de prensa con el Real Madrid. /EFE
Carlo Ancelotti, en una rueda de prensa con el Real Madrid. EFE
Manuel Amor

Manuel Amor

La Fiscalía Provincial de Madrid ha solicitado cuatro años y nueve meses de prisión para Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, por haber defraudado más de un millón de euros a Hacienda en los ejercicios de 2014 (386.361 euros) y 2015 (675.718 euros), correspondientes a su primera etapa como técnico del conjunto blanco (2013-2015).

Según el escrito de acusación, el italiano, a pesar de que afirmó su condición de residente en España a efectos fiscales y de que reflejó que su domicilio estaba en Madrid, sólo consignó en sus declaraciones de la renta las retribuciones de trabajo personal percibidas del Real Madrid y omitió el rendimiento correspondiente a la explotación de sus derechos de imagen que había cedido a otras entidades. El Ministerio Público le imputa dos delitos contra la Hacienda Pública.

Ancelotti firmó un contrato de trabajo con el Real Madrid el 4 de julio de 2013 para el período comprendido entre el 5 de julio de 2013 y el 30 de junio de 2016. Aunque la entidad presidida por Florentino Pérez le destituyó el 25 de mayo de 2015, Carletto tuvo arrendada su vivienda en una céntrica plaza de la capital hasta octubre de ese año, por lo que durante 2015 España siguió siendo "su centro principal de relaciones personales e intereses económicos".

En su vinculación por escrito con el equipo blanco, además de fijarse su remuneración, se determinaron "unos rendimientos derivados de la cesión de los derechos de imagen al club". Y aquí es donde la Fiscalía ve la 'trampa': denuncia que "con el fin de eludir la tributación por los rendimientos de dichos derechos de imagen", tanto los recibidos por el Real Madrid como de otras marcas por eventos varios, el entrenador acudió a un "complejo" y "confuso" entramado de fideicomisos y sociedades interpuestas para canalizar el cobro de los derechos de imagen.

De esta forma, el Ministerio Público le acusa de "simular" la cesión de sus derechos de imagen a entidades "carentes de actividad real" y domiciliadas fuera de España, tal y como explica en el escrito: "Persiguió, así, la opacidad de cara a la Hacienda Pública española y a la ocultación del beneficiario real de los rendimientos procedentes de sus derechos de imagen, de manera que ni él mismo ni ninguna de dichas sociedades tuviesen que tributar por las cuantiosas cantidades percibidas en España o fuera".

Ancelotti conversa con Xabi Alonso durante un entrenamiento en 2013.  EFE
Ancelotti conversa con Xabi Alonso durante un entrenamiento en 2013. EFE

El caso Xabi Alonso

Cabe recordar que todo lo expuesto es sólo una acusación de la Fiscalía y que Ancelotti tendrá la oportunidad de defenderse. No todas las denuncias del Ministerio Público, ni mucho menos, se transforman en una condena: hace sólo unos meses, y después de años de batalla, el Tribunal Supremo confirmó la absolución de Xabi Alonso por un supuesto delito con similitudes al de Carletto.

En su caso, la Fiscalía le acusó de tres delitos contra la Hacienda Pública en los ejercicios de 2010, 2011 y 2012 (también durante su etapa en el Real Madrid) y solicitó dos años y medio de cárcel para él por ceder sus derechos de imagen a una sociedad con sede en la isla portuguesa de Madeira, un territorio de baja fiscalidad. Alonso se mantuvo firme, se negó a pactar con el fisco y el alto tribunal le dio la razón: en su decisión de trabajar con la empresa Kardzali no existió intención de ocultar ni mala fe.

Según el Ministerio Público, Ancelotti firmó el 1 de julio de 2013 (tres días antes de fichar por el Madrid) un contrato privado por el que cedió sus derechos de imagen a la entidad Vapia Limited por diez años y un precio de 25 millones de euros. Un día más tarde, la entidad le nombró como su apoderado y le otorgó "los máximos poderes de actuación para gestionar sus derechos de imagen".

Cuando quedó ligado al club del Santiago Bernabéu el 4 de julio, el técnico cedió el 50 por ciento de sus derechos de imagen a la entidad merengue. El otro 50 quedó en poder de una sociedad "innominada" y "no determinada" que actuó en nombre y representación del entrenador italiano... y que resultó ser Vapia LLP, domiciliada en Londres, y no Vapia Limited, una sociedad constituida en las Islas Vírgenes, una circunstancia que no se comunicó al Real Madrid hasta un año después.

"De esta forma, el acusado se valió de la sociedad Vapia LLP para que esta se presentara formalmente ante el Real Madrid como titular de los derechos de imagen, a pesar de que ni siquiera formalmente los tenía atribuidos, ya que el contrato de cesión referido de 1 de julio de 2013 era con Vapia Limited", añade el escrito, que exculpa al Real Madrid de cualquier responsabilidad.

Ancelotti y Florentino Pérez, en la presentación del técnico italiano en 2013.  AFP
Ancelotti y Florentino Pérez, en la presentación del técnico italiano en 2013. AFP

Según la Fiscalía, Ancelotti presentó en plazo sus declaraciones autoliquidatorias correspondientes al IRPF, en las que afirmaba su condición de residente en España y donde reflejaba como domicilio un inmueble sito en Madrid, pero sólo consignó las retribuciones de trabajo personal percibidas del Real Madrid. Sin embargo, "omitió todo rendimiento correspondiente a la explotación de sus derechos de imagen (…) llegando de esta forma a declaraciones con cuotas negativas", con un saldo negativo de 39.575 euros en el ejercicio de 2014 y de 529.076 en 2015, cantidades que le fueron devueltas por la Agencia Tributaria en ambos casos.

La Fiscalía precisa que los rendimientos derivados de la cesión de los derechos de imagen supusieron unos ingresos por importe de 1.249.590 euros en 2014 y 2.959.768 en 2015, sin que Ancelotti o las otras dos entidades hayan tributado por estas cantidades, y que además el técnico también pasó por alto en sus declaraciones la titularidad en propiedad de dos bienes inmuebles sitos en el extranjero. Tras realizar los ajustes correspondientes, Hacienda calculó el perjuicio sufrido atendiendo a rentas e ingresos omitidos y devoluciones obtenidas en 1.062.079 euros (386.361 en el ejercicio 2014 y 675.718 en el ejercicio 2015).